Exhortación de la Diócesis de Trujillo con motivo de la Beatificación del Venerable Dr. José Gregorio Hernández Cisneros

 

Júbilo en la Iglesia trujillana

Queridos hermanos y hermanas:

Con motivo de la Beatificación del Venerable Dr. José Gregorio Hernández Cisneros, la Iglesia trujillana se llena de júbilo, en unión a todos los venezolanos pero, de manera singular por tratarse de un hijo de nuestra tierra andina, de Isnotú, localidad de nuestra geografía regional y de nuestra jurisdicción eclesiástica.

Esta Iglesia, que desde la Colonia ha sembrado la semilla del Evangelio y ha sido testigo del desarrollo de nuestros pueblos, ha sido el instrumento mediante el cual la vida de José Gregorio Hernández ha encontrado un cauce para descubrir y abrazar la vocación a la santidad. Desde la educación inicial del hogar cristiano constituido en su origen por la unión conyugal de Benigno y Josefa Antonia, sus padres; el Bautismo en el templo de Escuque; la Confirmación en el templo de Betijoque, pasando por el proceso de Iniciación cristiana en general, caracterizada en modo especial por el amor a la Sagrada Eucaristía, la Iglesia trujillana signó y delineó el curso de la opción de vida cristiana de nuestro próximo beato. La misma Iglesia a través de la catequesis y de la cura pastoral, introdujo el espíritu del niño y adolescente José Gregorio en la experiencia de piedad que lo llevó más tarde al interés por el conocimiento y devoción a María Santísima bajo las advocaciones de Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de Las Mercedes, a los santos de la mística española, a la vida de oración y contemplación de la cartuja de San Bruno, a la vida ascética de sacrificios y sobriedad, a la práctica sincera de la caridad en modo especial con los más desposeídos.

Esta misma Iglesia trujillana, ocho años antes de ser erigida como Diócesis en 1957, y perteneciendo aún a la Arquidiócesis de Mérida, inició el camino de acompañamiento a la causa de beatificación en Caracas, incoada por decreto del Excmo. Monseñor Lucas Guillermo Castillo, Arzobispo de Caracas.

Desde entonces nuestros obispos han sido solícitos en promover la correcta devoción al médico de los pobres y desde la realidad diocesana han impulsado el conocimiento del célebre trujillano de fama universal. Todos ellos procedieron en auténtica comunión eclesial con la Arquidiócesis de Caracas.

El primer Obispo de Trujillo, Mons. Antonio Ignacio Camargo (1957-1961), quien había sido párroco encargado de la parroquia de Isnotú entre 1921 y 1925 visitaba con frecuencia la localidad y, aunque ejerció un episcopado muy breve, dejó avanzadas las diligencias para adquirir la casa y terrenos donde nació el Venerable.

El segundo Obispo, Monseñor José León Rojas Chaparro (1961-1982) asumió con decidido entusiasmo todo lo relacionado con el entonces Siervo de Dios. Adquirió para la diócesis la casa y los terrenos que fueron de la familia Hernández Cisneros y promovió la construcción de un complejo religioso que motivara la devoción a José Gregorio Hernández. Para ello eligió y secundó al muy recordado Mons. Prudencio Baños. Este insigne sacerdote de nacionalidad española se incorporó a la diócesis como uno más y desarrolló por 45 años una inmensa obra pastoral en Isnotú; con gran entusiasmo pregonó la importancia del famoso cristiano; fue también merito suyo, entre otros, la construcción del complejo del santuario y la recopilación de importantes piezas históricas relacionadas con el Dr. Hernández.

Durante su dilatado episcopado Mons. Vicente Ramón Hernández Peña (1982 -2012) fue un diligente continuador de la labor iniciada por su predecesor; amplio conocedor de la vida del Venerable escribió con fina pluma homilías y cartas pastorales relativas al próximo beato. Respaldó, igualmente, la obra pastoral de Monseñor Prudencio Baños y demás sacerdotes de Isnotú. Durante su episcopado también debe destacarse que la vice postulación de la causa del Venerable recayó en el primer hijo sacerdote de Isnotú, Mons. Jorge Luis Villasmil Torres.

Finalmente, le correspondería al cuarto Obispo de Trujillo conocer el anuncio de la aprobación del milagro para la beatificación del Venerable. El muy recordado Mons. Cástor Oswaldo Azuaje Pérez (2012 -2021) se propuso desde su llegada a la diócesis poner su mejor empeño en la promoción de la causa de la beatificación, en estrecha unión con la Arquidiócesis de Caracas. La referencia al próximo beato fue una constante en sus homilías y catequesis; procuró mantener un amplio contacto con el santuario de Isnotú y sus sacerdotes. Al conocerse la noticia de los pasos finales para la beatificación conformó una Comisión Diocesana, asistió al menos en siete ocasiones al santuario para preparar el programa diocesano y hacer seguimiento a las obras de adecuación en la infraestructura y pudo participar en la reapertura del templo parroquial recientemente restaurado.

 

Ocasión favorable

La beatificación del Venerable representa un signo importantísimo para la Iglesia venezolana. Por una parte porque ha colmado un profundo anhelo de la gran mayoría de los venezolanos. Pero, quizás, lo más importante sea que este apreciable paso canónico tiene connotaciones trascendentales en diversos aspectos de la vida social y religiosa en Venezuela en el presente y, de cara al futuro.

Casi toda Venezuela se verá impactada por su beatificación y desafiada por la posibilidad de la futura canonización. Para la mayoría de los habitantes del país, la figura, historia, mensaje y ejemplo del Venerable constituye uno de sus referentes en cuanto a valores e identidad nacional. Además, su historia personal, su testimonio profesional y las diversas facetas de su vida abren posibilidades para presentarlo como un auténtico testimonio para el creyente de hoy.

Dos lugares en Venezuela ocupan la referencia de identidad con respecto al médico de los pobres: Caracas e Isnotú. La capital porque allí vivió como cristiano ejemplar y ejerció su profesión docente, médica y científica de una forma destacada, falleciendo en el ejercicio de su vocación un 29 de junio de 1919. Isnotú porque allí nació y se formó durante su infancia y parte de la adolescencia. Las primicias de la profesión médica las ejerció en Insotú, Betijoque y pueblos vecinos.

Además, desde Isnotú se ha trabajado, en nombre de la Diócesis, para proyectar nacional e internacionalmente la figura y devoción del Venerable. Mientras la Arquidiócesis de Caracas impulsaba el proceso de beatificación y la devoción al Dr. Hernández, el apostolado constante y pertinaz de Mons. Prudencio Baños proyectó la creciente devoción recibiendo a propios y extraños. Con el respaldo de sus obispos y un nutrido grupo de devotos, el clérigo condujo un prolongado trabajo pastoral, por más de cuarenta años, durante los cuales se edificó un valioso conjunto arquitectónico llamado “Santuario del Niño Jesús del Doctor José Gregorio Hernández”. A la vez se recopilaron valiosísimas piezas que fueron de uso personal o estuvieron relacionadas con el Dr. Hernández, las cuales están resguardadas en el museo histórico como una joya de incalculable valor espiritual y cultural.

Con la beatificación nuestra Iglesia particular tiene ante sí un reto histórico y una prometedora oportunidad pastoral. No se trata únicamente de los programas y actos que hemos venido ejecutando. La dimensión espiritual inspirada por el nuevo beato constituye el aspecto pastoral con mayores posibilidades para la evangelización y la renovación eclesial en el marco de nuestro Sínodo Diocesano. Se abren las puertas para que importantes sectores, atraídos por la figura del nuevo beato, vuelvan su mirada también a Isnotú, Trujillo y la Iglesia. Nos corresponde a pastores y fieles trabajar con mayor celo por el fortalecimiento de la identidad diocesana y la aplicación decidida del Sínodo Diocesano y nuestros planes pastorales.

Por ello, como Administrador Diocesano Sede Vacante de la Diócesis de Trujillo, ante el inminente acto de beatificación y posterior proceso de canonización quiero presentar un breve resumen de lo que hemos hecho y el programa relativo a los actos venideros.

 

Diócesis en itinerario pro beatificación

Una vez conocida la feliz noticia del milagro obrado en la niña Yaxuri Solórzano por intervención del Venerable Dr. José Gregorio Hernández, nuestra Diócesis formó su respectiva comisión pro beatificación. Establecimos, bajo la conducción del recordado Monseñor Oswaldo Azuaje, un plan y su respectivo cronograma de actividades que incluye tres etapas: antes, en y después de la beatificación.

Durante casi todo este tiempo hemos estado bajo las condiciones de cuarentena por la pandemia del COVID 19; pero hoy damos gracias a Dios por el trabajo pastoral realizado durante estos meses bajo la coordinación de la Comisión Diocesana: semanas dedicadas al Venerable, materiales audiovisuales, escritos sobre el Dr. Hernández, abundante presencia en los medios de comunicación social, actividades religiosas en el santuario de Isnotú, cooperación con instituciones educativas y de salud, entre otros.

Tenemos como objetivo fundamental unirnos a la celebración del acto litúrgico y canónico central el viernes 30 de abril en la Arquidiócesis de Caracas y preparar la celebración con carácter nacional en Isnotú, el sábado 8 de mayo, procurando que la celebración sea lo más variada y participada tanto en Isnotú como en cada comunidad del territorio trujillano.

En cooperación con la comisión nacional hemos programado nueve temas, en nueve jornadas, sobre algunos valores inspirados en el Dr. José Gregorio Hernández que nos sirvan de guía para un mejor conocimiento del Venerable y como propuestas para nuestra propia renovación tal como lo indicaron los obispos venezolanos en la pasada asamblea del mes de enero. Así mismo promovemos la novena de oraciones para que sea rezada en los templos, capillas, comunidades religiosas y hogares.

Proponemos, queridos hermanos, que desde el 27 al 29 de abril en cada templo de nuestra diócesis se realice un triduo de adoración eucarística, inspirados en la actitud orante del Venerable, pidiendo a Dios por la patria y el fin de la pandemia.

Sugerimos a los párrocos y demás agentes de pastoral que en sus homilías e intervenciones en los medios y redes sociales hagan constante referencia a la vida del Venerable y su importancia en la renovación social del país.

Exhortamos a la Comisión Diocesana, en general y en sus respectivas subcomisiones, a reforzar el trabajo en estos días previos y a continuar una labor planificada y orgánica que implique ir más allá de la beatificación.

 

Celebraciones jubilosas

Exhortamos a los sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos, y demás agentes de pastoral a sumarse, participar y organizar en sus respetivas comunidades los actos que a continuación proponemos para las jornadas del viernes 30 de abril y del sábado 08 de mayo.

 

Viernes 30 de abril: Día de la Beatificación

  1. Realizar un repique de campanas a las 6:00 a.m. en toda la diócesis y la transmitir el himno de Nuestra Señora de Coromoto en todos los medios y espacios posibles.
  2. Rezar en horas de la mañana el Santo Rosario en todo el ámbito regional, agradeciendo a Nuestra Señora de Coromoto, patrona de Venezuela, a quien está encomendada la causa de la beatificación.
  3. Trasmitir en todo el territorio de la Diócesis, y particularmente en el Santuario de Isnotú, a través de los medios de comunicación y redes sociales, el acto de Beatificación.
  4. Organizar un sonoro repique de campanas, cornetas, sirenas, música y otros, en todo el territorio trujillano, como muestras de júbilo, a las 12 del mediodía.
  5. Rezar en cada uno de los templos, casas religiosas y hogares, a las 3: 00 p.m. la Coronilla a Jesús de la Divina Misericordia por el fin de la pandemia.
  6. En horas vespertinas celebrar la Santa Misa según la memoria del beato José Gregorio Hernández Cisneros y entronizar una imagen en los diversos templos de la diócesis.
  7. Realizar, en la medida de las posibilidades y según las normativas vigentes por la pandemia, manifestaciones festivas en horas de la noche como repique de campanas, recorridos en carroza con la imagen del Beato y otras.

 

Sábado 08 de mayo: Solemne Celebración Festiva Diocesana

La primera celebración solemne de carácter diocesano en el Santuario Niño Jesús del Dr. José de Gregorio Hernández Cisneros, está pautada para el sábado 8 de mayo donde haremos el recibimiento de las reliquias del beato, expondremos las reliquias que resguarda el santuario y bendeciremos la imagen para introducir y venerar en el templo.

Los actos serán trasmitidos por los diversos medios de comunicación social y redes sociales. La Solemne Celebración Eucarística se realizará frente al templo parroquial Nuestra Señora del Rosario a las 10: 00 a.m. Será presidida por el Eminentísimo Cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo y concelebrada por el Excelentísimo Nuncio Apostólico Mons. Aldo Giordano y demás obispos y sacerdotes invitados.

Por ser un acontecimiento diocesano esperamos la presencia del clero trujillano y la participación de los devotos, según las indicaciones de las autoridades eclesiásticas, en común acuerdo con las autoridades regionales.

Posteriormente habrá otras celebraciones de carácter nacional, particularmente en torno al 26 de octubre, memoria litúrgica del nuevo beato Dr. José Gregorio Hernández. Las demás actividades del plan diocesano serán dadas a conocer oportunamente.

Mientras tanto seguimos orando para que el Señor conceda a la Diócesis de Trujillo un nuevo Obispo según su corazón y a imagen de Jesucristo Buen Pastor, encomendemos esta y todas nuestras actividades pastorales a la Santísima Virgen que nos protege bajo la advocación de Nuestra Señora de La Paz.

Dado en la Curia Diocesana de Trujillo, a los 19 días del mes de abril de 2021, año de San José, de la Familia y de la Beatificación del Venerable Dr. José Gregorio Hernández Cisneros.

 

Pbro. Rubén Gregorio Delgado Carmona

Administrador Diocesano Sede Vacante

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