Santa Cruz de Lorica (Colombia), 8 ago (EFE).- El caluroso pueblo de Santa Cruz de Lorica, en el norte de Colombia, está conmocionado y de luto por el asesinato en Tailandia del cirujano plástico Edwin Arrieta, definido por su hermana como «el motor de la familia» y cuyo crimen se ha atribuido el español Daniel Sancho, hijo del actor Rodolfo Sancho.
Entre lágrimas por la muerte del médico de 44 años, una figura muy querida en este pueblo de unos 115.000 habitantes en el departamento caribeño de Córdoba, su hermana Darlin Arrieta dijo a EFE que Sancho no solo acabó con la vida de Edwin, «acabó con mi familia porque yo tengo unos papás de 76 años (…) yo los veo a ellos tan acabados que esto les puede causar la muerte».
«Edwin era el motor de nuestra familia», dice su hermana, quien contó que incluso el nombre de su hija de siete años, María Fátima, se lo escogió Edwin por ser muy devoto de la Virgen de Fátima.
Darlin, recuerda a su hermano, médico formado en la Universidad Metropolitana de Barranquilla, con especialización en la Universidad de Buenos Aires, en Argentina, como «la alegría» en persona.
«A Edwin le gustaba bailar, cantar, festejar los cumpleaños, era una persona que era una luz que en estos momentos debe estar brillando en el cielo», rememoró su hermana.
El alcalde de Santa Cruz de Lorica, Jorge Negrete se sumó a las voces de repudio y dolor expresadas por amigos, y familiares y en su cuenta de Twitter dijo: «Lorica está estremecida por el doloroso episodio que rodea la muerte del cirujano Edwin Arrieta Arteaga, a su familia un inmenso y considerado abrazo; que Dios provea la fortaleza por tan irreparable pérdida. Paz en su tumba».
PEDIDO DE JUSTICIA
Luego de conocerse que Daniel Sancho confesó haber cometido el asesinato y descuartizamiento de su hermano, Darlin Arrieta pidió a las autoridades colombianas ayuda para que se garanticen los derechos del fallecido cirujano en Tailandia y «que se haga justicia porque el crimen de mi hermano no puede quedar impune».
«Mi mamá pide que el cuerpo de mi hermano sea repatriado porque ella quiere darle a cristiana sepultura, entonces pedimos ayuda a la Cancillería, a la embajada y al Estado colombiano que nos ayuden con un abogado que sea nuestro vocero allá en Tailandia», agregó.
La mujer aseguró que las noticias que la familia ha tenido sobre el trágico suceso les han llegado por las redes sociales y la prensa. «Yo no sé el cuerpo de mi hermano dónde está, qué están haciendo con él, cuáles son las pruebas que se están haciendo. No tengo ningún tipo de conocimiento sobre eso», afirmó.
UNA EXCELENTE PERSONA
Por parte, Adriana Behaine, abogada allegada a la familia Arrieta Arteaga, describió a Edwin «como un hombre servicial, un hombre caritativo, temeroso de Dios (…) un hombre dispuesto a servir a todos, un hombre desprendido (al que) le gustaba mucho compartir, una persona excelente en todo el sentido de la palabra».
Era «responsable con sus padres, amoroso con su familia, su sobrina (era) su adoración, un ser humano de esos que la vida te premia cuando los conoces», dijo Behaine.
La abogada explicó que «en Colombia ha sido un poco complicado» el caso y que amigos han «colaborado a la familia con la radicación de documentos en diferentes oficinas para lograr la repatriación (del cuerpo) o para que nos informen sobre qué va a pasar legalmente con el médico Edwin Arrieta».
«Ha sido muy difícil porque sentimos que el Estado colombiano no ha brindado acompañamiento en este proceso», dijo.
La Cancillería colombiana informó el domingo que el consulado en Bangkok «estableció contacto con las autoridades tailandesas» por el asesinato y desmembramiento de Arrieta, perpetrado el sábado en la turística isla de Koh Phangan (sur de Tailandia), y se puso a disposición de la familia de la víctima para darle asistencia.
«Estamos a la espera de que el Gobierno nacional se pronuncie y pida justicia para un hecho tan doloroso, un hecho que ha tocado los corazones de muchas personas», agregó.
Behaine explicó que la familia requiere de «manera urgente» que el Gobierno colombiano les ayude con la representación legal en Tailandia, que les «explique qué va a pasar, cuáles son las etapas jurídicas del juicio (…) y cómo vamos a hacer para la repatriación de los restos del fallecido».
«En su familia todos lo esperan», concluyó la abogada, resumiendo un sentimiento que embarga a los habitantes de Lorica.
Ricardo Maldonado Rozo
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