Casi todos los días tenemos conocimiento del fallecimiento de alguna persona a causa del Covid en el estado Trujillo. El virus ataca implacablemente a tirios y troyanos. El mundo se encuentra aterrorizado. La pandemia no es un cuento de caminos. Es una realidad.
El padre Rafael Peña, domiciliado en el sector de La Arboleda, donde es muy apreciado, con responsabilidades sacerdotales en la parroquia «Virgen del Carmen» en Boconó, está vivito y coleando luego de permanecer mes y medio en el » Pedro Emilio Carrillo» a causa del Covid. Sigue de reposo. Recuperándose. De vez en cuando se reúne con vecinos y feligreses para celebrar una misa al aire libre ya que el templo «San Nicolás de Bari» está en construcción desde hace varios años en ese rincón del municipio San Rafael de Carvajal.
El 16 de octubre fuimos sorprendidos e impactados por la noticia. «Al padre Peña lo hospitalizaron por Covid». Desde ese instante las oraciones se multiplicaron. Se pedía por la sanación y vida de este buen hombre que abrazó la vía sacerdotal para servirle al señor.
Así fueron pasando los días. Angustia, tristeza y muchas oraciones.
» Al padre Peña lo intubaron». No supo más de este mundo terrenal. Seguramente que hasta el cielo fue a dar quien se ordenara de sacerdote el año 1995 en el seminario de Trujillo, bajo la batuta del Obispo, Monseñor Vicente Ramón Hernández Peña.
Pero al hijo de Rafael José Peña, educador y de Gladys Briceño, trabajadora del Hospital Central, domiciliados en la calle 14 de La Ciénaga, el Todopoderoso, no lo quería todavía en su reino y el pasado 30 de noviembre fue dado de alta. Desde entonces se ha refugiado en su residencia en la avenida principal de La Arboleda, donde bajo el cuidado de su familia y la venia del Creador se recupera.
El padre Peña vino al mundo un 24 de enero de 1958. Un día después de la caída del General Marcos Pérez Jiménez. Recientemente arribó a los 63 años. La fecha fue aprovechada por quienes hacen vida en el templo «San Nicolás de Bari» para cantarle el Cumpleaños feliz y partirle una torta luego de la homilía con muy poca asistencia oficiada por el padre Peña y el diácono Manuel Yánez.
Una larga trayectoria la de este soldado de Cristo. Comenzó su ministerio sacerdotal en Morón, luego sus oraciones se trasladaron a San Luis, Tres Esquinas, Santa Apolonia y ahora en la parroquia «Virgen del Carmen» en Boconó». Aprovecha oportunidades como en navidad para acercarse a La Arboleda, donde participa activamente en las misas de aguinaldo, así como en las actividades de la Semana Mayor.
Hablamos con el amigo. Está muy agradecido de Dios. » Hasta en el Hospital me dijeron que lo mío fue un milagro, porque pocos de los que ingresan por Covid salen con vida. El milagro lo hace es Dios, gracias a él estoy con ustedes».
«Fue una experiencia muy fuerte y dramática estar hospitalizado. Aprovecho para agradecer las atenciones recibidas. El tratamiento es exigente. Gracias a Dios estoy con ustedes».
La hora de la oración, la homilía va a comenzar. Una docena de personas se encuentran en la «San Nicolás de Bari» que espera su techado. El padre Peña me hace una seña y se retira al altar para cumplir con su misión.
Gloria a Dios.