De la matanza de Parkland ha emergido una figura heroica. Aaron Feis, el entrenador de fútbol americano de la escuela que se interpuso entre Nikolas Cruz y dos alumnos. Él recibió los balazos y murió tras ser trasladado al hospital. De 37 años, casado y con una hija, era muy querido por los estudiantes.
Este jueves la policía local publicó la lista completa de las víctimas mortales. Son 14 estudiantes de entre 14 y 18 años y tres empleados, ocho mujeres y nueve hombres. Dos chicos más luchan por su vida en el hospital y una chica todavía no ha sido localizada.
Los otros dos adultos asesinados son Chris Hixon, 49 años, director de atletismo del instituto, y Scott Beigel, de 35, profesor de Geografía. Beigel tuvo la valentía de abrir el aula donde se encontraba para permitir que entrasen más estudiantes. Cuando estaba cerrando de nuevo, Cruz le disparó.
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Siete de los alumnos muertos eran de primer año. Tenían 14 años. Ellos son:
Alyssa Alhadeff, una chica extrovertida que jugaba en el equipo de soccer (fútbol) y que el martes había hecho un gran partido, según su madre «el mejor de toda su vida».
Alex Schachter tocaba el trombón en la banda escolar y es descrito por su padre como «un encanto de niño». Extrañaba a su madre, que falleció cuando tenía cinco años. Un hermano suyo sobrevivió al tiroteo.
Cara Loughran, cuya muerte lloró su tía Lindsay en Facebook: «Esto no le debió haber pasado a nuestra sobrina ni debe pasarle a otras familias». Era un estudiante destacada que adoraba ir a la playa.
Gina Montalto, que estaba en un grupo femenino de coreografía. «Mi corazón está roto en pedazos», escribió uno de sus instructores. «Era el alma más bella que he conocido».
Martín Duque. Su hermano Miguel posteó este jueves. «No tengo palabras para describir mi dolor. Te amo, hermano, y siempre te extrañaré».
Alaina Petty. Su tía abuela Claudette escribió: «No hay hashtags para momentos como este. Solo tristeza».
Jaime Guttenberg. Fred, padre de esta estudiante, anunció la muerte de su «bebé». «Estoy destrozado e intento pensar cómo mi familia va a conseguir superarlo». Jaime tenía un hermano, Jess.
Dos de los estudiantes tenían 15 años. Ellos son:
Peter Wang, «el típico niño que se haría amigo de cualquiera», dijo su prima Lin Chen. Estaba enrolado en un cuerpo de adiestramiento promovido por las Fuerzas Armadas para ayudar a formar estudiantes. El día de su muerte vestía el uniforme. Su primo Aaron Chen, un año mayor y preocupado por protegerlo del bullying, dijo que Peter abrió una puerta para que otros compañeros pudieran escapar.
Luke Hoyer. Murió en la tercera planta de la escuela. Su tía Mary escribió: «Nuestro Luke era un niño precioso que ayer simplemente fue a la escuela sin saber lo que le esperaba». Admirador de los cracks del baloncesto LeBron James y Stephen Curry. Las últimas navidades las pasó con toda su famila en Carolina del Sur. Dicen que, como era habitual en él, no paró de contar chistes e historietas.
La única víctima mortal hasta el momento con 16 años es Carmen Schentrup, que en 2017 fue semifinalista de un concurso nacional de talento escolar.
Tres alumnos tenían 17 años. Son ellos:
Joaquín Oliver, natural de Venezuela. Llegó a EE UU con tres años y era ciudadano americano desde el año pasado. Era muy apegado a su madre y a su hermana. Su novia Victoria confirmó su muerte. Como muchos no sabían pronunciar su nombre en español, le quedó el alias «Guac». Deportista y lector. Jugaba en un equipo de baloncesto de Parkland y le encantaba escribir poemas en un cuaderno.
Helena Ramsay. Curtis Page Jr., un conocido, escribió de ella: «Era una chica inteligente, con buen corazón y considerada. Era una chica amada y que amaba todavía más».
Nicholas Dworet. Excelente nadador, tenía garantizada una beca para ir a estudiar y practicar su deporte en la Universidad de Indianápolis. Quería ser fisioterapeuta. Jason Hite, entrenador de natación de esa universidad, ya lo esperaba. Dijo que proyectaban que llegase a ser el líder de su equipo.
Por último, la única víctima mortal con 18 años es Meadow Pollack.Planeaba ir a la Lynn University, en Florida. Su padre, Andrew, dijo que era «increíble» y con «mucha fuerza de voluntad». Trabajaba en el taller de reparación de motos de la familia de su novio. Su amiga Gii Lovito pidió una oración por esta «chica asombrosa que creció conmigo y se convirtió en mi mejor amiga».