A pocos días de iniciar las clases presenciales bajo el esquema 7+7, son pocos los recintos educativos que se encuentran aptos para recibir a los niños luego de más de un año de abandono total en el marco de la cuarentena por la pandemia del Covid-19.
Tal es el caso del Centro de Educación Integral Rómulo Gallegos, de la parroquia San Luis, en el municipio Valera, donde las aulas muestran evidente filtración de aguas de lluvias, los baños -tanto de niñas como de niños- están totalmente inoperativos o dañados y la maleza arropa las instalaciones, sin olvidar que la escuela tiene problema de falta de agua potable.
Una fuente confidencial informó que en tiempo de clases el personal obrero se ve obligado a llevar desde sus casas cepillos de barrer, lampazo y trapos para limpiar ante la falta de insumos e instrumentos para laborar.
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Yoerli Viloria
Gráficas: Alexander «Chaparro» Viloria