El 21 de noviembre no hay nada que celebrar, en función a “celebrar”, dice el psicólogo y profesor universitario Kabir Mendoza, pero sí hay muchas cosas que recordar y reflexionar; que “estamos aturdidos por la crisis, pero no derrotados”
Diana Paredes/CNP 13.379
Ser estudiante universitario, es convertirse en el protagonista de una historia que cada joven comienza a escribir, con borrones, con hojas arrugadas, entre lágrimas y tropiezos, pero también muchas sonrisas y momentos inolvidables. Una historia que avanza con el ritmo de su carrera; vivencias buenas o malas, sacrificios, trasnochos, amistades, enemistades; huelgas, gases lacrimógenos, y mucho más…
En la etapa universitaria el estudiante empieza a tomar decisiones, y algunos aprenden que las consecuencias forman parte esencial de esas decisiones, sin culpar a nadie, ni al profesor, ni al padre, ni a la madre y por toda esa etapa que cada quien decide vivir, el estudiante universitario venezolano se ganó su lugar, desde 1957 cuando luchó por la libertad, por eso es respetado y aplaudido de generación en generación y es conmemorado su día; por su valentía, su resistencia, su heroísmo, su espíritu luchador y combativo, es por ello, que el 21 de noviembre no se callan, al contrario, alzan su voz no para gritar, sino para exigir con mucha moral, que quieren un país libre, donde estudiar no siga siendo un lujo o una proeza.
Muchos son los testimonios de estudiantes que día a día hacen de “tripas corazones” para seguir estudiando y lograr la meta tan anhelada de la mayoría de los jóvenes, como lo es: tener una carrera universitaria, contar con un título y ser alguien en la vida, tal como lo inculcan los padres desde el hogar. Al conversar con algunos estudiantes universitarios todos coinciden en que son muchos los retos que ahora deben enfrentar. En otros tiempos, para los estudiantes universitarios, quizás era sacar buena nota, mantener el promedio, ser el mejor; ahora, todo eso se convirtió en superfluo, porque los retos en estos tiempos de crisis son: transporte, alimentación, dinero para pagar pasaje, copias, comida, residencia, o poder llegar en medio de sacrificios a la universidad y rogar que el profesor haya asistido porque también es afectado por la crisis del transporte.
Testimonios universitarios vivos
Leonela Durán tiene 19 años, estudia primer año de Comunicación Social en la ULA-Nurr, vive en Betijoque y viaja todos los días a la universidad. Contó que se levanta todos los días a las 3:30 de la madrugada, para preparar su comida, arreglarse y estar puntualmente en la parada del bus a las 5:30 am rumbo a Valera, donde debe agarrar el autobús de la Universidad, cuando no logra llegar a tiempo debe irse desde el terminal a la Villa, “normalmente me voy en el bus rojo de Café Venezuela, en esos casos cuando no alcanzo el bus de la Universidad” comenta Leonela. Asegura que el horario de clases es muy flexible, solo tiene clase hasta el mediodía, pero aún saliendo temprano llega a su casa a las 5:00 de la tarde, y en el peor de los casos a las 7:00 pm cuando sale en la tarde. “Hubo una vez que llegué a las 10:30 de la noche, porque salí muy tarde y fue horrible” comenta. Pero ante las adversidades Dios me ha ayudado. Para el próximo año si esto sigue así, vamos a tener que congelar el año, mi hermana que estudia en Barquisimeto y yo. Porque a pesar de que trabajo, todo está muy duro.
Ismar Linares, estudiante de Comunicación Social de la ULA-Nurr, asegura que hoy día muchos estudiantes se sienten frustrados, desanimados, con más ganas de irse del país que de quedarse a estudiar. El estudiante universitario no se siente complacido ni provechoso, se siente ineficiente, se siente mantenido por sus padres, “cualquier estudiante de mi generación quisiera estudiar y trabajar, pero no puede, por más que lo intente. Esta situación afecta en todo, desde el nivel académico, hasta la parte social, económica y emocional”
Rodolfo Paredes, estudiante de Lenguas Extranjeras, de manera optimista expresó que los procesos democráticos son largos y cuestan para materializarlos, pero lo más importante es que vale la pena la lucha y la espera. Hoy por hoy, nos decepciona y nos da vergüenza decir que quienes están en el poder, incluso el ministro de Educación Universitaria. Hugbel Roa. entre otros, vengan de la dirigencia estudiantil universitaria, y esto lo digo porque no es posible que siendo así, permita que un estudiante con beca trabajo o estudio, gane 40 Bs soberanos, ni para un pasaje alcanza eso, lo consideramos una falta de respeto, ellos se burlan del futuro del país, pero algún día esos señores tendrán que rendir cuentas. Afirmó Paredes.
Debemos tomar la batuta
Dijeron los jóvenes que aunque ahora lo que se vive es la desesperanza y desmotivación, debemos encender la llama de lucha, y no solo los estudiantes, sino todos los jóvenes, y por ello se planificó la actividad en la ciudad de Valera este miércoles 21 de noviembre, para enviarle un mensaje a toda la juventud venezolana y trujillana que debemos tomar la batuta de esta situación, porque somos el futuro del país. Todos los cambios que se han dado en todo el mundo han sido propiciados por los jóvenes, acompañados por un conglomerado, por eso les decimos, que Necesitamos transformar nuestra sociedad y queremos, con nuestra presencia en la calle encender la llama de todos.
Firmes en su meta
Por su parte el profesor universitario y psicólogo Kabir Mendoza, afirma que la situación país, ha desligado a muchos estudiantes de esa visión o propósito de estudio, quedando en la Universidad aquellos jóvenes que quieren verdaderamente tener una carrera, entendiendo que muchos no tienen buena situación económica.
“Mi experiencia me dice que quienes se mantienen, están firmes ante esa meta, ante ese proyecto que buscan y que persiguen de graduarse, hay que recordar que, en momentos de mayor dificultad es donde se refleja el verdadero carácter de lucha y resistencia, así como su espíritu; y los jóvenes que están en la Universidad de Los Andes, Núcleo Universitario Rafael Rangel, se mantienen con el espíritu de resistencia y lucha, porque hay una situación muy compleja a nivel psicológico que afecta no solo a los estudiantes, sino a toda la Universidad, situación a la que se le suma el miedo, la indiferencia y apatía, lo que da como resultado una desesperanza muy fuerte, entonces, muchos estudiantes han huido de la universidad producto de la persecución, otros por necesidades básicas, y algunos que han caído en la arena movediza de la indiferencia».
Rosario de problemas
El profesor afirma que los estudiantes tienen un rosario de necesidades: Transporte, tanto público como de la Universidad, solo cuentan con dos rutas, Valera y Trujillo, que no satisface la demanda. Residencia, los estudiantes foráneos, del eje Boconó, panamericana, incluso los que son de la ciudad de Valera, que antes se residenciaban en El Prado, Pampanito, La Concepción ya no pueden por los altos costos,. El problema de la comida, ya no hay la calidad de alimentación, el comedor no funciona como tiene que ser y cuando se paraliza por tiempos cortos o prolongados gastan mucho para comer.
Y el bienestar estudiantil es muy poco, un estudiante becado lo que le otorga el gobierno son 40 bs soberanos, es inaudito, ni un dólar gana un estudiante becado por la Universidad de Los Andes, lo que no ayuda con la motivación para que el estudiante se beque, muchos han desertado de la beca, quedándose aun en la Universidad, sobre todo los que tenían beca trabajo que debían laborar por 8 horas por 40 bs. Para los padres es un gran sacrifico mantener a su hijo a pesar de ser universidad pública.
Mantener puertas abiertas es positivo
Indudablemente, afirma Kabir Mendoza, que el deterioro de la Villa >Universitaria, que se ha convertido en un ambiente muy negativo y la falta de condiciones físicas idóneas para la comunidad universitaria es un factor que se suma para aumentar la desmotivación, pero, el mantener la universidad abierta, es significativo para los estudiantes, los pocos que hay. Como universitarios no debemos decir que la universidad esta vacía, ha perdido una matricula importante y el número es reducido, pero no esta vacía hay estudiantes, personas que están luchando y ese remanente hay que respetarlo y defenderlo para seguir avanzando, a pesar de las adversidades y padecimientos que nos ha hecho pasar la situación país y el gobierno venezolano. Como psicólogo nos ha golpeado pero no estamos derrotados, de repente aturdíos pero con fe y esperanza de que saldremos adelante,
La situación, no solo afecta al estudiante universitario, sino también al profesor, Quienes ponen de su parte, los que quedan, porque desde hace dos años ha ido arreciando el ausentismo de profesores, y la causa es lógica; un profesor gana un poco más de sueldo mínimo, sin embargo hay profesores que están haciendo su mejor esfuerzo para que los estudiantes avancen, y están resistiendo al igual que los estudiantes. Se han hecho campañas de motivación desde la dirección de asuntos estudiantiles (Daes), afirma Mendoza.