José Vicente Franco, pediatra infectologo y miembro del comité de control de infecciones del Hospital Central de San Cristóbal, señaló que ese centro asistencial se convirtió en un vertedero de residuos médicos sin que se cumplieran con lo establecido en las normas sobre la clasificación de desechos hospitalarios y la ley sobre sustancias y desechos peligrosos. En esas fosas habrían colocado material radioactivo.
“Durante la investigación y entrevistas al personal que estuvo presente en el procedimiento, algunos expresaron que en ese relleno sanitario hay insumos médicos y medicamentos que fue vaciado su contenido. Se ha dicho mucho sobre lo que hay allí. He escuchado del personal que allí se enterró quimioterapia. No tengo la certeza. Pero la situación cambiaría porque la quimioterapia se considera un medicamento nocivo de tipo radioactivo”, dijo el especialista.
Franco dijo que el 90% de los insumos pudieron regresar a las áreas hospitalarias tras el debido proceso de esterilización pero no se hizo. Y con los medicamentos, declarados por norma como desechos hospitalarios peligrosos, debieron ser incinerados pero no fue así. Una parte fue enterrada en fosa o relleno sanitario dispuesto en las áreas verdes del hospital. Esto tampoco tiene la autorización correspondiente.
Las fosas están a menos de cinco metros del preescolar al que acuden los niños de los trabajadores de la salud y de áreas de servicio médico del Hospital Central de San Cristóbal.
Gleibar Moncada, asistente jurídico de la Corporación de Salud del Táchira, indicó que en el acta del procedimiento de descarte de medicinas e insumos, hubo una observación del ministerio Público que ni la fiscalía cumplió.
“En el acta firmada por Euclides Quevedo, fiscal superior del Táchira, señala que ‘se deja constancia por parte del fiscal superior de la necesidad, para futuras desincorporaciones, revisar la publicación 15 de la Contraloría General de la República (desincorporación por inservilidad) por cuanto insumos médicos y medicamentos, pudieran aun estando vencidos, seguir su vida útil y ser utilizados en beneficio de la colectivdad”, reseñó Moncada.
Reuso
A causa de las precariedades para conseguir insumos médicos, varios de ellos que fueron descartados por la anterior administración, serán esterilizados con Anprolene y en cuestión de horas se completaría el proceso de desinfección para ser reincorporados al hospital y utilizarlos en pacientes.