En la actualidad hay negativa de libertad de expresión plena | Por: Eduardo Viloria

 

 

Por: Eduardo Viloria

Las nuevas tecnologías tan de moda para comunicarnos, han salvado que la libertad de expresión se mantenga y fluya en segundos, siendo esta la verdadera Aldea Global de las comunicaciones de lo que tanto se habló y escribió el siglo pasado.

Sin embargo al lado de esas nuevas tecnologías está el régimen, la dictadura, que no desea ningún tipo de crítica o que se diga la verdad de lo que acontece en el país, existiendo organismos especializados y redes comunicacionales, cazando a los comunicadores sociales que permita  callarnos de la manera que sea.

Los integrantes de los cuerpos de seguridad de  los regímenes de fuerza, miembros de policías especializadas en atropellar, se transmutaron de un lugar a otro, siendo así que los antiguos represores, especializados en perseguir la libertad de expresión que militaban en la SN, la Policía de Pedro Estrada, se colaron a la Digepol, y de la Digepol a la Disip luego a la policía comunista del régimen con su diversidad de nombres y siglas, especializados en perseguir y atropellar a través de sus maestros, los señores del G 2 cubano, donde tratan de implantar el principio que manejan,  decir la verdad a través de los medios de comunicación está prohibido, es un delito.

Ahora la represión tiene diversos nombres y diversos uniformes, sin embargo hay que decir que todos son iguales, cumpliendo con el objetivo que les dicta el jefe, el mismo que ayuda a mantener el régimen.

Aquello de que “la primera de todas las fuerzas es la opinión pública”,  de Simón José Antonio de la Santísima Trinidad, es una frase hueca que no tiene cabida en un régimen como el existente en el país.

Record en cierre de medios de comunicación

El régimen actual tiene el record de cierre de medios de comunicación social en el país, bien aplicando decretos de presuntos hechos violatorios de la Libertad de expresión, derecho constitucional nulo, o ahogándolo el medio económicamente, donde está presente muchas veces la sustanciación de  expedientes y acusaciones ficticias, que se vuelven ciertas cuando llegan a los tribunales, despachos con funcionarios encargados de impartir la justicia que el régimen desea.

Nos tocó ejercer la profesión antes del arribo de los militares y los comunistas al poder, estuvimos en los tribunales escuchando las quejas y exponiendo los argumentos sobre informaciones ajustadas al Código de Ética del Periodista Venezolano y el articulado que rige constitucionalmente esta libertad, consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que en la actualidad son letra muerta.

Esto cuando surgían acusaciones, más que todo inciertas que tenían un objetivo callar el periodista, propósitos no logramos porque funcionaba el estado de derecho en la nación.

Hemos observado en los últimos días, diversidad de atropellos contra periodistas, que han cometido un delito, informar sobre lo que ven, sobre los que le declaran, una verdad que está en todas partes todos los días en el país, atropellos de los que no han escapado profesionales del derecho abogados a los cuales se les ha intimidado por el simple hecho de reclamar el derecho que estos profesionales conocen  al dedillo, pero que el funcionario empoderados de la fuerza del organismo que lo respalda les niegan.

Hablar antes con un Carlos Andrés Pérez, con Rafael Caldera, con líderes como Eduardo Fernández, Luis Piñerúa Ordaz o Luis Alfaro Ucero, era fácil no rehuían la conversa por el contrario exigían a sus partidarios permitirles atender los periodistas para que formularan sus interrogantes, sin nada de ironías o atropellos para los que ejercían el noble oficio de preguntar, elaborar noticias e informar, lo cual no sucede en la actualidad, donde los periodistas son vistos como enemigos del régimen.

En la actualidad El Fiscal del Ministerio Publico no tiene autonomía, tampoco el Juez, estos reciben instrucciones de “arriba” para sacar de circulación a un comunicador que moleste, lo cual es cumplido al pie de la letra, bien retardando el proceso o violentando los lapsos que otorgan los códigos y leyes que rigen la materia.

Anécdota

En la sección informativa de Radio Turismo había una sección que se llamó La Garrapata, que según sus creadores “tenía veneno en la lengua”, un personaje en la voz de uno de los trabajadores de la emisora que todos sabían que él, era la garrapata. El libreto lo elaboraba un profesional de la comunicación APC.

Uno de esos libretos presuntamente ofendió un juez de la región que ordenó la detención del Coordinador del Noticiero, RHA, quien aceptó no seguir trasmitiendo y despedir el programa. En la última edición de la Garrapata se despidió de todos y al Juez objeto de la controversia  le dijo amablemente al final, para usted -“asco”- cinco letras contenidas en el apellido del Juez que ordenó la medida. (Eduardo Viloria R). CNP 2572…

 

 

 

 

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