Hay, sin embargo, oportunidades en las que me parece que nuestros pastores han estado particularmente inspirados. Tal es el caso de la última exhortación apostólica.
Citaré algunos párrafos que se expresan con sobrada elocuencia sin necesidad de comentarios adicionales. Desde luego recomiendo su lectura completa.
Dicen los obispos: “Los venezolanos estamos viviendo una dramática situación de dolor, violencia y sufrimiento moralmente intolerable. La presencia de la pandemia no ha hecho sino poner en evidencia las múltiples carencias que sufre el pueblo y la incapacidad de dar respuestas adecuadas.”
“Se escucha un inmenso clamor que sube al cielo ante el desamparo de millones de hombre y mujeres sin recursos económicos, sin comida, sin medicina, sin trabajo, sin servicios adecuados de electricidad, agua, transporte, gas doméstico y combustible.”
“Nuestro pueblo, todo, sin distinción, está inmerso en una cadena de calamidades.”
“El país está cerca de una quiebra económica de grandes proporciones.”
A la luz de estas realidades la Conferencia afirma: “Es inaceptable que continúe la situación que vivimos. Urge una acción de gran calado, una sacudida ética y una convergencia político-social que nos encauce hacia el deseo común: un cambio fundamental.”
“No es eliminando al que piensa diferente que se saldrá de esta crisis, sino incluyendo en la búsqueda de soluciones concertadas a todos los factores políticos y a las distintas instituciones que hacen vida en el ámbito nacional.”
“Tenemos que lograr el cambio sin violencia y en paz. Urge lograr la reconciliación y el perdón construyendo caminos de justicia y vida.”
Termina la exhortación diciendo: “Llamamos pues, escuchando a nuestro pueblo, a un acuerdo nacional inclusivo de largo alcance que salve a Venezuela de la gravísima crisis en la que se encuentra sumergida y a iniciar procesos para rescatar y recuperar el país social, política y económicamente.”
Pide que “acompañemos la búsqueda de una salida, que necesariamente pasa por la inclusión de todos… y la conformación de instituciones públicas, con valores democráticos, que sirvan al pueblo y procuren el desarrollo humano integral y social.”
¡Más claro imposible!
Seguiremos conversando.
Eduardo Fernández
@EFernandezVE