Estamos viviendo un desierto de carencias

Feligresía asistente a la santa misa del Miércoles de Ceniza.

En tiempos de desierto el pueblo de Israel vivió momentos de desesperación sin perder la esperanza  porque siempre hubo la mano de Dios a través de sus líderes religiosos, dijo el padre Argenis Torres

El padre Argenis Torres del Santuario Diocesano San Alejo, destacó el comienzo de los cuarenta días del desierto, primero del pueblo de Israel cuando estamos en ese tiempo de hastío por resequedad. Desierto también es imagen de precariedad porque actualmente estamos viviendo un desierto de carencias. En tiempos de desierto el pueblo de Israel vivió en desesperación pero no perdió la esperanza, porque siempre hubo la mano de Dios a través de sus líderes religiosos: Moisés, los jueces y los sacerdotes. Debemos darnos cuenta que Dios es el Dios de la vida, que apunta por el progreso humano, por el bienestar, el Dios que nos a creado dándonos vida y esa vida nos la ofrece a través de la Liturgia, la Conversión y todas las acciones prácticas comunitarias. Tenemos 40 días para reflexionar y ojalá cuando digamos “Gloría a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres, porque Cristo ha resucitado” también resucitemos de forma individual y colectiva que nos lleve al progreso integral.

También agradeció a Dios por la presencia de 5 seminaristas que realizaron su retiro en Boconó y que serán ordenados en marzo como diáconos en la Diócesis de Trujillo. Se trata de perfilar en ellos la imagen de Cristo Sacerdote y Buen Pastor que nos llama a tener una profunda unión con Él y amor a la Iglesia con las virtudes sacerdotales como son: Entrega, amor a la iglesia, solidaridad, fraternidad sacerdotal, el empeño pastora cotidiano y para que el trabajo del discípulo misionero de Cristo realice un trabajo más eficaz

Seminaristas en retiro

Al encontrarnos con los seminaristas en retiro y que pronto recibirán el diaconado: Egler Barazarte, Hender Zambrano, Omar Pérez, Emmanuel Salas y Andry Villoría, nos recordaron que “Nuestra vida siempre es una cuaresma, un camino de reflexión y conversión para un encuentro con el Señor Jesucristo”.

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