“No tenemos futuro dentro de la policía, por eso muchos que entran no permanecen ni un año”, comenta un funcionario activo que relata su frustración ante el mal trato que dicen recibir. “Tenemos 4 años sin uniformes y pasamos hambre, porque ya no nos dan la comida cuando estamos de guardia, en estos días dieron almuerzo y sirvieron fue un plátano cocido con arroz”
No hay uniformes, encabezan la lista de los profesionales más asesinados para ser despojados de sus armas en Venezuela, tienen un salario en la región de solo Bs. 240 mil mensual, pasan hambre mientras trabajan, tienen horarios de hasta 24 horas continuas y no los dotan de uniformes desde hace cuatro años, además acusan malos tratos de sus superiores, lo que causa la renuncia, en los últimos dos meses de 200 policías del Táchira.
El déficit de policías en el Táchira, para este momento es de 57 %, de acuerdo a los análisis que hacen las criminólogas adscritas a la dirección de Seguridad Ciudadana de la Gobernación de la entidad.
Liceth García, criminóloga, dice que se dedicaron a conocer la razón o razones que está dejando sin policías a la población, a pesar de la necesidad de contar con mayor seguridad por los altos índices de criminalidad reflejados en más de 26 mil asesinatos en el país durante el 2017.
En enero, hace un año atrás, había 3 mil uniformados en la Policía del Táchira; hoy la cifra ha descendido a 2.640 policías, de ese grupo 600 están de reposo, lo que deja operativos solo a 2040 funcionarios para todo el Táchira.
Sólo en un mes (diciembre a enero 2018) se presentaron 200 solicitudes de bajas o de renuncia en la Policía del Táchira.
Las razón que más destaca en el abandono del uniforme azul, es la económica. Observa la criminóloga que los bajos salarios que perciben los empuja a migrar a otros países, como lo están haciendo millones de venezolanos.
El jefe de Seguridad Ciudadana del Táchira, Fernando Tarazona dice que un funcionario policial gana de salario básico mensual Bs. 240, más el cesta ticket. Agrega que con ese monto debe pagar alquiler, porque sólo un 25 % tienen vivienda y menos del 75 % posee vehículo.
De acuerdo al valor del dólar en el mercado que usa el venezolano común, el salario del policía es sólo de un dólar al mes, lo que condena al uniformado a ser más pobre que los considerados pobres del mundo, quienes viven con un dólar diario.
“Este cuadro económico y social hacen al policía más vulnerable a la corrupción”, y agrega Tarazona, que el uniformado requiere trato especial en relación al resto de funcionarios públicos, porque no tiene la posibilidad de salir de la comandancia a un negocio propio, “debe cuidarse del delincuente a quien capturó, éste puede seguirlo y atacarlo, por ejemplo”.
Se necesita más del doble de funcionarios.
De acuerdo a los estándares internacionales se requiere de 3 a 4 policías por cada mil habitantes. El Táchira con una población de 1 millón 168 mil 908 ciudadanos -según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE 2011)- necesitaría 4 mil 676 funcionarios policiales, pero en la actualidad tiene menos de la mitad, posee 2.040.
Es decir, solo se cubre en el Táchira un 43% de lo requerido internacionalmente para tener control del delito. Con el agravante, en este caso, de tratarse de una nación que figura entre las tres primeras del mundo con mayor índice de criminalidad.
Destaca la criminóloga García, que la directamente afectada es la población que se está quedando desprotegida y vulnerable, “y en este momento la inseguridad ciudadana es mayor, porque no funciona con normalidad el servicio de transporte público y la población debe caminar con escasos policías en patrullaje”.
Incrementar el número de policías no es sencillo si se considera que es uno de los oficios menos atractivos y más peligrosos para los jóvenes, además señala Tarazona que para formar un nuevo funcionario se requiere un año de adiestramiento en la Universidad de la Seguridad o en la escuela de policía del Táchira, lo que imposibilita el egreso en corto plazo de funcionarios de seguridad.
Otro fenómeno que ocurre según Liceth García, es la migración de los policías una vez finalizan su escolaridad: “estudian, el Estado venezolano los prepara y ellos se van, porque con el título son contratados en seguridad en otros países y con mejores salarios”.
200 policías han pedido la baja entre diciembre y enero en la Policía del Táchira, de acuerdo a un informe de la Dirección de Seguridad Ciudadana. En un año casi mil funcionarios dejaron de estar activos entre renuncias, jubilaciones o reposos, lo que dejó a la población más desfavorecida que nunca frente a la delincuencia
“La intervención de la policía complica la situación”
La situación de la policía del Táchira es similar a la del resto de las policías del país, según el jefe de Seguridad Ciudadana de la gobernación del Táchira, Fernando Tarazona, quien dice que debe encenderse las alarmas del país ante esta grave realidad, “vimos guardias nacionales durmiendo en la calle haciendo cola para pedir la baja, lo que dice que todos están igual”.
Otro factor desmotivador para los funcionarios policiales según Tarazona, es la intervención de la policía del Táchira a pocos días de haber sido electa como gobernadora Laidy Gómez: “Los funcionarios tenían la esperanza que al cambiar la administración cambiaran las condiciones laborales, porque desde hace 4 años no reciben dotación de uniformes”.
Explica, que ante la intervención de la Policía del Táchira la gobernación sólo quedó pagando la nómina, pero por ser la policía un instituto autónomo, si no alcanza el presupuesto para dotación, por ejemplo, deben presentar un proyecto que justifique la solicitud de más recursos, “pero si no hay coordinación entre el instituto policial y la gobernación no se puede, y quien se afecta es la seguridad de la región”.
Seguridad Ciudadana viene reuniéndose con la comunidad, dice su director. “Oímos a la comunidad y estudiamos las condiciones de cada sector, pero cuando lo comunicamos a los organismos ejecutores que tienen las patrullas, logística y personal, ellos no vienen a las comunidades. El director de la Policía Nacional Bolivariana del Táchira Cristian Morales, les prohibió a sus funcionarios que se reunieran con nosotros”.
Tarazona hizo el llamado al comandante de la PNB y a todos los organismos de seguridad, pide que unan esfuerzos y se sumen al combate de la inseguridad, “olvidémonos de la política para que no se afecte la sociedad tachirense”.
Táchira: 20 asesinatos en enero.-
La dirección de Seguridad Ciudadana no tiene acceso a las cifras en la región, obtienen data de Organismos no gubernamentales, medios de comunicación social, el registro de siniestros en el Hospital Central y algunos datos que con discreción les trasmiten policías activos.
La data que manejan requiere una investigación más acuciosa, pero determinó para el cierre del mes de enero en Táchira 20 asesinatos, de estos 7 bajo la modalidad de sicariato y 13 por resistencia de la víctima a ser robado o por crímenes pasionales. Por lesiones personales por armas de fuego o armas blancas, son 38 los afectados.
Recordó Tarazona que el año 2017 cerró con un incremento del 85 % de asesinatos por encargo, en relación al año anterior, también contabiliza un secuestro en ese periodo.
RELATOS.-
“Mejor me pongo a charapear o a coger café que ser policía”
“Pedí las vacaciones y no me las dieron, ahora me dicen que cuadraron para que trabajemos una semana sí y otra semana no… tras de cómo está esa v…. que no aguanta ni una pela, no hay nada ahí y gana uno, una miseria. Mejor me voy para la calle algo hago, me pongo a charapear, a coger café. Uno en la calle se rebusca, porque en la policía es puro pasar hambre”.
Ese es el testimonio de un funcionario policial que pide reserva de su identidad, pero que visiblemente molesto dice que no vale la pena ser policía, más, en una situación como la que atraviesa a nivel familiar: “mi suegro está enfermo y lo debo llevar al oncológico porque el resto de mi familia se fue del país, pero ellos envían dinero por Colombia para uno poder comprarle la medicina y comida… Le dije al comandante que mejor me dedicó a apoyar a mi familia y trabajar en cualquier vaina, da más resultado”.
“En las guardias de 24 horas aguantamos más hambre”
Un funcionario policial con más de 20 años al servicio de la Policía del Táchira relata bajo reserva de su nombre, que la situación es caótica dentro del cuerpo de seguridad, “nunca se había registrado tantas bajas, pero la mayor razón es el tema económico, como sucede con todos los empleados públicos del país”.
Otras de las razones de peso que expone dentro de la organización policial del Táchira, es que no sienten que haya futuro: “Se entra con unas expectativas y se decepcionan con la realidad. Vemos funcionarios que no permanecen ni un año dentro del cuerpo. Además con la intervención el maltrato aumentó y esto puede incidir también en tanta baja de funcionarios”.
Se ha doblado el trabajo a razón de que hay menos personal, “ahora no hay comida, antes mientras estábamos de guardia gozábamos de las tres comidas, ahora no las tenemos. Si nos dan algo es muy malo, no sirven nada de proteínas y las necesitamos si estamos trabajando 24 horas continúas. Hoy no sirvieron nada, ayer hubo almuerzo y fue arroz y plátano cocido”.
Explica que la partida presupuestaria de la comida en el año 2017 se acabó en el mes de octubre. “Cuando un funcionario está en el comando 24 horas continúas y no puede ir a su casa aguanta hambre… el policía no puede hacer funciones iguales a otro funcionario público, no puede trabajar a medio tiempo o salir a comer, al policía se le ordena y debe cumplir”.
“¿Será que al gobierno le sirve que no haya seguridad?”
“Ganamos sueldo mínimo y nosotros los policías no tenemos ni para comer donde estamos trabajando. Entonces, con un cuadro familiar de esposa y tres hijos y con hambre ¿cómo hace un policía? ¿Será que no puede ser presa fácil en la calle de que lo compren?”, se pregunta un policía del Táchira que recién colgó su uniforme y pidió la baja.
“Es que con hambre no hay moral y es un tema delicado de tocar. Por ejemplo, para resguardar una escena del crimen, la cinta que ven de seguridad la debe poner el policía de su dinero, la hoja de papel para hacer el reporte la debe poner el policía también de su bolsillo”.
Otras de las causas que cita el ex funcionario como motivo para pedir la baja policial, es que el uniformado está obligado a socializar con los delincuentes cuando viven en la misma zona de alta criminalidad, porque ahí está su familia y muchas veces el criminal está más armado que la policía.
A las unidades de transporte no les dan mantenimiento, dice el informante que un cambio de aceite vale 6 o 7 millones de bolívares y debe asumirlos el policía, “¿qué es lo que quieren, de dónde debe sacar un policía para obtener ese dinero, será que quieren que vayan y lo robe?
“Lo que me pregunto como policía es, ¿será que con estas condiciones lo que quieren es acabar con la Policía del Táchira, eliminarla? ¿o será que al gobierno le sirve que no haya seguridad y que nos maten? No lo sé, pero puede que hayan otras intenciones detrás de todo esto”, sostiene el funcionario en retiro.
DATOS
*3 a 4 policías por cada mil habitantes es la exigencia internacional para la seguridad ciudadana; en el Táchira la cifra de funcionarios activos no llega ni a la mitad de lo requerido, teniendo un déficit de 57 % de policías.
*El gobernador Vielma Mora tenía 60 funcionarios de seguridad para su resguardo personal, a toda la gobernación les asignaron casi 6 veces menos funcionarios que los que tenía Vielma solo.
*Desde diciembre del 2017 han solicitado la baja 200 funcionarios de la Policía del Táchira, la mayor cantidad de solicitudes de baja de las que se tenga registro en las últimas dos décadas.
*El primer mes del año cierra con 20 homicidios en Táchira, más del 40 % de estos corresponde a asesinatos por encargo o sicariato.