“Repartieron entre sí mis vestidos,
y sobre mis ropas echaron suertes”
Salmo 22, versículo 18.
Luis Huz Ojeda / Cronista Oficial de Carvajal
La procesión de Los Penitentes del Nazareno es una manifestación religiosa que muestra la crucifixión, pasión y muerte de Jesucristo.
Esta añeja analogía católica data del siglo XIII, siendo originaria de la ciudad italiana de Perusa como resultado de las predicaciones de un ermitaño llamado Rainiero sobre los pecados cometidos por el pueblo, según registros encontrados esto sucedió en 1260.
Entre otros legajos, hay un escrito conexo que expresa al pie de la letra: “El pueblo al oír las amonestaciones del ermitaño, tomando ejemplo de los Ninivitas, se vistió con sacos y con azotes y disciplinas fue en procesión flagelándose crudamente las espaldas. Dando asi lugar la devoción exagerada a la secta de los flagelantes, quienes en tropa o montón, desnudos hasta la cintura, se azotaban hasta hacer correr la sangre, en la creencia que de esta forma borraban todos los pecados cometidos. Los desórdenes que ocasionaron con la penitencia hicieron al papa Clemente VI suprimirla”.
Estas cofradías de penitencia con su carga de flagelantes se establecieron en Italia, Francia, Hungría y España, vistiendo de diversos colores el saco o túnicas, con capirotes del color o distinto, de ella, y llevando sin calzar los zapatos de cáñamo atados al cinto, como signo de penitencia, siendo este el origen del cordón o cíngulo que en la actualidad se colocan los penitentes alrededor de la cintura.
Se cree que esa manera de ataviarse para hacer penitencia y acompañar las procesiones de San Vicente Ferrer, el Santo Valenciano, fustigador intenso con sus prédicas fue el que los hizo vestir túnica blanca llevando cubierto el rostro, y se introdujo en España de forma intermitente entre 1350-1419.
Otras reseñas
Otras crónicas sobre este tema refieren que cuando en 1596, Enrique III rey de Francia, visitó al Papa en Avignon, pudo ver la cofradía de los penitentes blancos y a su regreso a París estableció entre los Agustinos una cofradía, bajo el título de Nuestra Señora de Chartres conformada por los príncipes de su corte y otras personalidades de la realeza que asistían a las procesiones que se organizaban vestidos con una túnica larga de lienzo de Holanda, un capirote muy puntiagudo y en la espalda sobre un fondo de terciopelo una larga cruz de sarga blanca. Las mismas crónicas señalan de transcendental la procesión que este mismo rey acompañó desde su salida del monasterio los Cartujos de París, con una estación en el templo de Nuestra Señora de Chartres para retornar después a la antes citado convento.
En España fueron célebres las peregrinaciones que organizó y presidió el mismísimo rey San Fernando en ciudad de Albi.
Los Penitentes en La Cejita
La crónica nos muestra “… que en el año 1962, luego de ser asignado por la Diócesis de Trujillo como párroco de La Cejita, llega a nuestro poblado proveniente de San de Lázaro, el clérigo de origen español Francisco Ligero Ligero, quien trae una alforja contentiva de conocimientos mágicos religiosos para la feligresía catolica cejitense, que comienza a presentar a los jóvenes y adultos para captar adeptos que se atrevieran a desarrollar una obra de teatro de calle, acción esta un tanto extraña para los vecinos, donde los actores eran los habitantes locales, quese presentaban al público vistiendo túnicas de variados colores, cubriendo su cara con una capucha en forma de cono… pero esta manifestación cultural gustó e impacto tanto a propios, que durante 12 años ininterrumpidos la asumieron como suya, hasta que en 1975 consumó su último recorrido por las calles del lugar, cesación que se ocasiona debido al cambio del sacerdote a otra comunidad, cerrando de esta manera un ciclo en la cultura religiosa del conglomerado católico y pueblo en general de La Cejita”.
Libro de anales: Iglesia Nuestra Señora de La Inmaculada Concepción de La Cejita.
El Regreso
Después de 16 años de inactividad, en el año 1991 un grupo de hombres y mujeres devotos de Cristo articulados con el Pbro. Cirilo Llorente, (al momento Párroco de La Cejita), conformado entre otros por José Zerpa, José Gregorio Reinoso, Cira Briceño, Gladys Bastidas, Neicer Vielma, Zuleima Milanés, Mireya Calderón, Eliazar Domínguez, Rubén Vázquez, José Luis Briceño, Tulio Barroeta, Wilmer Manzanilla, Manuel Felipe Soto, Oscar Moncayo quienes refundan La Hermandad de Penitentes.
Desde ese entonces y hasta la actualidad, durante toda la Semana Mayor al término de los vespertinos oficios religiosos, todo el casco urbano de La Cejita se llena de vecinos y peregrinos para apreciar las diferentes manifestaciones religiosas que se realizan el Domingo de Ramos; Lunes, Martes, Miércoles y Jueves Santos; destacando por tradición las jornadas del Viernes de Pasión, Sábado de Gloria y el Domingo de Resurrección.
La Procesión
A las puertas del Templo comienzan a asomarse una tras la otra las diez carrozas que congregan más de doscientos cincuenta cofrades de ambos sexos y distintas edades, en su mayoría nativos y unos pocos provenientes de otros lugares del estado y el país, pertenecientes en su totalidad a igual número de congregaciones que componen “La Hermandad de Penitentes de La Cejita.
- -La del Centro.
- -Jesús el Buen Maestro.
- -Jesús y Judas el Traidor.
- -Los Centuriones.
- -Jesús Sentenciado.
- -Jesús Nazareno del Perdón.
- -Cristo Crucificado.
- -San Juan Evangelista.
- -Santo Sepulcro.
- -María de los Dolores.
Al momento del inicio de su presentación ante el público surge una semejanza del “Santo Sudario” y su «Simbólico Escudo» como guía de la peregrinación, seguidamente de acuerdo a un orden instituido van saliendo las diferentes agrupaciones de nazarenos con la sagrada efigie de su respectivo santoral identificativo resplandeciendo en sus carromatos.
Vestidos con un llamativo atuendo confeccionado en fina tela de atrayentes colores con forma de túnica, atado a la cintura un grueso cordón, cubriendo el rostro con una picuda capucha de forma cónica, provista de dos aberturas a nivel de los ojos para la visión, las manos cubiertas con guantes blancos sosteniendo una vela encendida emulando paso a paso El Viacrucis de Jesús de Nazaret antes de su crucifixión, tal como se dejar ver a continuación: I. Jesús es condenado a muerte; II. Jesús con la Cruz a cuestas; III. Jesús cae por primera vez; IV. Jesús se encuentra con María; V. El cirineo ayuda a cargar la Cruz; VI. La Verónica limpia el rostro de Jesús; VII. Jesús cae por segunda vez; VIII. Jesús se encuentra con las mujeres de Jerusalén; IX. Jesús cae por tercera vez; X. Cristo es despojado de sus vestiduras; XI. Jesús es crucificado; XII. Jesús muere en la Cruz; XIII. Jesús es bajado de la cruz, y XIV. Jesús es sepultado.
En el transcurso de esta analogía cristiana, la feligresía presente aprovecha para pagar las promesas ofrecidas por favores recibidos de Jesús. Una vez finalizada está función teatral los penitentes retornan a su punto de partida -El Santuario de La Inmaculada Concepción-.
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