¿ES ECOLÓGICO EL CULTIVO DEL CAFETO? | Por: Toribio Azuaje

Desde el conuco

 

» O cambiamos nuestra manera de producir, o tendremos que cambiar de planeta «

 (TAA)

 

El café es un cultivo ecológico, siempre hemos escuchado la conseja que nos dice que el cafeto es un cultivo con esta característica. Los cafetales han estado asociados siempre a la preservación de los bosques por cuánto nuestros ancestros lo cultivaban con técnicas culturales menos agresivas al ambiente,  ellos no usaban los agro-tóxicos  que hoy son de aplicación masiva e irracional. El cafeto se cultivaba bajo sombra y tan solo se aplicaba la limpia a machete o a mano, el deshierbe a mano era lo común en esos tiempos. No había entonces la cultura del uso de herbicidas y otros agro-tóxicos que hoy son de común uso y que provoca el envenenamiento del planeta y nos hace esclavos de las transnacionales de insumos agrícolas.

El cultivo de cafetales es ecológico solo si sus prácticas agronómicas lo son. Eso es «cajonero» decía mi viejo. De hecho, esta siembra es aliada natural para la conservación de los bosques, la fauna silvestre y el agua, pero eso es así solo cuando se cultiva bajo sombra y no se aplican pesticidas agrícolas que envenenan el suelo, el ambiente, el agua, la vida animal y vegetal incluyendo al ser humano. La introducción de practicas modernas y el uso de agro-tóxicos han convertido este cultivo en uno más en la cadena de la agrodeforestación. El uso irracional de pesticidas provoca la desaparición de abejas, mariposas y otros insectos responsables de la polinización que garantizan el 80% de los árboles que conforman el bosque. Con el uso de pesticidas estamos matando nuestros bosques naturales y con ellos la vida en el planeta. El «mariposologo» de Campo Elías me dijo alguna vez que el futuro de la civilización humana está en las alas de las mariposas.

Las instituciones del gobierno vinculados al tema café, nuestras escuelas y universidades promueven la destrucción de la vida silvestre al exhibir exuberantes haciendas de cafetos bajo la modalidad de plena exposición y con una práctica de intoxicación de nuestros suelos. El café bajo este régimen significa abundantes granos para hoy y destrucción mañana.

Promover el cultivo del cafeto bajo sombra es la primera tarea que nos corresponde emprender, librarnos de esa mortal modalidad de  producción a plena exposición que nos han introducido en el afán por incrementar la producción de granos sin que preocupe un ápice los daños que está práctica provoca en nuestros bosques y montañas. Sustituir el uso de fertilizantes y agro insumos de origen sintético por los abonos orgánicos y el uso de técnicas ecológicas en todas las labores culturales que se requieren en el tratamiento del cultivo. Solo así nuestros cultivos de café se convierten en siembras ecológicas y por consiguiente en siembra de vida.

Las plantaciones de café bajo sombra pueden constituir una barrera verde en toda la franja conformada por los países productores de este rubro agrícola. si abandonamos el uso de fertilizantes sintético y retornamos a la agricultura natural podemos dar un salto importante en la disminución del impacto ambiental causado por está irracional metodología que nos han inoculado del uso de pesticidas y venenos altamente tóxicos y destructores. Sume usted las dimensiones de todas las áreas cultivadas de café en el mundo, si todas fueran cultivadas bajo sombra y aplicando normas agroecológicas el mundo sería más fresco y placentero.

De nuestros ancestros aprendimos  que tres limpias al año requiere un cafetal en formación. Una vez creado el microclima con la sombra de árboles autóctonos dispuestos para ello y la propia sombra producida por la planta de cafeto, provoca que el crecimiento de plantas indeseables resulte menos invasiva. La regeneración de los suelos a su vez provocará el incremento de la población de microorganismos que ayudarán de manera importante al fortalecimiento del cultivo. En un centímetro cuadrado de suelo podemos contar por millares los seres microscópicos que forman parte de la vida del suelo, estos microorganismos son asesinados cuando usamos herbicidas, y fertilizantes sintéticos siendo necesario incrementar cada vez mas el uso de fertilizantes causando un deterioro progresivo de los suelos hasta llegar al punto de hacer de nuestros suelos agrícolas espacios infértiles e improductivos. Un puñado de NPK, o empapar de herbicida el suelo, es como una bomba atómica que destruye todo microorganismo que viva en ese espacio, así vamos matando el suelo que un día fue vivo y fértil.  Carmen Beatriz me lo dibuja clarito de este modo: «Los fertilizantes sintéticos son sales y acuérdate que la salazón es una técnica usada en la preservación de carnes y pescado para destruir cualquier gusanito que quiera comerse y causar pudrición en el tejido. Así mismo actúan los fertilizantes sintéticos, salan el suelo y destruyen los animalitos que allí viven, es decir matan el suelo». Imagínate que lancen una bomba en el barrio donde vives, así actúan estos agro-tóxicos en el suelo agrícola.

Todos los nutrientes requeridos por las plantas se encuentran dispuestos en el suelo de manera natural, y como las plantas no tienen dientes, son los microorganismos quienes realizan las labores de hacer solubles y aprovechables estos nutrientes que se encuentran en la materia orgánica y en las piedras, para que posteriormente puedan ser usados por las plantas, de manera que si matamos está macrobiótica le quitamos el alimento de la boca a las maticas que queremos que nos den producción.

Volvamos a la agricultura natural y orgánica y convirtamos la siembra del cafeto en un verdadero cultivo ecológico.

 

 

 

 

 

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