El temor de Dios ha sido infundido en la mayoría de las religiones del mundo y a través de los santos y advocaciones marianas, la fe se manifiesta con gracias y obras del Padre de los Cielos para con sus hijos, a través de salud, prosperidad, bienes, buenas noticias, entre otro tipo de favores.
Para el pueblo trujillano, la fe va de la mano del doctor José Gregorio Hernández sobre todo en casos relacionados con enfermedades incurables o muy graves, de igual manera la admiración, respeto y devoción por Nuestra Señora de la Paz enorgullece y coloca en un “lugar especial” a los devotos que acuden a ella en búsqueda de paz.
La arraigada espiritualidad de los trujillanos tiene que ver con la devoción a los santos, hay un sinnúmero de hombres y mujeres que se ganaron el epíteto más noble de todos, gracias a la demostración con palabras y obras durante su vida enmarcadas en hacer el bien, difundir las enseñanzas de la Biblia y ayudar a los oprimidos y necesitados. Los santos son los mediadores entre los creyentes y Dios, que permite la benevolencia y pronta escucha de la súplica elevada.
El Día de todos los Santos es el homenaje a todos aquellos santos que no tienen una fecha especial en el calendario, permite recordarlos por sus acciones ejemplares, pero también tiene que ver con la santidad que todo cristiano debe manifestar, porque la Palabra de Dios invita a sus hijos a cumplir los mandamientos, como el camino hacia la santidad.
Según monseñor Jorge Villasmil, la solemnidad de todos los Santos trata de los santos, canonizados y no canonizados, igualmente aquellos santos anónimos que ya han logrado “la corona de gloria que no se marchita”. “Seguro hay familiares nuestros a quienes les respetamos como santos, porque están cerca del misterio de nuestro Dios” expresó Monseñor.
“Los santos canonizados interceden por nosotros, esto es algo muy grande y se constituyen en ejemplo de vida para todos; ellos llegaron a la meta, nosotros también podemos, por ello el primero de noviembre es día solemne para recordarlos e imitarlos”, aseguró Villasmil.
En momentos de tribulaciones hay santos y vírgenes a quienes los feligreses piden auxilio a través de súplicas, oraciones y exclamaciones, entre ellos la Virgen del Carmen, San Judas Tadeo, San Expedito, San Miguel Arcángel, la Virgen de la Caridad del Cobre, Nuestra Señora de la Consolación, Santa Teresa de Jesús y el doctor José Gregorio Hernández.
Como los venezolanos viven tiempos de crisis, la última década ha sido marcada por las dificultades para disfrutar de alimentos, medicinas, seguridad, servicios públicos y otros; a propósito del Día de todos los Santos, el Diario de Los Andes consultó a un grupo de valeranos sobre el fervor en los tiempos de crisis, qué piden y a quién.
Clamor
Frases cortas, pidiendo ayuda celestial se han convertido en exclamación de asombro o miedo, y forman parte del vocabulario de los trujillanos, entre ellas las habituales: “Dios nos libre”, “Dios nos guarde”, “Virgen Santísima”, “Ave María Purísima”, “Jesús nos ampare”, “San Pablo bendito”, “Sagrado rostro”, “Por los clavos de Cristo”.
Peticiones