Lauca Ñ (Bolivia), 24 oct (EFE).- El expresidente de Bolivia Evo Morales afirmó que el oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), partido que fundó y lideró durante casi 30 años y que ahora está bajo el control del Gobierno de Luis Arce, quedó «destrozado» tras las últimas elecciones, en las que apenas superó el umbral del 3 % de los votos, lo que le permitió conservar su personalidad jurídica.
«El MAS está hundido, (el) MAS como sigla está destrozado, nuestro movimiento político sigue firme, sigue grande», indicó el exmandatario.
El aún partido oficialista se presentó a las elecciones generales del 17 de agosto con la candidatura presidencial del exministro de Gobierno (Interior) Eduardo del Castillo y obtuvo solo dos parlamentarios, un resultado que contrasta con comicios pasados en los que varias veces superó el 50 % de los votos y dominó las mayorías en el Parlamento.
En noviembre de 2024, el organismo electoral de Bolivia reconoció a Grover García, dirigente afín al Gobierno de Luis Arce, como presidente del MAS en cumplimiento de un fallo constitucional, decisión con la que Evo Morales perdió la jefatura del partido después de casi tres décadas.
Desde entonces, Morales conformó el bloque político Evo Pueblo, que aún no cuenta con personería jurídica y aglutina a la base social que se apartó del MAS tras el cambio en el liderazgo.
El exgobernante intentó postularse como candidato presidencial en las pasadas elecciones, pero no contaba con un partido, y una sentencia del Tribunal Constitucional Plurinacional reiteró que la reelección en Bolivia solo es posible una vez de forma continua.
Para Morales, quien también es líder del sindicato de cocaleros en el Trópico de Cochabamba, su bastión político y sindical, esas disposiciones del Tribunal Constitucional fueron «políticas» y aseguró que «siempre» estuvo habilitado, por lo que solo una reforma a la Carta Magna podría impedirle postularse nuevamente más adelante.
«No estoy desesperado para nada por ser candidato«, reiteró. Sin embargo, comentó que varios de sus seguidores consideran que la obra que inició en 2006, cuando asumió la Presidencia de Bolivia, «no está terminada» y que, por lo tanto, debería concluirla.
«Tengo la obligación de acompañar hasta donde me digan», remarcó.
Morales señaló que actualmente está más dedicado a sus labores agrícolas y piscícolas, actividades que también comparte con la formación política de nuevos líderes en la región del Trópico de Cochabamba (centro), su principal bastión político y sindical.
«Tengo la obligación de acompañar hasta donde me digan», remarcó. Añadió que el sector que lidera está enfocado en participar en las elecciones regionales de 2026, aunque, por una cuestión de plazos, el bloque político Evo Pueblo no podrá inscribirse y deberá buscar alianzas con otros partidos.
«Vamos a priorizar las elecciones subnacionales y vamos a ganar. Cuando haya convocatoria, vamos a comunicar con quién vamos a ir», afirmó.
Morales permanece desde hace un año en «confinamiento» en la localidad de Lauca Ñ, en la región central de Cochabamba, resguardado por cientos de sus seguidores para evitar que se ejecute una orden de aprehensión en su contra por un caso de trata agravada de personas, relacionado con una supuesta relación con una menor de edad con la que presuntamente tuvo un hijo cuando era presidente, en 2016.






