El grupo utilizaba motocicletas para seguir e interceptar a los camioneros y con armas de fuego y bajo amenaza de muerte los llevaban a sitios apartados donde los mantenían cautivos por varias horas para evitar que denunciaran el robo ante la policía. De esta manera daban oportunidad que el carro fuera llevado hasta las trochas de frontera, donde esperaba el comprador
Detectives del Eje de Investigaciones contra el hurto y robo de vehículos del Cicpc Táchira, lograron desmantelar a una de las más poderosas bandas de ladrones de camiones que operaba en el occidente del país, y que contaba con ramificaciones binacionales, que le permitían vender, rápidamente a “comerciantes”, colombianos, los carros robados que eran adquiridos y pagados en pesos, directamente en las trochas de acceso al vecino país.
La operación policial se desarrolló en varios municipios del estado Táchira, y contó con una serie de episodios que llevaron a la detención de tres de sus integrantes, uno de ellos, durante un intercambio de disparos en la población de Delicias, municipio Rafael Urdaneta, y la identificación plena de todos los miembros de la banda que se encuentran en fuga, puesto que al enterarse sobre la captura de tres de sus cómplices huyeron al interior del país.
Robo y secuestro.- Los miembros de la banda conocida como “Los Chaticos”, por su preferencia en el robo de camiones – conocidos como NPR – contaba con motocicletas para el seguimiento y abordaje de los vehículos y procuraban hacerlo en carreteras solitarias, en horas de poco tráfico y escasa vigilancia policial, particularmente en los lugares donde existen los “policías acostados”, u otros obstáculos que obligan a los conductores a aminorar la marcha o detenerse, dejándolos en situación de alta vulnerabilidad.
El modus operandi era sencillo, sin mayores complicaciones. Consistía en amenazar al conductor mediante el uso de armas de fuego y una vez sometido, ocupaban su lugar y lo tomaban como rehén para trasladarlo a un lugar pre determinado, donde lo mantenían bajo cautiverio por espacio de cinco o seis horas, para evitar que denunciara el robo y al mismo tiempo dar chance a sus cómplices que llegaran con el carro robado a la zona de frontera.
Vendidos en las trochas.- Los ladrones no necesitan llegar a territorio colombiano, pero si poner los camiones en las trochas de acceso al vecino país, donde el comprador, que previamente había sido alertado, esperaba para recibirlo. Allí se hacia la negociación. El delincuente obtenía los pesos y el comprador el vehículo que rápidamente trasladaba al vecino país.
Solo entonces, cuando la transacción se daba por concluida, los sujetos que se encargaban de mantener bajo su control al camionero, mediante la modalidad de “secuestro exprés” recibían instrucciones para que lo dejaran en libertad.
Trabajos de inteligencia policial.- Los constantes robos habían generado desconfianza entre los transportistas, que consideraban sus viajes a territorio tachirense de alto riesgo, por el incremento de la inseguridad.
Tal situación fue planteada ante los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas del estado Táchira, que bajo la dirección del comisario general José Ricardo Pernía, acordó ahondar en las investigaciones, una vez que se presentó denuncia formal sobre el robo de vehículos de carga.
El caso fue asignado a un grupo de jóvenes detectives adscritos al Eje de Investigaciones contra el hurto y robo de vehículos que bajo del mando William A. Contreras se abocó a las averiguaciones. En primera instancia, mediante labores de inteligencia policial que en pocas horas dio sus primeros resultados, lograron obtener información sobre algunos de sus integrantes, particularmente de un sujeto conocido como “El Flaco”, considerado el jefe de la banda y dos de sus lugartenientes.
Explicó el informante que los investigadores fueron tras uno de ellos, en la fronteriza localidad de Delicias, donde se produce un enfrentamiento a tiros, ya que el sospechoso se resiste al arresto y dispara con una pistola. Pocos minutos después, al percatarse que estaba rodeado, optó por deponer su aptitud y entregarse. Fue identificado como O. J. Blanco Jaimes, de 38 años de edad, apodado “diente de oro”. Otro de los sospechosos fue detenido en Rubio, de trata del jefe de la banda N.G. Yánez de 44 años y en Peracal, es atrapado J.A. Martínez Quiroz (28), apodado “El Ángel”.
Se comentó que los tres hombres detenidos son los más importantes de la organización y se busca activamente a otros integrantes que están plenamente identificados, pero sus nombres no fueron revelados. “Se hacen las gestiones ante el Ministerio Publico para que se expida orden de captura y proceder a detenerlos”, dijo, para agregar que la banda ha sido desmantelada en su totalidad.
La operación policial también llevó a la recuperación de dos camiones NPR, uno de ellos, fue ubicado en una trocha por efectivos del Ejército que desarrollaban labores de patrullaje fronterizo y el otro en Peracal, cuando era llevado a San Antonio del Táchira.
De igual manera fueron recuperadas dos motocicletas que eran utilizadas para hacer seguimiento e interceptar a las víctimas, una pistola sin marca ni seriales visibles y dos teléfonos celulares, que fueron de utilidad para el progreso de la investigación y donde aparecen los nombres de los colombianos que se ocupan de comprar los vehículos robados, información que será aportada a las autoridades del vecino país.
Funcionarios del Eje de Investigaciones contra el hurto y robo de vehículos del Cicpc – Táchira, lograron la aprehensión de tres de sus integrantes, entre los cuales está el jefe, la recuperación de dos vehículos robados, dos motocicletas teléfonos celulares y un arma de fuego con seriales devastados