En Eslovaquia cae el primer Gobierno de la UE por su gestión de la pandemia

Praga, 30 mar (EFE).- El primer ministro de Eslovaquia, el populista Igor Matovic, y su Gobierno de centroderecha dimitieron este martes para sortear una crisis política abierta por la compra a espaldas de sus socios de coalición de la vacuna rusa contra el coronavirus, Sputnik V.

El eslovaco es el primer Gobierno europeo que cae debido a su gestión de la pandemia, pero la medida mantendrá al actual tetrapartito en el poder y evitará elecciones anticipadas. Con todo, no se cierran todas las incógnitas sobre el futuro del Gobierno liderado por el partido populista Gente Corriente (OLaNo).

«Es una solución para la crisis actual, pero no sabemos qué pasará cuando se nombre el nuevo Gobierno. Matovic mantendrá una posición fuerte (en el Ejecutivo) y no sabemos cómo resultará», explicó a Efe Grigorij Meseznikov, analista del Instituto político IVO en Bratislava.

La renuncia de Matovic supone la dimisión de todo el Ejecutivo, aunque no habrá una remodelación profunda, ya que la única persona incómoda para todos los socios era el primer ministro.

Matovic asumirá, previsiblemente, la cartera de Finanzas, que deja el designado nuevo primer ministro, Eduard Heger, ambos pertenecientes a la misma formación populista.

«No encontré ningún caso de un país donde un primer ministro dimitiera y siguiera en el Gobierno», explicó Meseznikov la situación inédita.

Heger, de 44 años, es un aliado cercano de Matovic en un partido que llegó al poder con promesas de acabar con la corrupción y que ha perdido gran parte de su popularidad después de ganar con un 25 % de los votos las elecciones legislativas de febrero del año pasado.

ESTRATEGIA ERRÁTICA CONTRA LA COVID

Al Gobierno eslovaco le pasó factura su gestión errática de la pandemia, y, pese a que el país salió indemne de la primera ola, encaró la segunda en otoño pasado sin una estrategia clara y consensuada.

Eslovaquia fue, por iniciativa del primer ministro, el primer país del mundo en realizar, en dos fines de semana consecutivos a principios de noviembre, un test a todos los habitantes mayores de diez años, que permitió aislar a más de 50.000 positivos.

Sin embargo, esa estrategia, que se vendió como una alternativa a los confinamientos, no surtió efecto y no sirvió para contener la expansión del virus en el país centroeuropeo.

Además, debido a la falta de coordinación y de un sistema de rastreo y detección de contagios, no se lograron aislar pronto las nuevas cepas más contagiosas de la covid, como la mutación británica, lo que disparó -durante la tercera oleada- las cifras de contagio y muerte.

TERCERA TASA DE MORTALIDAD DE LA UE

Esta república centroeuropea de 5,5 millones de habitantes tiene actualmente una tasa de mortalidad de 217 fallecidos por un millón de habitantes, la tercera más alta de Europa, después de República Checa y Hungría.

Fue en ese contexto de crisis sanitaria, con los hospitales a rebosar, cuando se produjo la decisión unilateral de Matovic -por la vía de los hechos consumados- de comprar dos millones de vacunas rusas todavía no homologadas en la UE.

Esa decisión en solitario fue incluso criticada por la presidenta, Zuzana Caputova, quien expresó que podría poner en entredicho la orientación exterior del país hacia la UE y la OTAN.

La medida desató un proceso de desintegración del Gobierno, del que dimitieron en pocas semanas seis ministros, mientras que los liberales de Libertad y Solidaridad (SaS) anunciaron su salida hasta que no se vaya el primer ministro.

CONTINUIDAD DEL TETRAPARTITO

La incertidumbre de las pasadas semanas se ha zanjado, al menos de momento, con el abandono de Matovic, que da un nuevo respiro al tetrapartito, que cuenta con 91 escaños en un Parlamento unicameral de 150 diputados.

«Teóricamente sería posible un tripartito, pero, a pesar de las divisiones, han decidido recrear la misma coalición como única opción de gobierno estable, a pesar de la animosidad personal», explicó Meseznikov sobre las continuas disputas entre Matovic y el ministro de Economía, el liberal Richard Sulik.

«Los conflictos seguirán, pero Matovic ahora no estará en una posición superior a la de Sulik», añadió el experto.

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