A la una de la tarde del viernes 3 de julio, Freddy Armando Ramírez Serrano, de 42 años, llamó a su esposa. Le avisaba que estaba siendo acorralado por una comisión del Cicpc. Le dijo que dos funcionarios le exigían los documentos de una moto y pidió que se los llevaran, en su teléfono quedaron los registros de las llamadas.
La esposa, Elba Rosa Escuraine, quien es bedel de un plantel en la población de El Piñal, estado Táchira, población donde reside. En el momento que recibe la llamada de él, presenciaba un taller sobre el maltrato a la mujer y violencia de género en la institución donde labora, de acuerdo al relato de la angustiada mujer.
Cuenta que al llegar al sitio, carrera 7 de la localidad, había cuatro camionetas con el logo del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) cercando los accesos a su residencia.
No la dejaron verlo
“Me dice: negra vengase rápido para la casa porque hay dos tipos preguntándome por los papeles de la moto, yo necesito comunicarme con mi amigo Alex para que traiga los papeles. La moto era de un amigo de él”, cuenta Elba lo que le alcanzó a comentar su esposo Freddy antes de fallecer.
Cuando ella llegó a la casa, vio “ptj” por todos lados, cuando intentó entrar, le negaron el ingreso, relata.
“Yo soy la dueña de la casa, les dije. Me decían aléjese de aquí y me empujaban, me empujaron como dos o tres casa de distancias de adonde yo vivo. Yo soy la esposa del chamo que está allá arriba, les decía e insistían en que me alejara”, describió la mujer.
El hijo de 12 años de Elba presenció el suceso. “Mi hijo me dijo: mamá a mí esos hombres me tocaron, me pidieron las llaves de la casa, me metieron la mano por todo el cuerpo a ver si yo tenía las llaves, me estaban acosando”, describe.
Ella sacó a su hijo del lugar, lo llevó a una casa al escucharlo gritar que dónde estaba Freddy, que él no era malo, que era su papá.
“Yo me fui a buscar a una hermana de mi esposo a una cuadra y cuando iba escuché los tiros”, explica Escuraine. Los vecinos de su cuadra contaron 7 detonaciones.
Apenas habrían transcurrido 20 minutos desde que Freddy Armando llamó a Elba, cuando ella vio cuando lo bajaron por las escaleras “como un animal, cada ptj en un pie de él y otros dos en la manos. Lo tiraron a la camioneta y no me lo dejaron ver”, expresó.
Él también llamó a su sobrina Maryori Cuella. Ella relató que corrió con los documentos de la moto para llevárselo, pero en la confusión ella se fue a la policía, allí le dijeron que no estaba. Cuando llegó a la casa donde se presentaba el cerco le dijeron que ya lo habían tiroteado y se lo habían llevado a un centro asistencial local.
No tenía armamento
El cuerpo de Freddy Armando Ramírez Serrano fue llevado al Hospital Tipo I de El Piñal en la tolva de una camioneta Pick Up con un logo del Cicpc. Así lo afirma su esposa como testigo, a pesar de que sus familiares aseguran que fue sacado de su casa sin vida.
“No tuve la oportunidad de verlo, él me llamó para que yo hiciera algo pero no me dejaron entrar. Ahora salen diciendo que él tenía granadas y armamento”, exteriorizó la allegada.
Expuso Escuaraine que cuando su sobrina acudió al Cicpc a rendir declaración le dijeron que él no estaba armado para el momento. Sin embargo la versión del Cicpc en su cuenta Delegación Táchira dice de Instgram Freddy Armando Ramírez Serrano era buscado por la violación de tres sobrinas políticas y que él desenfundó un arma e inició el supuesto enfrentamiento. Seguido menciona que quedó “neutralizado”.
“Yo me pregunto: ¿por qué hicieron eso y llegaron a la casa sin una orden? ¿por qué violaron puertas?, ¡la excusa eran los papeles de la moto! Yo pregunté en el Cicpc a qué se debió eso y la respuesta fue que abrieron el expediente y que él tenía una denuncia por violar a tres niñas con penetración. Eso es falso, nosotros teníamos cuatro años viviendo y en ningún momento lo vi es situaciones raras, además es padre de dos niñas y a mis hijos nunca les faltó el respeto, los pueden interrogar cuando quieran”, exclamó Elba.
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Freddy Ramírez era caletero en una agropecuaria cercana a su lugar de residencia, en su tiempo libre tenía como hobby jugar fútbol, era árbitro en los juegos.
Relata su pareja que poco antes de comenzar la cuarentena fue denunciado por una vecina que por agresión física, Freddy Ramírez se presentó ante las instancias competentes para defenderse ante el señalamiento. Asegura Elba que nunca se confirmó que él hubiese violado niñas y negó que haya sido agresivo con mujeres, por el contrario, lo describe como una persona querida y tranquila que le gustaba huir de los problemas.
La familiar exige «que busquen a esas niñas e investiguen a fondo para determinar si él les hizo algo o no” . Apunta que con la familia denunciante registraban diferencias de vieja data que decidió vengarse denunciándolo por agresión física.
“El Cicpc violó los derechos humanos. Lo asesinaron, ellos se metieron a la casa e hicieron tiros para hacer ver que Freddy estaba disparando. Ellos montaron una escena. En mi casa nunca ha habido armas, yo tengo niños y ellos me esculcan todo, allí nuca ha habido armas”, agregó.
Incluso Elba Rosa denunció que durante su declaración en el Cicpc cuando reclamó el robo de una resma de hojas blancas, una colonia de su esposo nueva, una linterna y cobija le amenazaron con no entregarle el cuerpo ni la orden de retiro hasta que ella no reparara daños que sufrió una de las unidades del Cicpc durante el evento cuando los vecinos enardecidos lanzaron piedras en señal de protestar para exigir el paradero del hombre fallecido.
Finalmente a la familia le entregaron los documentos para el retiro del cadáver. Tras dos días con el cuerpo inerte en la Morgue del Hospital Central de San Cristóbal todavía no le permitían verlo.
Esta víctima deja huérfanos un hijo de 16 años, una niña de 11 y otra de 8 años, además de sus dos hijastros, uno de 12 años y otro menor de edad.
Desde la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, Jordi Pérez amigo de Freddy repudió la actuación del Cicpc al ingresar a la vivienda sin orden de allanamiento. También rechazó el trato que se le dio a los familiares cercanos cuando intentaron saber qué ocurría. Expresó que no se había comprobado que Freddy hubiese violado a menores de edad y el debido proceso no era matarlo.
En la vivienda de Elba Rosa quedaron como evidencias varios impactos de bala en las paredes. Además vio un charco de sangre en la entrada de uno de los cuartos y el cuarto de los infantes quedó revolcado, revelaron sobrinas de Freddy. Ante estos hechos la familia expone que se contradice la versión que dio el Cicpc.
La pareja de Freddy Armando teme nuevas represalias contra ella y sus dos hijos menores por parte de funcionarios actuantes, sin embargo exige que sea investigado el caso a fondo y se llegue a la justicia.
Violencia policial
Ante este hecho, la organización no guberbamental Provea en su sitio web expone que pudo identificar en 2019 a 1045 víctimas asesinadas por policías o militares, «buena parte de los asesinatos se perpetraron en las viviendas de las personas. La violencia policial y militar en las zonas pobres de Venezuela ha llevado más inseguridad en las viviendas. No solo se realizan allanamientos masivos, sino que se realizan ejecuciones y los funcionarios se roban bienes de las familias».
LA ong recalca que la Alta Comisionada de Derechos Humanos Michelle Bachelet en su Informe presentado el pasado 02 de julio señaló que en lo que ente los meses de enero a mayo de 2020 las policías habían asesinado a 1334 personas . De esa cantidad 366 por el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas.