El pan salado ha vuelto a ser difícil de encontrar en la ciudad de Las Siete Colinas. Hasta hace tres meses, abundaban los puestos ambulantes que lo ofrecían a precios superiores del regulado, pero era visible.
La mayoría de las panaderías, del centro del municipio Valera, a determinada hora de la tarde, exhibían largas colas para comprar el canilla o campesino. Sin embargo, actualmente es imprescindible saber cuándo van a vender.
Una cola de suerte
Un joven trabajador, quien se acercó a una panadería de la calle 7, diagonal a la plaza Bolívar, comenzó a hacer una cola, pese a que ya habían dado los números. Los panes estaban contados y a él no le tocaría, pero decidió probar suerte.
Los empleados del local le dijeron que quizás no alcanzaría, pero al final de la cola, el pan sobró. El hombre estaba contento. Se fue con su pan caliente, hasta quién sabe cuándo.
Los panes, por fuera, superan los 20 bolívares soberanos y un pan de sándwich, que se encuentra en los supermercados, oscilan desde 60 a 100 bolívares soberanos. Nada accesible para un trabajador promedio.