Eduardo Viloria / DLA
El pasado 25 de diciembre, desde temprano, se escuchaban sonar las requintas y tambores de San Benito, señal de que los seguidores y la tradición, que desde los hogares hasta los lugares públicos, participan con sus tambores, en la fiesta colectiva de la tierra del sabio Rafael Rangel.
En la mañana, los Sanbeniteros visitaron las que fueron residencias de seguidores de la fiesta, ya desaparecidos, pero no olvidados, por la nueva generación, que sigue presente en la tradición.

Visita al Cementerio local
En su recorrido hacia Las Trincheras, lugar de la cita, hubo primero una visita a las tumbas de Sanbeniteros ya desaparecidos, que descansan el sueño eterno en el mencionado Cementerio, para seguir en la ruta final que los llevará, siempre con su tambor a cuestas, por la misma vía que conduce a la urbanización Luis Mario Madriz, y de ahí al destino del día, Las Trincheras.

En las Trincheras
Las Trincheras fue el lugar de encuentro, el santo recibiendo oraciones y repiques de tambores y requintas, donde había que esperar un buen rato, para acercarse a la imagen del santo negro de Palermo, en la capilla que lleva su nombre, donde estuvo presente el titular de la parroquia San Juan Bautista, presbítero Mervín Fuentes, escenario que se prolongó hasta pasadas las 4 de la tarde, antes fueron llegando las diversas agrupaciones de Sanbeniteros existentes en el municipio, rico en este tipo de grupos, que siguen la disciplina y los dictados de la fiesta, que tiene antes la primera salida –primer domingo de octubre- y El Trincherazo –tercer sábado de noviembre- sin embargo la participación masiva a la fiesta, se acentúa, durante los días 25 y 26 de diciembre de cada año.
Pudimos observar en las Trincheras la llegada de la imagen de San Benito de Motatán, que todos los años está presente en la fiesta de Las Trincheras, esta vez solo la imagen presente en la gran celebración, pues los costos de traslado del otro personal, entre estos –tamboreros- se ha incrementado.

La ruta de regreso
La ruta de regreso de San Benito al templo San Juan Bautista, se realizó por el viejo camino o carretera vieja, escaso trecho, en deplorables condiciones en la actualidad; sin embargo, por ahí pasan los cargadores con el santo a cuestas, rumbo a la prolongación de la calle principal o avenida 5 de Betijoque, para tomar en el sector de la capilla de El Jobo, y encaminarse por la prolongación de la avenida 4 o calle Candelaria, que lleva directo al templo San Juan Bautista.
La hora de retorno, ya casi cayendo la noche se prolongó, motivado a un corte de electricidad, alargado por más de una hora, esperando los organizadores de la fiesta, la espera del fluido, que permitiera prender las luminarias y así poder ver el camino a recorrer, donde al final, en la plaza Bolívar hubo la detonación de vistosos juegos artificiales.

El día 26
Un corte de electricidad la mañana del 26 retraso también la oración Eucarística que estaba programado oficiar a las 8:30 de la mañana, misa que marca la salida del santo al lado sur de la población, con la imagen en hombros de las damas cargadoras, que visita de acuerdo a horarios establecidos para los impulsores de la fiesta, grupos de tamboreros y cargadores el itinerario de los mismos, de acuerdo al sector recorrido y por recorrer.










