Especial/ En zona sur del Táchira impulsan una universidad para la enseñanza de la biotecnología

Las venezolanas Ukrania Arrietti y Belinda Lozada son las fundadoras del Colegio de Valores Humanos ubicado en la zona sur del Táchira, el cual fue creado por iniciativa del maestro de la India, Sathya Sai Baba, y tiene 22 años formando niños, niñas y adolescentes. Ahora, se plantean la creación de una universidad para la enseñanza de la biotecnología, que potenciaría además la economía de esta región

El Colegio de Valores Humanos fue inaugurado hace 22 años en Abejales, zona sur del estado Táchira. Foto: cortesía

Crear una universidad para la enseñanza de la biotecnología y así dar oportunidades a los bachilleres de la zona sur del Táchira para continuar con sus estudios, es el proyecto que adelanta la directiva de la Unidad Educativa Colegio Valores Humanos ubicada en la localidad de Abejales, municipio Libertador.

El Colegio de Valores Humanos fue inaugurado el 14 de septiembre de 2001, centrado en la formación de la población rural en condiciones de pobreza extrema. 22 años después cuenta con todos los niveles de primaria y bachillerato, bajo la enseñanza de la metodología de la India, de Sathy Sai Baba, que tiene dos elementos fundamentales: la parte educativa que va a lo cognitivo y lo que es educare, que es la formación integral del ser, apoyados en los valores humanos y la meditación.

Actualmente es uno de los colegios que aglomera más estudiantes en Abejales, pues cuenta con una capacidad para 320 alumnos, y sus fundadores se han preocupado porque quienes egresan como bachilleres, en su mayoría, no tienen capacidad económica para trasladarse a estudiar en San Cristóbal o en Barinas, y quedan en un limbo.

Ukrania Arrietti, presidenta fundadora del Colegio explicó en entrevista con Diario de Los Andes que los estudiantes se quedan atrapados en Abejales, un fenómeno que ocurre en todas las zonas rurales de Venezuela.

 

Ukrania Arrietti, presidenta fundadora del Colegio de Valores Humanos de Abejales. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

“Si nosotros tenemos una zona rural como Abejales que los estudiantes provienen de un estrato social económico limitado, los padres no tienen la posibilidad de ubicar a un estudiante con toda les estructura de costos aquí en San Cristóbal o en Barinas para que tengan prosecución. Si nosotros articulamos una universidad, pueden salir técnicos medios en biotecnología y ellos inmediatamente se aplican en el campo generando desarrollo económico en la zona”, agregó.

 

Ante esta preocupación, en el año 2008 viajó junto con otro integrante de la directiva a visitar la cooperativa más grande del mundo y el centro de biotecnología, allí conocieron cómo integraban verticalmente a la población rural, y cómo tenían centros de inseminación artificial para la ganadería, a donde la gente humilde, incluso analfabeta, llevaba sus vacas y su inseminación garantizaba un linaje de producción lechera elevado, de 40 o 50 litros por cada animal.

“Vimos la parte de biotecnología animal y vimos que incrementaban la producción de trigo en 400%, de arroz, de granos, para alimentar en aquella época a 1 billón 200 mil habitantes. Ellos usan biotecnología orgánica, y eso nos impactó. Montamos el proyecto de biotecnología a nivel de estudios superiores para Sathy Sai Baba en 2008, el presidente de la organización a nivel mundial lo presenta y él bendice el proyecto. Dice que es un proyecto muy importante para esa región”, relató.

El proyecto había quedado en espera por las limitaciones para su financiamiento, pero en el año 2022 decidieron activarse, realizaron la contextualización curricular y hasta el diseño de la arquitectura, por lo que iniciaron con un estudio de factibilidad, aprovechando que durante la gestión del exembajador de Venezuela en la India, Walter Márquez, se establecieron convenios en área de ciencia, tecnología y varias áreas de cooperación.

Hace un tiempo habían establecido un enlace con la Universidad Nacional Experimental del Táchira (UNET) y la Universidad Sri Sathya Sai de la India que tiene hasta doctorado, por lo que los estudios podrían avanzar.

“Sería una carrera de cuatro años y eso les permite incorporarse tanto en el sector de biotecnología animal y vegetal, y hacer dos años más por prosecución para ser ingenieros en el área de biotecnología”, explicó Ukrania Arrietti.

“Esencia divina”

Toda la educación del Colegio de Valores Humanos está conectada con la esencia divina, ser, conocer y hacer, de acuerdo a lo relatado por su presidenta, Ukrania Arrietti. “Conocimiento sin probidad carece de sentido, como decía Simón Bolívar. Un ser que tenga conocimiento y no manifieste sus valores humanos destruye una familia, destruye una comunidad, destruye una nación y destruye al planeta, y es un fenómeno que vemos a nivel mundial”.

Considera que los valores humanos no son un elemento externo, sino que emanan de la esencia divina, por lo que trabajan los valores humanos a través de método directo, en método integrado, método extracurricular y programa para familia. “Nuestro programa considera todos los elementos biopsicosociales dentro del entorno espiritual”, dijo.

 

La enseñanza de los valores y meditación, a través del método educare es la base de la formación. Foto cortesía

Autogestión  

Belinda Lozada, es miembro fundador del Colegio de Valores Humanos, primera directora, asesora de proyectos educativos y la diseñadora del modelo curricular para la universidad de biotecnología. Destacó que la autogestión del proyecto es uno de los planes, a través del estudio y la práctica por parte de los estudiantes.

Belinda Lozada, cofundadora y creadora de proyectos del Colegio de Valores Humanos. Foto: Carlos Eduardo Ramírez

“Hemos pensado también en el elemento de la autogestión del proyecto, es decir, que si nosotros lográramos que dentro de la universidad el estudiante se apropiara y pudiéramos desarrollar un proyecto de autogestión, esto sería de cierta manera una arista para el desarrollo económico de la región en la medida que los estudiantes se van formando en el área agropecuaria bajo un estándar de valores humanos y respeto a la vida”.

Propone que en el área de la agricultura se desarrollen técnicas no invasivas y de preservación al ambiente, incluyendo la energía eólica u otras fuentes energéticas sostenibles.  “Consideramos que beneficiaría muchísimo a la zona un proyecto de esta envergadura, y el apoyo del sector privado que por 22 años son los que han mantenido los recursos con los que cuenta el colegio”, acotó.

Para la universidad tienen un espacio especial con una arquitectura propia, y espera sea impulsada a través de todos los recursos que tiene la zona y el potencial humano, convirtiéndola en un fenómeno económico con visión humana.

“Abejales es un pueblo amable, es un pueblo solidario, pero también necesita que le echemos una mano en cuanto a su desarrollo económico y social”, manifestó Belinda Lozada al expresar la finalidad de la formación con valores humanistas que se sigue fomentando en la zona sur del estado Táchira.

 

 

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