ENCUENTRO LITERARIO DE MUJERES TRUJILLANAS, UN MOMENTO DE GRAN BELLEZA POÉTICA

Por Morelia Valero

En las concurridas instalaciones de la Sociedad Anticancerosa, rincón bendito de esta bella ciudad, se realizó un evento con sublimes rasgos de belleza. El Encuentro Literario de Mujeres Trujillanas, convocado por el Ateneo de Valera, nos hizo disfrutar del perpetuo milagro de la poesía, que en las manos sensibles y tiernas de Blanca Reixchar, parecen tonadas de un ángel con ojos y rostro de mujer. Allí nos convocamos para bautizar el poemario «EN EL CAMINO» con prólogo de Orieta León Parilli, leído magistralmente, por Libertad León. Este encuentro de amigos del Ateneo, contó además con la presentación y bautizo del libro, «UNA MENTE RETORCIDA» de la joven trujillana Isabela Maldonado, hija de nuestro amigo Rafael Maldonado, prologuista del libro, quien además expuso con sobrado orgullo paterno, lo mucho que disfruta el trabajo literario de su hija,»son páginas cargadas de esperanza y de buen tono espiritual, que muestran los frutos de lo que sembramos en el corazón de nuestros hijos».

Entre los presentes, el Doctor Raul Diaz Castañeda, en forma amorosa y con genuina nobleza, expresó lo mucho que disfruta leer los poetas de Blanca y es que cuando Blanca escribe, parece que el mismo Dios, dispensa a través de sus poemas, fragmento celestiales con los que nos hacemos mejores personas.

Quiero honrar esta entrega,con el bello discurso escrito por Blanca, en ocasión del bautizo de su poemario. DISFRUTENLO.

» Elevo mi vista al cielo y le agradezco a Dios el poder de su presencia, para él vivo y a él le debo,toda la gloria de mi existencia. Agradezco a mis padres, quienes me dieron el privilegio de traspasar el cosmos y venir al mundo de la vida para disfrutar de la tibieza de los rayos del sol, del olor a hierba mojada, el sentir de la lluvia y el viento, recorriendo caminos de gracia por enseñarme, que la riqueza de los sentimientos que alberga el corazón humano, constituye el verdadero valor de la vida del hombre.

Agradezco los valores inculcados a través de los años y que me han servido para construir en mi corazón, rios de agua viva para alcanzar algún día, la esencia Divina de la gloria de Dios. A mi hija Patricia, por ser la rosa primorosa que alberga mi corazón, de ti aprendí tu tesón y fortaleza. Agradezco de igual manera y con gran devoción, a la psicólogo Orieta León Parilli, autora del prólogo de mi obra, gracias por llenar de luz las primeras páginas que engalanan mi poemario, tus palabras son fuente del conocimiento.

Al doctor Raúl Díaz Castañeda, hombre de letras y sabiduría plena, gracias por pintar nuestro mundo desde sus cimas universales,aquellas que escrutan lo inalcanzable, soñando siempre en lo que podría ser, para alcanzar las memorias invisibles de un pasado de Gloria y de un futuro esperanzador. Gracias al profesor Francisco González Cruz, por haberle dado a nuestro Estado, la magistral gerencia que engalanó a la Universidad Valle del Momboy, durante su permanencia en ella, vivimos tiempos de excelencia, bajo su impecable dirección.

A la licenciada Marlene Briceño, es usted una luchadora sin límites, aquella que todo lo puede, aún cuando a veces, las fuerzas doblegan su corazón. Al Doctor Eladio Muchacho Unda, por hacer del Diario de los Andes, el periódico pionero de nuestra región trujillana, gracias por mostrarnos su riqueza espiritual y esa sensibilidad, que hacen de usted un ser extraordinario. He conocido gente maravillosa en el transcurrir de mi existencia, seres mágicos que no parecen reales, son traídos por el viento, son rosas sin espinas y con sus pétalos, rozan el cielo. Su cercanía me ha servido para crecer y valorar sus raíces con puñados de anécdotas y vivencias.

Desde muy pequeña llegué a esta tierra, mi patria Venezuela, en ella me formé desde niña, buscándome a mí misma, indagando la Inmensidad escarlata de los remolinos del viento, pude soñar y aprender de ellos y en esa búsqueda comencé a danzar, donde la música piensa y sueña y cada nota tiene su color. Así continúe formándome en la escuela de la vida, rasgando mis rincones de delirios y secretos.

Desde la apacible armonía de mi corazón caminante, continuaré escribiendo, entre cantos de pájaros y susurros al viento, traspasando barreras, superando oscuridades, exaltando el amor como el más bello sentimiento, entregándome a las mágicas alas de cada día que comienza».

Este fue un resumen del bello discurso de Blanca Reixach, enhorabuena, todo un buen rato de belleza fue este encuentro de letras y de amor. Finalmente escuchamos la romántica voz de Rafael González y todos celebramos, los pasos amorosos de nuestra bella ciudad.

 

 

 

 

 

 

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