Para el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal la salida a la crisis de Venezuela no está en los aeropuertos, ni en los puentes internacionales, sino en el cambio que ejerza cada venezolano, y en su ayuda hacia los demás.
Buscar la salida a la crisis política, social y económica que enfrenta Venezuela dentro de cada ser, es lo que considera el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta, deben hacer los venezolanos. A su juicio, salir de la crisis no depende de extranjeros, de invasiones, ni del accionar de un grupo político, sino del cambio que cada habitante de este país haga a lo interno.
Ha sido polémico y criticado por muchos, por la relación cercana que mantuvo con el fallecido presidente de la República, Hugo Chávez; sin embargo, su mensaje lo aleja de la práctica de uno u otro bando político, y lo muestra como un pastor de Iglesia que analiza cada quiebre que enfrenta Venezuela.
Ayudar a quien lo necesite, aunque sea con una palabra de aliento, es su propuesta; así como también que los políticos vuelvan a ser pueblo. En las puertas de la Catedral de San Cristóbal conversó con el Semanario de Los Andes, durante las actividades de la Semana Santa. De manera pausada y firme dio su percepción de las elecciones del 20 de mayo y la crisis humanitaria.
Recordó que los pobres y los más abandonados también son pueblo y son Iglesia, y por lo tanto cada ciudadano debe convertirse en “luz en este país… Los únicos que podemos salvarnos somos nosotros, con la ayuda de Dios”.
Monseñor el mensaje para Venezuela en estos tiempos de crisis
“El mensaje es muy claro, todos los católicos sin excepción, los pobres y los ricos, debemos unirnos para demostrar que somos capaces de salir de la crisis. Esperar que los políticos hagan alguna propuesta es esperar en vano. Es importante que todos los hombres y mujeres, cualquiera que sea su condición, su ideología, su credo, nos unamos para responder a las grandes necesidades, a los grandes retos y demostrar que la salida de Venezuela no está ni por Cúcuta, ni por Maiquetía, sino en cada uno de nosotros.
Acompañamos y respetamos a los que por muchos motivos se han ido del país, pero los que nos quedamos aquí estamos llamados a ejercer nuestro liderazgo y a ser sujetos sociales, quiero invitarles a cada uno a visitar enfermos, personas necesitadas, personas que están pasando hambre, no esperen a que les invitemos, todos somos responsables. Los médicos que se organicen para ir a visitar tantos enfermos que hay en nuestras comunidades, para que verdaderamente le digamos al mundo que si hay crisis y la estamos sufriendo, pero que nosotros somos los que vamos a salir adelante”.
¿Qué significado tuvo la presencia del Obispo de Cúcuta en el viacrucis de San Cristóbal.
“Es un signo de que en la Iglesia no hay frontera, yo también estuve en Cúcuta el miércoles y jueves pasado, estamos trabajando en comunión, el Papa lo ha indicado en otras oportunidades y nos ha ratificado su apoyo de manera personal. Eso demuestra que no hay fronteras. Mientras los políticos de uno y de otro lado están divididos, tanto del oficialismo están peleando entre sí y los de la oposición están peleando entre sí, porque están buscando sus intereses, la Iglesia no pelea ni levanta muros, sino que levanta puentes para encontrarse al servicio de la gente”.
Monseñor precisamente en un país en donde tantos pasan hambre, no tienen medicinas, la propuesta son unas elecciones ya próximas. ¿Qué opina de ese proceso electoral?
“Esa no es la única propuesta, creo que se necesita la salida electoral porque forma parte de la Constitución, del ordenamiento jurídico, siempre que haya garantías, pero esa no es la única salida, no podemos pensar que gane quien gane las próximas elecciones va a resolver el problema, la gran salida es que los políticos tomen conciencia de que son pueblo, los políticos están alejadísimos del pueblo, los dirigentes e incluso algunos sacerdotes están alejados del pueblo. Creo que en la medida en que nos sintamos miembros del pueblo, el que sintamos el hambre y compartamos todo lo que tenemos, sea mucho o poco, estaremos dando una salida. La verdadera solución es sentirnos protagonistas, la solución no se la podemos dar solamente a los políticos”.
¿Cree que en este momento hay garantías electorales?
-Las estamos exigiendo, si hay verdaderamente una conciencia plena tanto en la dirigencia del gobierno como en la de la oposición, debería haber no un diálogo, porque ya la palabra diálogo está muy devaluada, pero si debe haber un acuerdo para que se garantice cambiar el Consejo Nacional Electoral, exigirlo para que haya una participación de todos, y por otra parte, que se respeten los lapsos y que se respete también el canal humanitario.
Monseñor sobre el canal humanitario, ¿ha seguido trabajando la Iglesia para solicitarlo?
“Bueno, la Iglesia sigue luchando porque haya canal humanitario de manera oficial, pero nosotros tenemos nuestro canal humanitario. La presencia del Obispo de Cúcuta, la presencia mía en Cúcuta, la presencia de sacerdotes y laicos trabajando, porque hay un buen grupo de laicos que todas las semanas van a las casas de paso para ayudar en Cúcuta, habla que para nosotros no hay fronteras, para nosotros no hay canales, para nosotros hay una gran autopista, la autopista de la caridad, y creo que el gobierno no debería tener miedo, ni el gobierno, ni los políticos, de hablar de canal humanitario, y que muestren su confianza.
No le tengan miedo la Iglesia, la Iglesia no va a dar ningún golpe de Estado, pero la Iglesia va a estar siempre al lado de los más pobres, de los más necesitados, es lo que queremos y por eso cuando hablamos de canal humanitario para que la dirigencia política y sobre todo el gobierno lo promuevan, es para que haya garantías; pero fíjate cuánta gente es ayudada, es atendida, no solamente en Cúcuta, no solamente en Táchira, sino en toda Venezuela, en toda Colombia, en todas partes gracias a que para nosotros no hay fronteras.
¿Cómo llegarle a ese venezolano que se siente derrumbado, que se siente que no hay opción, que quiere salir corriendo?
-Que sientan que nosotros estamos con ellos, y que como dijo Jesús en La Cruz, “Dios mío, Dios mío, porqué me has abandonado”, él sintió el abandono, pero en el fondo en ese abandono encontró que Dios estaba allí presente, Dios padre. Creo que en el abandono, en el derrumbamiento, en el hambre, en la miseria, todos estamos sufriendo. Yo he estado enfermo y he tenido que sufrir la consecución de medicinas, y he tenido que ir a comprar por allá, por aquí, y algunas cosas suplirlas con medicina natural.
En la medida en que los dirigentes políticos, en que la dirigencia de la Iglesia, todos nos sintamos pueblo, la gente va a sentir, aun cuando esté derrumbada, que tiene un apoyo, y el apoyo somos nosotros, Dios se hace presente en todos nosotros”.
¿Si tuviera que darle un mensaje al gobierno cuál sería, y cuál sería el de la oposición?
“Que sean pueblo, que se sientan pueblo, que no estén en la acera del frente, que se sientan pueblo, porque cuando un dirigente político dice: “yo tengo que ir al pueblo”, eso significa que hace muchos años renunció a lo más grande que hemos recibido de nuestros libertadores, incluso de Dios, porque fíjese que Dios a nosotros nos convirtió en pueblo, pueblo de Dios, cuando dejamos de ser pueblo no nos interesan los pobres, al menos que sea para conseguir votos, y creo que el gobierno, que la oposición, los dirigentes, los empresarios, todos aquellos que están de espalda al pueblo, tienen que meterse en el caminar de la gente”.
¿Cuál es su mensaje a los católicos?
-En el Táchira hemos hecho un gran esfuerzo, es verdad que en muchas partes se ha perdido la práctica religiosa, pero ha habido una demostración de que se puede acercar a Dios, el mensaje es que no nos olvidemos de Dios, que Dios no se olvida de nosotros.
Texto publicado en Los Andes Semanario del Táchira edición 107