“Esa gente no son guardias, son sicarios, yo pido al estado que les caiga todo el peso de la ley”

“Ustedes mataron a mi hijo y a mí también”, dijo Julio Manuel Rodríguez al denunciar el asesinato de su hijo José Manuel Rodríguez y de su nieto, a manos de efectivos del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional.

Desde las inmediaciones del Ministerio Público y acompañado por defensores de derechos humanos de Fundaredes, Rodríguez relató que el una comisión del Conas arribó a la casa de su hijo el pasado 1 de septiembre, a las 3:00pm, justo cuando su hijo se preparaba para meterse a bañar.

Especificó que justo cuando fue a salir al baño, fue «encañonado» por funcionarios militares, quienes sacaron a la esposa e hijos de la vivienda,  y se encerraron con él en el cuarto.

“Duraron como 15 minutos encerrados, cuando de pronto salieron los del Conas y comenzaron a disparar al aire las pistolas y fue cuando mataron a mi hijo adentro”, dijo el padre de José Manuel.

“Esa gente no son guardias, son sicarios, yo pido al estado que les caiga todo el peso de la ley, sobre el que disparó y el que dio la orden”, expresó el allegado.

Comentó que su hijo no era un delincuente como señaló la versión oficial. Incluso, su propio padre a veces le ayudaba con alimentos ante la precariedad con la que vivía José Manuel y su hogar.

Recalcó que su hijo no era un extorsionador, ni jefe de una banda, por lo que rechazó que sigan ensañándose contra los habitantes del sector de Caño e Guerra, donde aseguró,  ya han ocurrido varios casos de ejecuciones extrajudiciales. 

Su nieto apareció muerto luego de que lo llevaran a declarar


José Manuel Rodríguez, no es la única víctima en la familia, pues el pasado 6 de enero, Maikel Jesús Granados Rodríguez, de 18 años, nieto de Julio Rodríguez, fue sacado por los cabellos de la vivienda  por una comisión del Conas, para supuestamente llevárselo a declarar. No obstante, al siguiente día, el cuerpo sin vida de Maikel Jesús,   fue localizado en la trocha de La Virgen, llegando a Agua Clara (Colombia), zola que límita con el municipio Ayaucho.

“Yo estaba parado en la puerta de la casa y los guardias entraron, nos retiraron a mi hija y a mí, no presentaron orden judicial, igual que con mi hijo José”, dijo.

Señaló que constantemente los organismos de seguridad cometen actos irregulares en la zona, “algunos tienen suerte y se los llevan al comando y les cobran millones de pesos para dejarlos en libertad, de lo contrario lo pasan a tribunales”, pero comentó que otros no cuentan con esa suerte y los asesinan sin oportunidad, ni defensa de nada como a su hijo.

 

 

 

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