Entre rumores y miedo… | Por: Carolina Jaimes Branger

 

Carolina Jaimes Branger

 

Nuestro mundo está lleno de rumores. Y muchos de esos rumores son las causas directas de miedos, de muchos miedos… Tanto los rumores como los miedos son fenómenos sociales que tienen impactos significativos en la estabilidad de las sociedades. Y por supuesto, en su armonía, una palabra cada vez más lejana y ausente de nuestras vidas. En cualquier país y gracias a la proliferación de las redes sociales, las informaciones circulan de forma no confirmada y dan pie a mentiras que se repiten ad infinitum, malentendidos, actitudes de desconfianza y, en casos ya bastante habituales, hasta provocar conflictos.

Los rumores proliferan durante situaciones de crisis, como desastres naturales, crisis económicas o eventos de inestabilidad política. En estas situaciones, la desinformación se extiende a la velocidad de la luz, y eso logra alimentar el miedo y la incertidumbre entre la población. Por ejemplo, en tiempos de la pandemia, surgieron numerosos rumores sobre el origen del virus, las medidas de salud pública y la efectividad de las vacunas. Todo ello generó confusión y recelo en la ciudadanía, que perduran hasta hoy.

El miedo, por otro lado, puede ser tanto una respuesta natural a situaciones de amenaza, como un componente manipulador en ciertos contextos. Los líderes o movimientos que buscan controlar o influir en la población pueden exacerbar el miedo para orientar comportamientos a su favor. En ocasiones, esto se traduce en la creación de chivos expiatorios, donde grupos específicos son culpabilizados de los problemas, lo que lleva aún más a la polarización social.

Ni hablar de la inteligencia artificial. Ya es prácticamente imposible saber qué es verdad y qué es mentira. Si Orson Welles en 1938 logró causar una estampida de pánico en la población con una transmisión de radio – como si se tratara de una noticia- de la obra de H.G. Wells, “La guerra de los mundos”, lo que se puede hacer ahora no tiene límites.

Controlar de manera adecuada los rumores y el miedo es esencial para mantener la cohesión social. Las autoridades, mucho más que los medios de comunicación, juegan un papel crucial al proporcionar información veraz y oportuna. La transparencia en la comunicación, así como el fomento de la educación mediática entre la población, son estrategias efectivas para contrarrestar el efecto venenoso de los rumores y reducir el miedo. Pero pareciera, según lo que vemos a diario, es que la mayoría de las personas prefieren creer en el video de Tik Tok de algún influencer inescrupuloso, que en lo que informan todas las plataformas de información creíbles del planeta. ¡Y es que la credibilidad también se ha perdido, en general a causa de la politización de los medios! Encima, los influencers inescrupulosos crecen exponencialmente. Hay quienes dicen que son pagados por grandes corporaciones multinacionales. La pregunta es qué ganan esas corporaciones divulgando mentiras y causando zozobra.

Tanto los rumores como el miedo son elementos que moldean la dinámica social en un país. Abordar estos fenómenos de manera proactiva y responsable es fundamental para garantizar la estabilidad social y la construcción de una comunidad más educada. Porque la educación hace que los grupos humanos sean más informados y resilientes. Si no se fomenta en todas partes una cultura de crítica constructiva y diálogo abierto que permita a los ciudadanos discernir la verdad en medio del caos informativo y emocional, cada vez estaremos peor. ¿Es acaso tan difícil verlo?

 

@cjaimesb

 

 

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