(17-09-2022)
LA DOCENCIA UNIVERSITARIA
Su labor de profesor universitario en el NURR desde 1979, donde alcanzó la categoría de profesor Titular, se orientó especialmente hacia la enseñanza de la Historia, porque ese fue su emprendimiento mayor en la docencia, aunque compartió con otras disciplinas relacionadas, como la Metodología de la Investigación, esa derivación del Método científico. Pero ciertamente su vocación sin duda, porque era inherente a su personalidad, fue la Historia como vocación, y en la cima de quienes dictaban en la Universidad de los Andes las áreas de Historia Colonial de Venezuela y de América. En estos espacios de conocimiento era un amante de las fuentes y de aquellos fondos bibliográficos de los autores más representativos y emblemáticos de esas disciplinas y a las cuales estudiaba, para luego exponerlas con su talento pedagógico. Tal cuestión le dio un status de maestro-investigador, no sólo porque estaba siempre actualizado en la revisión de las teorizaciones, sino igualmente al tanto de los debates conceptuales y metodológicos que se derivaban de aquellas. Esto le permitió una habilitación permanente para preparar a quienes tenían vocación para sentirse sus discípulos, y ciertamente los tuvo. Ellos recuerdan un lema que él repetía con frecuencia, y en un toque de humor, el cual era “déjate ilustrar”. Pero más allá del ámbito del aula, el fue un divulgador itinerante del conocimiento histórico. Así, en Foros, Simposios, Seminarios, Conversatorios y también como exponente en Actos Conmemorativos, siempre demostraba ser poseedor de ese bagaje tan suficiente, y lo hacía con una personalidad muy manifiesta en él, aquella donde no dejó de incorporar a su lenguaje las oportunas ocurrencias de humor, tan necesarias para animar muchas de sus argumentaciones. Un ejemplo que debo citar corresponde al V Simposio de Historia Trujillana, efectuado en el NURR el 16 de Octubre de 2007, y reseñado para el Diario de los Andes por el periodista Ramón Rivas Sáez en los términos siguientes: Con cierto humor y no exento de ironías, el docente investigador Antonio Vale trató el tema del parricidio histórico. A continuación citemos al aludido:
“Los cuatrocientos años de Trujillo, hace ya medio siglo, nos consiguieron participando junto a una verdadera comparsa de escolares, no en la capital sino en Valera, en una revista de gimnasia que no dejamos de catalogar como emblemática, memoriosa y esclarecedora. Entonces, no sabíamos casi nada acerca de la Antigua Provincia de Venezuela y los nombres de Oviedo y Baños, de Amílcar Fonseca o de Américo Briceño no habían perturbado todavía nuestros juegos de metra y trompo, de manera que la efemérides, referida a una Trujillo capital que nosotros ni siquiera conocíamos, nos incorporaba sin embargo a las actividades programadas por los promotores de la fiesta… Pero lo que sí pesa en el desgano, la doctrina y la tontera con que se ha pretendido conmemorar la fecha en algunos círculos oficiales… Ya sabemos lo que se trata: España vino y nos desgració, y a partir de entonces nuestras culturas no pudieron potenciarse como debían. Esa visión, esa postura y ese sentimiento son el resultado directo de una total ausencia de estima y de una escasa compresión acerca de los procesos históricos universales… aquí con tozudez se pretende desconocer el aporte de la Península Ibérica… No se trata ya del absurdo mecanismo que liga caprichosamente a Bolívar con Guaicaipuro, o la idea de que lo indígena (cosa que no es del todo cierta) fue excluido y por lo tanto es a nosotros a quienes corresponde recuperarlo en el presente, o de la estupidez esa de querer proyectar el componente afrodescendiente incluso a aquellas áreas donde no existe… ese debate no se ha dado, pese a que años ha, dos escritores andinos Mariano Picón Salas y Mario Briceño Iragorri. “enfrentaron con éxito los moralismos inconsistentes de nuestra historia… Hoy es la soberbia, la liquidación, el capricho de unos gobernantes que cortan la historia a su gusto porque determinado tiempo no les gusta… hay un propósito oficial destinado a recortar la historia. El objetivo sacar a España del juego. No importa que en el intento se cometa un parricidio histórico”.
EL ARTICULISTA
En una entrevista del 29 de Octubre de 1981, que le hizo a Antonio Vale el periodista Guillermo Montilla para el Diario de los Andes y con la ilustración de una caricatura de RUL (Raúl Díaz Castañeda) afirmó:
“Ando y desando entre tres fantasmas que se asoman muy frecuentemente en ciertas ocasiones estelares: la literatura, la docencia y la política. A ellas me debo con la pasión de un ser humano común, de carne y hueso. Nunca me han gustado para mis altares los hombres supercorrectos, así los embalsame la gloria o los mate la abstinencia carnal”.
Ahora bien, si se admite que esos tres fantasmas marcaron sus pasos en tales asuntos, existió otro que también se asomó con pasión para Antonio, aquel que le llevó con un recordado talento a expresar sus ideas y opiniones como Articulista y Columnista. Sobre esto debe afirmarse que desde su época de Liceísta en los sesenta, ya había incursionado como colaborador en la prensa escrita de Valera, pero fue efectivamente desde la década de los ochenta cuando lo hizo con una destacada regularidad en el Diario de los Andes. Una Columna firmada con el seudónimo de Pancho Tijeras lo proyecto de manera muy convincente, dado por el respaldo de sus innumerables lectores, y el consiguiente posicionamiento que tuvo en la opinión pública trujillana. Y precisamente, una demostración de la popularidad adquirida por Pancho Tijeras la presenta en el Diario de los Andes el destacado artista de la fotografía social, Cronista de Carvajal Luis Huz, en la sección Sentido de Historia del pasado 4 de Septiembre, con una muy densa y expresiva reseña biográfica de Antonio Vale, donde refiere entre sus numerosas consideraciones, cómo en Betijoque se agotaba muy temprano el Diario en todos los puestos de periódicos, y justamente por la cantidad de personas que buscaban leer a Pancho Tijeras. Fue tal la aceptación de esa Columna que unas Asociaciones de vecinos organizaron una programación en homenaje para el autor de la Columna, donde se incluyó el inicio de un campeonato de Fútbol de Salón, con desfile y elección de la madrina, pero además resalta Luis Huz que Antonio Vale fue recibido a la entrada de Betijoque con los Chimbagueles de San Benito, y el respectivo toque de tambores.
La trayectoria de Antonio Vale como articulista tuvo una etapa de máxima consagración entre 2008 y 2013, y en mi caso lo que voy a afirmar está alejado de cualquier apasionamiento por la amistad entre nosotros, ya que se trata más bien de la opinión de un lector objetivo, porque no tengo dudas que en ese lapso, él se destacó como el Articulista Estrella de los medios de comunicación en el Estado Trujillo. Durante ese quinquenio, y con una publicación semanal que denominó MICROCRÓNICAS, abordaba con sagacidad bien calculada la variedad de temas y situaciones que consideraba pertinentes y de interés colectivo referidos a Trujillo, al país y más allá. Lo logró bajo el ejercicio de la libertad de pensamiento, y además, sin ataduras y compromisos, entre otros, con agrupaciones políticas. Lo hizo combinando inteligentemente su formación histórica con la terminología del humorismo, y aunque recurría a veces a una intención satírica moderada, y con toda la ironía relativa que le podía introducir a muchas de sus expresiones, no tuvo nunca con ellas el propósito de ser mordaz, ni tampoco que apareciera con tonos sarcásticos. Pero esas expresiones sí contenían una dureza bien contundente en el análisis de los temas tratados, pero hay que decirlo, buscando siempre los matices del humor, y aunque muchos del llamado comúnmente humor negro, nunca llegó afectar a nadie en su dignidad humana. Benigno Contreras en su Columna Historia Trujillana, publicada en EL TIEMPO en el número del 8 de Febrero de 2012, y refiriéndose a los acostumbrados artículos periodísticos, con ribetes políticos como lo indica, va a señalar textualmente lo siguiente: “cuyas posturas se le respetan, y las cuales siempre logran su objetivo: el escozor o a veces piquiña con urticaria para quien no las comulga y el plácido morbo del que se siente identificado”. Igualmente Luis Loaiza, en su mensaje que ya leímos señaló: “Sus escritos fueron guía y cuchilla. Cortaba con su inteligencia todo argumento insostenible”.
De la revisión que hicimos en los últimos días de esas MICROCRÓNICAS, las que están digitalizadas, así como las conservadas en físico, es importante afirmar que el conjunto de las mismas contiene una variada titulación de los temas abordados y en ellas sus puntos de vista, expresados sin cortapisas. Presentemos una pequeña muestra: Así, en la MICROCRÓNICA del 12 de Mayo de 2009, llamada LAS MIL Y UNA HISTORIAS, donde habla del ciclo de conferencias organizado por Aura Salas Pizani en el Ateneo de Valera con la presencia de destacados intelectuales, señalaba lo siguiente:
“Digamos que multiplicaron una vocación con tópicos complementarios y no por haber sido Aura Salas Pizani la promotora del asunto, en un Ateneo de Valera que mi generación lleva con mucho orgullo en sus estandartes espirituales, todo se convirtió en consenso, en motivo de marca, en enseñanza y desvelo, en suprema cristalización de unas vidas que apenas comenzaban a despertar. Cada quien tiene una historia asociada a la institución del Ateneo. Aquí y en Caracas, en cualquier lugar donde la mente sea capaz de agitar a la materia. No hay duda: tal es la historia que quiere borrar Chávez de todos los Ateneos de Venezuela”.
Otra parte de esa pequeña muestra de MICROCRÓNICAS, corresponde a las que denominó en tres entregas (14-21 y 28 de Febrero de 2009) como EL DECRETO INFAME, el decreto 277 de la Gobernación de Trujillo, que le borró el nombre de Mario Briceño Iragorri a la Biblioteca Pública de Trujillo, y sobre el cual Antonio Vale dijo que era un bodrio sin atenuantes. Y para concluir estas consideraciones sobre Antonio Vale como Articulista, voy a leer la MICROCRÓNICA del 8 de Febrero de 2011 llamada ¿Sin mensaje y sin destino?:
“Si algún mensaje no tiene destino (no lo tuvo ni lo tendrá mientras sea tan cuidadoso en sus argumentos y tan mentiroso en algunos de sus apartes) es el que con ese nombre, “Mensaje con destino”, publicado en “Vea” y reproducido en este mismo diario, dio a conocer un grupo de escritores e intelectuales que se dicen afectos a la revolución chavista, y que, supongo que para otorgarle rango trujillano a la misiva señalada, encabezaron dos de los poetas más importantes de nuestra literatura: Ramón Palomares y Ana Enriqueta Terán.
Me ciño a la interpretación del texto para evitar escozores, en particular porque tengo amigos entre los firmantes. Por supuesto que hay un ultraje a las instituciones; pero, por qué no las nombran, por qué no dicen que son el Ateneo y el centro de Historia de Trujillo las dos instituciones que han sido asaltadas con el apoyo del Gobernador del estado; en la misiva parece que fue una fábrica de chimó la que asaltaron y no los dos espacios más importantes de la cultura trujillana; los mismos que, en numerosas ocasiones, han tributado lo mejor de sus actos a quienes cultivan la literatura o la historia. (Varios de los cuales firman el texto). Pero es que al temor de nombrar se suma la más absurda de las hipótesis, a saber, que es la oposición la culpable de lo sucedido… y además con el manido argumento de que se trata de sectores que persiguen la subversión y la desestabilización. Creo que hay un abismo asombroso entre semejante tontera y la calidad intelectual de buena parte de los firmantes. Si no ¿cómo se explica que la defensa de dos tradiciones vitales suponga la desestabilización de un sistema político? Molesta de verdad que una razón tan artificial y poco creíble sea la mejor excusa para ocultar los atropellos contra la sociedad trujillana. A menos que sea culillo; u otra cosa peor: culto a la personalidad por parte de quienes deberían practicar el debate de ideas y no de la fidelidad automática.
Sobre lo de Mario Briceño Iragorri me atrevo a decir, visto que ya esa batalla es viejísima, que los firmantes del documento llegaron tarde a la fiesta. Bueno, con una novedad, y es para la valoración del intelectual trujillano la medida que se utiliza es la “sabia opinión” de Chávez. ¿Qué hubiera ocurrido si Chávez no hubiese hablado bien del escritor trujillano? No quiero imaginarme los resultados. Digamos finalmente que un saludo a la bandera venido de las filas chavistas no es del todo desdeñable en estos tiempos de absoluto control político; incluso en este caso, cuando todos sabemos que al saludo se le une la más importante de las razones oficialistas: la preservación inmaculada del líder máximo. Tal vez el único mensaje y el único desatino del documento.
ANTONIO VALE COMO ESCRITOR
En su página de Historia Trujillana en el Diario EL TIEMPO, del 8 de Enero de 2012, Benigno Contreras se refirió a Antonio Vale como “el bate de las mil palabras”, agregó lo siguiente: “porque, precisamente, en sus escritos y sobre todo en la diversidad de sus palabras está su gran riqueza literaria. Tenía que ser así, para alguien que comenzaba a explotar su vena poética, o más bien su ingenua flexiva prosa, buscando la “La verdad que se oculta” que así se llamó uno de los primeros intentos de poesía que conocemos de Antonio, porque tenemos en nuestras manos su poemario de estudiante rangeliano en las incógnitas de la vida lo que le ha deparado la riqueza de su producción literaria”. Vivimos sin pensar por qué vivimos/soñamos sin pensar por qué soñamos/y sin embargo/vivimos y soñamos”. De todas maneras la búsqueda lo lleva de la poesía a la prosa, y es de ella de donde proviene aquel libro de cuentos: La Cola del Ciempiés, que le valió el Premio Nacional de Cuentos que otrora otorgara EL NACIONAL. También produce aquella rica novela, catarsis sobre la Valera de sus vivencias con la dosis acostumbrada de la riqueza humorística, mordaz y satírica, que es lo que le da el dorado tono a su actividad literaria- perdone Antonio si nos equivocamos en el juicio y, peor aún, en ser malos para la crítica literaria. Sus reflexiones son los de “Los Fragmentos de un Juglar”.
Todo lo expresado por Benigno Contreras no es estrictamente una deficiente crítica literaria, como él dice, pensamos por el contrario que sus expresiones se pueden considerar con mucha pertinencia interpretativa, y nos proporciona algunos elementos para acercarnos a las obras de Antonio Vale y encontrar una cierta analogía entre el joven escritor Antonio Vale y el MARX de la Juventud (sí, el joven Carlos Marx). Así, hay autores en la historia reciente de las Ciencias Sociales, como por ejemplo el filósofo francés-argelino Louis Althusser (1918-1990), quien escribió en 1965 una obra que llamó LA REVOLUCIÓN TEÓRICA DE MARX, donde establece que existió un momento histórico durante el cual ya Marx había escrito algunas de sus obras, y no se le podía considerar propiamente MARXISTA, porque para esto debió atravesar por lo que Althusser y otros autores denominaron una “ruptura epistemológica”, donde sin romper con sus síntomas de ideas, avanzó hacia un reacomodo de las mismas, llevándolo a convertirse en el MARX de la madurez, ya con sus obras más conocidas, entre ellas EL CAPITAL. Y así como en MARX es posible encontrar esa Revolución teórica, en el caso de Antonio Vale, y con la salvedad respectiva de la diferenciación de temáticas y de los tiempos históricos, también debe reconocerse que con él se produjo una especie de particular y propia revolución en lo literario, donde sin cambiar sus inspiraciones iniciales, transitó desde su experimento de origen con la prosa poética, hacia la prosa narrativa propiamente dicha, y llevándolo a la condición del Antonio Vale de la Madurez. Esto quedó plenamente establecido, porque sus escrituras de cuento y novela, expuestas a la opinión de los lectores en general, fueron igualmente revisadas por Jurados integrados por prestigiosos y reconocidos escritores de Venezuela y de América Latina, y quienes le otorgaron dos menciones en el Concurso Anual de Cuentos del Diario EL NACIONAL, en 1988 con Juego de Velorios y en 1990 con Te Espero Allá en el BAR. Esta doble aprobación para sus escrituras, hecho obviamente muy satisfactorio para Antonio Vale, fueron un indicador de su Madurez en lo literario, y por supuesto, formaba parte de ese quehacer creativo reflejado en las obras El Primer Fascículo (1994), La Cola del Ciempiés (1996), y Los Fragmentos de un Juglar (2001). (Una digresión: la portada de EL PRIMER FASCÍCULO, es un dibujo de Rasputín, elaborado por un gran amigo de Antonio, Carlos Montiel Carrillo, quien en su homenaje publicó por Facebook el cuento EL CRISTO DE LAS CANILLAS ROTAS, que forma parte de esta publicación).
Ahora bien, las ideas y opiniones que me he permitido expresar sobre Antonio Vale en lo literario, corresponden a un lector cercano y consecuente, pero ir más allá de eso me colocaría, pretendiendo hacer una mayor interpretación, bien cerca de la temeridad (y el hecho de haber apelado a esa analogía con MARX lo dejó en evidencia) y lo decimos, porque siendo Sociólogo y profesor de Teorías generales, y sin estudios en Sociología de la Literatura, debo darle paso a los que siendo especialistas, han tenido la oportunidad de hacer interpretación de las escrituras de Antonio Vale, con la debida suficiencia.
Alexi Berrios, escribió en su homenaje, el pasado 2 de Agosto, y lo hizo circular como mensaje por WhatsApp a sus amigos, el siguiente comentario sobre el cuento Te Espero Allá En El Bar. Así:
“Es uno de los esplendidos cuentos de Antonio Vale Briceño, donde sobresalió su calidad literaria excavando en la frecuente oralidad explanada por personajes bulliciosos en un bar modélico signado por el ritmo de lo vivencial”.
En la contraportada de la novela Los Fragmentos de un Juglar, el profesor Jorge Linares Angulo afirma: “Con Los Fragmentos de un Juglar, Antonio Vale nos ofrece una propuesta novelística coherente e intensa, construida a partir de un lenguaje transparente y ricamente sugeridor al mismo tiempo, vehículo de humor e inteligente ironía, y cuya base es un trabajo artístico de indudable calidad… se trata, en esta novela, de un conjunto de historias de un juglar, el juglar en ella singularizado a modo de narrador que protagoniza y testifica, va urdiendo en tono desenfadado, iconoclasta y paródico, como ya lo intentaban sus pares de la Edad Media… Con una técnica eficaz, con la tesitura de la gran narrativa latinoamericana de hoy, manejando un discurso intimista en una suerte de diario, el narrador-juglar llena unas libretas con materia de experiencias vitales cuyo pecho no puede contener so pena de estallarle en mil pedazos… Como su título lo indica, la novela está estructurada en fragmentos, cada uno de los cuales es una historia que el juglar-narrador, personaje principal indiscutido y centro unificador de las mismas, ha vivido en la Ciudad sin Nombre con la resolución y el goce de quien asume la existencia sin excusas, como oportunidad única e irrepetible.
LA POLÍTICA, LOS AFECTOS Y LAS INQUIETUDES DE ANTONIO VALE
Antonio Vale afirmó en la entrevista que le hizo Guillermo Montilla, el 29 de octubre de 1981, que andaba y desandaba entre tres fantasmas que se les asomaban en ocasiones estelares, y mencionó que uno era la política. Esta fue para él, sin duda, una motivación más bien de carácter intelectual, y por supuesto traducida con acciones en algunos momentos estelares, para usar una de sus expresiones. Pero hay que decirlo, él no se dedicó especial y expresamente a la misma, porque al respecto, no se le conoció como dirigente político con exclusividad, aunque no estuvo exento de haber asumido responsabilidades y compromisos en algunas circunstancias y que sobre estas debe reconocerse que sí participó en determinadas coyunturas político-electorales. Ahora bien, sin el propósito de biografiar toda su trayectoria vinculada a la política, vamos a citar expresiones de un escrito difundido por él, en WhatsApp el pasado 11 de Febrero, y dedicado a la memoria de su gran amigo Rodulfo Mejía, con motivo de su fallecimiento. En el mismo va a referir cómo fue su inicio en actividades políticas. Así lo dijo:
“… ya Rodulfo comenzaba a tener una intuición temprana sobre la injusticia, y optó por su militancia comunista, una etapa que además algunos de nosotros transitamos junto a él por su sola autoridad. Él lo sabía todo. Mientras nosotros permanecíamos esperando por las tareas que debíamos llevar a cabo bajo el tutelaje de su orientación… Yo era militante de la Juventud Católica hoy, y en el día de mañana pasé a ser militante de la Juventud Comunista de un sólo plumazo, todo ese brusco cambio por la autenticidad y el enorme corazón de Rodulfo Mejía”.
Esa experiencia temprana, y ocurrida a comienzos de los sesenta, se extendió hasta finales de esa década, para luego asumir Antonio Vale, a partir de aquel momento, la condición de aquellos que se autodenominan Independientes de Izquierda. En tal condición se encontraba cuando se dividió el Partido Comunista de Venezuela en Diciembre de 1970, y aunque él no era militante de ese Partido, sí se llegó a incorporar a una de las fracciones que surgieron de ese proceso, a la llamada CAUSA R, desde comienzos de 1971. En este Movimiento político se mantuvo hasta 1978, coincidiendo en ese tiempo con su permanencia como estudiante de la carrera de Historia en la ULA, y para luego reasumir la condición de independiente de Izquierda. Después, en 1983, participó como activista en un Movimiento de corte electoral y de vida efímera, como lo fue la llamada NUEVA ALTERNATIVA, en apoyo a la candidatura presidencial de José Vicente Rangel. Posteriormente participa brevísimamente, en lo que se puede considerar fue su última activación en la política electoral, con el apoyo a la candidatura presidencial de Eduardo Fernández en 1988, con una agrupación denominada CAMBIO 88.
Una interpretación objetiva de estas modalidades de participación en la acción política-electoral por parte de Antonio Vale, nos dice que estas no se constituyeron en experiencias que le definieron ninguna militancia permanente, y muy lejos de hacerlo en los partidos tradicionales del país. Debe afirmarse entonces que desde los años noventa del siglo pasado, él estuvo por encima de ese dilema de “Derechas e Izquierdas”, pero descartándose que profesara desde ese tiempo cualquier eclecticismo en la política, y más bien puede aceptarse que se convirtió en un verdadero militante de la Libertad de Pensamiento. Pero dejando a un lado esas menciones sobre su accionar político, es importante considerar igualmente, que desde ese tiempo se abre para él un período de realizaciones muy definidas para su proyección personal, y coexistiendo las mismas con aquellos dos fantasmas que para él andaban y desandaban, como fueron la docencia y la literatura. Y para alcanzar todo eso, fue muy propicio el estar integrado a un mundo de afectos que siempre le acompañó, porque Antonio Vale desarrolló una inmensa vocación para expresar los sentimientos hacia la familia, tanto para el entorno como para lo colateral, y fue así como se los profesó a las familias Briceño, Barrera, Rojas Barrera, Nava Barrera, Padilla y Villa. Ahora bien, también existieron otros nuevos entornos para esa realización personal, precisamente aquellos que estuvieron motivados por la pasión del amor verdadero, y personificados para él por Elsy y Margarita. En ese mundo de afectos también gravitaba quien representó para él la verdadera motivación para una plena existencia, su hija Antonieta, la inspiración para vivir y disfrutar el amor paternal.
Estas referencias nos dicen que Antonio Vale poseía una personalidad con una inmensa propensión para la convivencia interpersonal directa, pero debo decirlo, por el conocimiento que me conformé de algunos rasgos de su personalidad, que él parecía no manifestarla en determinadas situaciones con una marcada expresividad, y determinando entonces que para una minoría de personas apareciera como algo huraño, pero como dice aquella expresión en latín, vultu dicipis, las apariencias engañan, porque en el trato cercano, y con su manejo del humor, se desmentía cualquier equívoco al respecto. Y es precisamente por esto último, que nos motivamos a recordar algunas cualidades inherentes a su modo de vida. Una es bastante obvia, nos referimos a aquella que lo convirtió en un lector con toda la dedicación y pasión por la literatura, que lo llevó siempre a interactuar con sus amigos, para compartir entre tantos, y con destacada preferencia, los libros del argentino universal Jorge Luis Borges, el mexicano Jorge Volpi, el chileno Roberto Bolaño, el cubano Leonardo Padura y el español Arturo Pérez-Reverte. Ahora bien, si de preferencias hablamos, Antonio vale tuvo una inclinación manifiesta por el cine. Su afición estuvo presente en los cines en físico, como los de antes, pero también en estos tiempos que vivimos con la tecnología de las plataformas de streaming, entre otras NETFLIX, HBO MAX, APPLE TV, etc. Como se trata de mencionar hechos testimoniales de Antonio Vale sobre su afición por el cine, citemos uno de sus TRAPOS, del pasado 15 de Marzo (digresión: TRAPOS fue una sección publicada en décadas pasadas en el Diario de los Andes, y que la hizo reaparecer el año 2021, para enviarla por WhatsApp y por email a sus amigos). En ese TRAPOS afirmó:
“Muchos dicen que su segunda casa fue el Liceo “Rafael Rangel”. La mía fue el CINELANDIA”: Obviamente, estas expresiones, que son sentencias alimentadas por el humor, mostraban su condición de cinéfilo, y es verdad que esto se manifestaba en los diálogos que con frecuencia sostenía por WhatsApp con algunos amigos. Voy a citar brevemente fragmentos de algunos que cruzamos. El 21 de Marzo pasado me escribió: “Henry, si no has visto la película “Una sombra en mi ojo” debes verla. Es una joya en estos tiempos de guerra”.
El 23 de Julio recientemente pasado me escribió: “Sobre series te diré que los Peaky Blinders es una de mis favoritas. La he visto ya tres veces”. Yo le respondí: “Es extraordinaria y supongo que ya vistes Juego de Tronos de George R. R. Martin, que casi es una versión de la Teoría del Poder, que por poco supera a Maquiavelo. Y te pregunto si vistes a EL JUEGO DEL CALAMAR, que es de una genialidad perversa. Bueno Antonio, la tropa acá te retorna los saludos, y los deseos porque superes esa afección. Que Dios te cuide”. El 24 de Julio me respondió esto: “Juego de Tronos no está en NETFLIX y los Juegos del Calamar no me engancha. Yo te recomiendo dos series y una película: Tabú (que por cierto, es de los mismos realizadores de Peaky Blinders) y “El abogado del Lincoln”. La película en mi versión española se llama “Entre navajas y secretos”. Muchos abrazos y saludos a la tropa”.
De lo mencionado se puede afirmar que el uso de las redes sociales por Antonio Vale, con preferencia por el WhatsApp y no por Facebook, se había convertido en un hábito autocontrolado, pero también se debe afirmar que ese recurso tecnológico le posibilitó una interacción que le permitió mantenerse informado sobre hechos y acontecimientos de su interés, y sobre todo de Valera como su ciudad de origen, y en este caso no de la Ciudad Sin Nombre de los Fragmentos de un Juglar, sino de la real, y es por eso que tuvo la oportunidad de expresar su repudio ante las nefastas acciones contra el Ateneo de Valera, el alma cultural de la ciudad. Escribió un trío en su sección de TRAPOS. En el primero del 15 de febrero dijo:
“Llamar casa de los Saberes al Ateneo de Valera siempre me ha parecido un chiste de mal gusto”. En el segundo del 24 de Marzo dijo: “Si entregaron el Sambil de la Candelaria en Caracas, no veo yo el porqué no pueden entregar el Ateneo de Valera en Valera”. Y en el tercero del 24 de Mayo dijo: “Que otra vez vuelvan las instalaciones del Ateneo de Valera a sus legítimas autoridades. MENS AGITAT MOLEM”.
A tales opiniones expresadas en TRAPOS, agregó otras el 24 de Junio, en un WhatsApp para algunos amigos, y en las cuales había consideraciones donde aludía a la Profesora Libertad León, y también haciendo mención sobre el Ateneo de Valera. Así tenemos: “Libertad León me ha sorprendido muy gratamente con dos de sus trabajos últimos, ambos de factura estética envidiable y referidos a la crónica de nuestra siempre bien querida ciudad: «La Valera Oculta» de Pedrito Bracamonte y «Exclusivamente Valera» de Benigno Contreras.
No voy a llover sobre mojado porque con lo dicho y hecho por Libertad es más que suficiente para valorar la importancia de ambas obras, aparte de que por razones que no vienen al caso, no estoy en condiciones de hacer más que un comentario breve sobre el asunto.
La inteligente muestra que ha hecho Libertad sobre ambas obras nos ofrece hacia afuera un contenido de mayor alcance real, por obra del azar o de los dioses, a mí no me pregunten, y es que la suma de ambos textos de crónica valerana están cumpliendo estéticamente -unificadamente será mejor decirlo- lo que permanece fragmentado hoy por la realidad coyuntural.
Benigno, mi hermano, con ese corazón de primera línea que siempre ha tenido y que hoy lo ha colocado en una responsabilidad cultural también de primera línea, y Pedrito, que se nos marchó lamentablemente sin poder seguir develando los secretos de la Valera más subterránea, no podrían ser acaso, en la prosa verdaderamente sería y cuidadosa de Libertad León, el primer paso hacia la recuperación de las instalaciones del Ateneo de Valera?
Si la estética de una ciudad nos une como ha unido a Libertad en el estudio de ese objetivo único que es la crónica, yo no veo porqué no pueda ocurrir.
Antonio Vale”.
Las complicaciones en su salud no disminuyeron su voluntad para expresarse por las redes, aunque les pedía a sus amigos hacerlo siempre por escrito. A mí, me manifestó lo siguiente: “te recuerdo Henry que estoy afónico y no hablo ni con Antonieta. Ahorita voy a hacerme un remedio, te escribo después. Saludos a toda la tropa”. Su estado de salud se había agravado, y disminuyeron sus mensajes. El 8 de Agosto le escribí: “”Hola Antonio. Te estoy escribiendo para retornar nuestros contactos por esta vía. Cómo te encuentras, y los demás por allá. Te leo los TRAPOS por el Grupo, pero ya estamos por acá de nuevo. Saludos y un abrazo”. Este mensaje no tuvo respuesta, y ya no iba a ser posible ningún otro. María, su querida hermana escribió este mensaje a las 8 y 43 de la noche del 12 de Agosto: “Mi adorado hermano Toño Vale acaba de morir”.