Hebert Carrizo/ Zulma López
Para movilizar productos del ramo agrícola con fines comerciales en Venezuela se debe cumplir con una normativa impuesta por el Estado, entre esas disposiciones figuran las guías de movilización, las cuales son necesarias al momento de transportar este tipo de mercancía de un lugar a otro en cantidades y tiempos determinados.
El encargado de emitir este requisito es el Ministerio de Agricultura y Tierra a través de sus distintos entes adscritos, donde los interesados realizan el trámite para obtener el documento que les permite trasladar la mercancía sin obstaculización en las alcabalas y/o puntos de control.
Por años, todo productor agrícola, intermediario o vendedor que moviliza bienes hortofrutícolas con fines comerciales han cumplido con este requisito, un procedimiento que ya se ha vuelto rutinario para quienes forman parte de esta cadena de comercialización.
Por lo general, según relatan algunos agricultores, existen oficinas en algunos centros agrícolas para gestionar la guía de movilización y en caso de aquellas poblaciones más lejanas, existen algunas personas que bajo la modalidad de gestores facilitan este documento, el cual se rellena describiendo el tipo de mercancía a transportar, las cantidades y la ruta.
Creación del Sigesai
Con las guías, el Estado Venezolano logra llevar una base de datos sobre la producción nacional, lo cual es necesario para la planificación agroalimentaria; bajo ese objetivo y con el fin de optimizar estos datos, las autoridades buscan realizar una reforma a la normativa vigente.
A tal efecto, crearon el Sistema de Información, Gestión y Estadística de la Salud Agrícola Integral (Sigesai), el cual establece que todo productor, transportista o comerciante debe registrarse para solicitar el documento que autorice cualquier movilización en masa de los productos hortofrutícolas.
Dicha medida la pretendían implementar desde el pasado mes de agosto, pero ante las reacciones del gremio agricultor y sus implicaciones logísticas decidieron postergar hasta nuevo aviso.
Y es que lo estipulado por el nuevo sistema es que cada Unidad de Producción deba estar registrada por su representante, quien debe notificar sobre sus siembras, luego informar sobre sus cosechas y esperar que un funcionario del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (Insai) verifique la totalidad de producción para finalmente obtener la guía de movilización.
Inviable aplicación del Sigesai
Alirio Rangel, un integrante de la Asociación de Agricultores del municipio Urdaneta en el estado Trujillo, expresa que todo ese trámite de momento es inviable aplicarlo, pues si bien reconoce que puede ser un instrumento bastante útil para mejorar la información sobre datos estadísticos en torno a la producción agroalimentaria, advierte que se requiere tiempo para su implementación, pues se necesita llevar cabo una fase de información, además de disponer de los medios técnicos.
Al respecto, explica que para ingresar al sistema se requiere hacer uso de internet, lo cual puede representar un obstáculo para algunos productores, en especial para aquellos que hacen vida activa en zonas rurales, donde no hay conectividad o no se cuenta con una computadora.
“Los usuarios tendrían que trasladarse hasta la población más cercana en búsqueda de internet y equipos para acceder a la web, en algunos casos tendrían que recibir asistencia de alguien que sepa navegar en la página y completar el registro”, relata Rangel.
Sin embargo, este no sería el mayor obstáculo, pues más adelante se presentarían otros, tal y como lo es el momento de declarar la cosecha y tener que esperar a un funcionario del Insai para que verifique el estado y totalidad de la producción.
Proceso burocrático
“¿Se darán abasto los funcionarios del Insai para supervisar las cosechas en su debido momento?, ¿tendrán suficientes unidades vehiculares y en buenas condiciones para acceder a poblaciones rurales?”, se pregunta Rangel, quien recalca que la geografía trujillana posee alrededor de 300 mil hectáreas con fines agrícolas y según el último censo (2007-2008) en promedio hay unas 40 mil unidades de producción, más del 60% de ellas ubicadas en zonas altas, donde cada unidad ocupa alrededor de cinco hectáreas, mientras las restantes se encuentran distribuidas en la zona baja, donde suelen tener mayor extensión territorial.
A Rangel, en representación del gremio agrícola, le preocupa que los servidores públicos disponibles y la cantidad de vehículos sean insuficientes para cumplir con la tarea, pues recalca que el producto hortofrutícola perece con rapidez y, por ende, tanto su movilización, como comercialización debe ser a la brevedad posible.
Ante ese escenario, Rangel considera que algunos productores tendrían que movilizar a funcionarios para obtener la guía de movilización antes de perder sus cosechas, esto a su vez, representaría un gasto que incidiría en los costos de producción.
Más allá de la supervisión también pueden surgir otro tipo de obstáculos, e incluso, cuando ya se tenga en mano la guía de comercialización, en ese sentido, Rangel detalla que el documento viene acompañado de un código QR, el cual facilita a los efectivos de seguridad la obtención de datos informativos al momento de una inspección.
“¿Otorgarán a los guardias y efectivos policiales celulares y servicio de internet para escanear estos códigos QR o los oficiales tendrán que hacer uso de su propio teléfono y plan de datos móviles?”, cuestiona Rangel.
Ferieros del Táchira afectados
Para los productores tachirenses el Sigesai se ha convertido en un sistema burocrático y de difícil acceso por los problemas que existen con las conexiones telefónicas, la falta de internet y los cortes de energía eléctrica, principalmente en las áreas rurales de la entidad.
Robert Maldonado es productor agrícola del municipio Jáuregui, montaña alta del estado Táchira y describió claramente la situación que están viviendo los ferieros de la zona, quienes se han visto afectados por las fallas del sistema y las trabas que ponen los organismos encargados de emitir las guías de movilización.
Maldonado narró en primer lugar que a la fecha no se ha podido trasladar la totalidad de la data del sistema viejo al Sigesai, para verificar con exactitud las fallas que se están originando. Explicó que ha tenido problemas con el registro, pues la verificación que envían al correo o al teléfono del productor, tarda mucho en llegar o en algunas oportunidades no llega y expira el proceso, por lo que deben repetirlo.
A eso, hay que sumarle que también se deben inscribir en el Registro Único Nacional de Salud Agrícola Integral (Runsai) con el cual deben armar una carpeta con una serie de requisitos y quienes viven en los municipios o áreas rurales deben entregarla en la oficina del Insai en San Cristóbal, desde donde se encargan de enviarla a Caracas y esperando la aprobación de ese registro desde el nivel central, se les vence el lapso.
“Es un proceso que no ha sido fácil porque se requiere una cantidad de requisitos para poderlo cumplir y eso ha hecho que no sea tan de fácil acceso para todos los productores y sobre todo para los pequeños productores que no tienen acceso a internet, que no tienen acceso para tener la guía y poder cumplir con todos los requisitos, en un principio consideramos que la idea era buena porque de esa manera el propio productor podría emitir su propia guía, pero no fue fácil el acceso”, manifestó.
Maldonado expresó su preocupación porque con el nuevo sistema también les están pidiendo tres inspecciones de los rubros que trasladan desde los campos hasta los mercados mayoristas, pero el problema es que es una inspección que se vence a los 30 días y el Insai no cuenta con suficiente personal en todo el país para hacer esas inspecciones mensualmente.
Para Robert Maldonado, aunque el sistema sea de alta tecnología, tiene una carga burocrática, porque siempre existen las trabas a través de los funcionarios que no hacen cumplir la ley, “no es el sistema como tal, si está bien o mal diseñado, son las cargas burocráticas que anteceden el buen funcionamiento del sistema”, precisó.
Llevar el proceso a los sitios de difícil acceso
Heriberto Labrador, quien es productor agropecuario de la zona de montaña alta del Táchira, aprovechó la oportunidad para hacer un llamado al Insai de manera que se vuelva a abrir el proceso para esa parte del estado, toda vez que los productores no pudieron registrarse por una serie de aspectos.
Al igual que Maldonado, sostuvo que todo el proceso de emisión y expedición de guías, no ha sido fácil porque se requiere una cantidad de requisitos para poderlo cumplir y eso ha hecho que no sea tan fácil sobre todo para los pequeños productores que no tienen acceso a internet, para tener la guía y poder cumplir con todos los requisitos.
“Hay otras cosas que nos preocupa, se abrieron unas prórrogas desde el momento que inició el proceso hasta la culminación y se hicieron unos operativos en algunas asociaciones de ganaderos, pero no se logró llegar a la mayoría de productores y hoy están cometiéndose algunas anomalías, emitiendo guías que no son reales porque el sistema no nos dio la posibilidad de acceder”, indicó.
Labrador comentó que otra situación muy importante es lo que ha ocurrido en las zonas de frontera, específicamente en la parroquia José Antonio Páez, donde tampoco hubo acceso porque la mayoría del día no tienen internet ni energía eléctrica, con lo cual considera muy interesante realizar operativos en las parroquias más aledañas a los municipios, a fin de que los productores puedan registrarse.
Necesario aplicar correctivos al Sigesai
Expuestas las razones, Alirio Rangel no duda en afirma que por los momentos la medida es improcedente, aunque no por eso se debe descartar, sino implementar por fases y asegurar su exitosa ejecución, puesto que también vendría a beneficiar al colectivo.
A su juicio el nuevo sistema además de ayudar a obtener datos más específicos sobre producción y agroalimentación nacional, vendría a frenar el contrabando existente en la frontera colombo-venezolana, donde ingresan algunos rubros agrícolas procedentes del hermano país a competir de manera desleal, tal y como ocurre con la papa, pues asegura que muchos de estos tubérculos existentes en el mercado venezolano son variedades colombianas que, con las actuales guías de movilización, la hacen pasar como si fueran producidas en el municipio tachirense de Rafael Urdaneta, para luego comercializar a un precio inferior al costo de una papa nacional.
“Con la implementación correcta del Sigesai este tipo de irregularidades no ocurrirían”, recalca el agricultor.
La voz del agricultor
José Luis Godoy: Acostumbro a traer hortalizas a Makroval (mercado mayorista del estado Trujillo) actualmente uno consigue las guías de movilización sin necesidad de tanto trámite, eso de registrarse en una página es complicado sobre todo para los productores de las zonas altas.
Carlos Matos: Suelo buscar frutas y verduras en Makroval para comercializar en Guarenas. Yo consigo las guías de movilizaciones en el mercado sin mayores complicaciones, mientras que con el nuevo sistema es necesario registrarse de manera personalizada y cumplir varios requisitos.
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