Gelsenkirchen (Alemania), 19 jun (EFE).- De la misma manera que el nombre de Italia aparece en el camino de los éxitos de la selección española en la Eurocopa, el rival ante el que desató sus años de mayor gloria, sus dos últimas dolorosas despedidas del torneo tuvieron ese sabor a ‘vendetta’ ante una selección que tras conquistar la última edición, anda en la misma fase de renovación. En Gelsenkirchen se pone en juego el liderato del Grupo B tras el triunfo de ambas en el debut.
De los penaltis parados por Iker Casillas y el decisivo marcado por Cesc Fábregas, que nunca antes había chutado uno en el fútbol profesional hasta ese momento clave para la historia del fútbol español en Viena, el día que España enterró sus miedos en la tanda de cuartos de final de la Eurocopa 2008, hasta la mayor exhibición futbolística en una final, el 4-0 de Kiev en la final de la edición de 2012, Italia fue víctima.
Pero a una selección como la ‘azzurra’ nunca se la debe subestimar. Con un sentimiento y carácter competitivo heredado de generación en generación, saldó cuentas pendientes con España en el camino del éxito. Su segunda Eurocopa, una menos que España, dos selecciones ubicadas en un escalón inferior al de las favoritas desde la que se sienten cómodas.
Las dos semifinales de Liga de Naciones teñidas de rojo en los dos últimos duelos, presentan a la selección española como un bloque más rodado en los tiempos de cambio. Con Luis de la Fuente al mando de un retoque de modelo poco vistoso en la estadística pero muy efectivo en el campo. En 45 minutos, la España de los extremos con Lamine Yamal y Nico Williams aumentando su verticalidad, ya había sentenciado un duelo ante Croacia que habitualmente iba ligado al sufrimiento, el máximo desgaste y la igualdad.
El 3-0 del debut asienta una apuesta de Luis de la Fuente que debe extender ante Italia, otro duelo de altura en el ‘grupo de la muerte’ que puede reforzar la candidatura de España. Un nuevo triunfo le asegura el liderato del grupo y apunta a poner a la anfitriona Alemania en el camino, en unos futuros cuartos, pero eso no se piensa en un grupo de jugadores con hambre de éxito.
La opción de poder rotar el equipo al completo para hacer todos partícipes, como hizo Luis Aragonés en 2008 ante Grecia, en caso de un triunfo positivo ante Italia y por no tocar lo que funciona, invita a pensar que De la Fuente no meterá retoques en su equipo titular. Con Aymeric Laporte, recién recuperado de una sobrecarga, perdiendo su posición de privilegio ante Nacho. Con Rodri y Álvaro Morata recuperados de leves molestias para asumir liderazgo como capitanes.
España, segunda selección más goleadora tras Alemania y con una media de De la Fuente que supera a todos los últimos seleccionadores (2,86 goles por encuentro sin contar su estreno accidental en un amistoso con goleada a Lituania), perdió la posesión 111 partidos después en un partido en su puesta de largo. Pasa de liderar clasificaciones de posesión y fiabilidad en el pase a ser la decimotercera del torneo.
Impensable desde 2008 pero resultadista, como defendió su líder, Rodri. «Lo que me importa es ganar». La pegada avala la apuesta de De la Fuente que mide el ‘boom’ Lamine Yamal, convertido en una de las grandes sensaciones de la Eurocopa 2024 con 16 años. El debutante más joven de la historia del torneo y además como titular. Listo para enfrentarse con descaro a gigantes en estadios llenos, en vez de estar haciendo los exámenes de cuarto de la ESO en su colegio.
Entre deberes de matemáticas asoma con un nuevo reto, ser el goleador más joven del torneo.
Todavía vigente campeona de la Eurocopa, Italia no llega a Alemania colocada entre las favoritas. La montaña rusa que ha vivido en los últimos 6 años, quedándose fuera de dos Mundiales pero con el oasis en el desierto de un título continental inesperado, aumenta la incertidumbre sobre una selección en reconstrucción que trabaja para volver al lugar donde otrora se situaba, en lo más alto del fútbol mundial.
Con Luciano Spalletti como arquitecto de esa reconstrucción que aparenta ser un proyecto a largo plazo, aunque recién llegado al banquillo, pues no ha cumplido ni un año al mando, Italia está empezando a dar la sensación de que, al menos, sabe a lo que quiere jugar. El planteamiento de su técnico es quizá algo rompedor con el estilo clásico que se coloca en el imaginario colectivo de los aficionados al fútbol, pues su intención es la de ganar, sí, pero jugando bien. Solo ha perdido un partido desde su llegada, y fue ante Inglaterra.
Indiscutible en el centro del campo, Nicolo Barella (Inter) provocó un cisma por la posibilidad de no estar ante Albania por molestias en el cuádriceps. Jugador clave de la ‘Nazionale’, lo demostró con el gol de la remontada ante Albania, es el termómetro de Italia. Si él está bien, su Italia tiene posibilidades. Una selección que además llega sin una estrella clara, sin un nombre destacado, sin un hombre que pueda solucionar los partidos por sí mismo. Sin ese jugador al que dársela para que fabrique un gol solo. La fuerza del grupo es el mantra que se repite en el país transalpino. Eso sí, no está la plantilla exenta de grandes jugadores acostumbrados a pelear al máximo nivel.
En portería formará con Donnarumma (PSG), portero en el punto de mira a nivel de clubes pero capitán e indiscutible bajo palos con la ‘Azzurra’; la defensa está comandada por Dimarco y Bastoni, campeones del ‘Scudetto’ con el Inter y finalistas de Liga de Campeones la pasada campaña; en el centro del campo Barella y Jorginho (Arsenal); y, arriba, Chiesa, que ya fue un dolor de cabeza para España en la pasada Eurocopa, y Scamacca, de la ‘Juve’ y el Atalanta, respectivamente, acostumbrados a jugar partidos en europa, intentarán poner el gol.
Algo que caracteriza a esta Italia es que no está maniatada a los esquemas. Puede formar con defensa de 3 y 2 carrileros o con línea de 4 clásica. Ante Albania formó de esta última manera, pero la selección española puede provocar el cambio en un puesto del centro de la zaga. La salida de balón de Riccardo Calafiori (Bolonia), joven promesa, pudo ser protagonista ante Albania por el tipo de rival, pero quizá ante España, un jugador como Gianluca Mancini (Roma), hombre más experimentado, puede ocupar su posición para emparejarse con Morata .
En el centro del campo la única duda reside en si Spalletti repetirá once con Jorginho, Barella, Frattesi (Inter) y Pellegrini (Roma) haciendo las veces de extremo derecho, o introducirá músculo con Cristante quitando a uno entre Pellegrini o Frattesi para reforzar el carril central.
Arriba Scamacca, jugador al que le gusta el contacto y con calidad de sobra para bajar a recibir, y Chiesa, la garra de Italia, emparejado con Carvajal, tienen el puesto asegurado.
Alineaciones probables:
España: Unai Simón; Carvajal, Nacho, Le Normand, Cucurella; Rodri, Fabián, Dani Olmo o Pedri; Lamine Yamal, Nico Williams y Morata.
Italia: Donnarumma; Di Lorenzo, Mancini o Calafiori, Bastoni, Dimarco; Barella, Jorginho; Pellegrini o Cristante, Frattesi, Chiesa; Scamacca.
Árbitro: Slavko Vincic (Eslovenia).
Estadio: Arena AufSchalke.
Hora: 21.00.
¡Mantente informado! Únete a nuestro canal de WhatsApp o Telegram a través de los siguientes links:
WhatsApp: https://chat.whatsapp.com/C0EGTG1cyV46J1KngZbRi9
Telegram: https://t.me/diariodelosandes