En defensa del Parque Nacional El Ávila: No a la ciudad comunal que pretende implantarse | Por: Adalberto Gabaldón

 

Ante la insólita declaración del Sr. Nicolás Maduro anunciando la creación de una “ciudad comunal” en el Parque Nacional El Ávila, el Grupo Orinoco, de energía y ambiente, en el contexto del desarrollo sostenible, expresa su más frontal protesta y reprobación.

Este exabrupto constituye, de inicio, una violación constitucional, pues su texto en forma directa establece en el artículo 127 que: “El Estado protegerá el ambiente, la diversidad biológica, genética, los procesos ecológicos, los parques nacionales y monumentos naturales y demás áreas de especial importancia ecológica”. Además, conlleva la violación de otra serie de leyes vigentes en materia ambiental.

Tamaña insensatez, que a lo mejor es un “trapo rojo, tiene como objetivo real distraer la atención sobre asuntos mucho más graves que están ocurriendo en el país, pues llegan a comprometer la propia soberanía nacional; atenta además contra el valor espiritual y simbólico que El Ávila tiene para los caraqueños. El Ávila es el emblema inequívoco que se llevan los caraqueños y en general para todos los venezolanos que forman parte de la diáspora siguiendo en sintonía con sus arraigos.

Los Parques Nacionales son espacios naturales de alto valor ecológico y cultural, poco alterados por el hombre a través de sus actividades sociales y productivas, que en razón de la unicidad y belleza de sus paisajes, la representatividad de sus ecosistemas o la singularidad de su flora y fauna, de su geología, o de sus formaciones geomorfológicas, posee valores ecológicos, estéticos, culturales, educativos y científicos destacados, cuya conservación requiere una atención preferente, y se declaran por ello de interés general del Estado. Que paradoja cuando es el propio Estado el que promueve su trastrocamiento mediante la inserción de cualquier actividad que altere radicalmente los objetivos establecidos por ley para los parques nacionales, sea cual sea su justificación.

No se encuentra otra explicación para este despropósito, que promover el llamado “estado comunal” extraño a nuestra tradición constitucional y además satisfacer los intereses de personajes identificados con la ideología del poder que hoy adelantan construcciones suntuarias especialmente en la vertiente norte (estado Vargas) del Parque Nacional, que contradicen su reglamentación.

Precisamente, fue el embate de intereses de esa naturaleza los que se manifestaron e hicieron presión para que se dieran permisos para urbanizar las faldas del Ávila en su vertiente sur por encima de la cota mil, durante los últimos años de la dictadura Perejimenista, la razón principal que indujo en 1958, con el advenimiento de la democracia, a que se declarara El Ávila como parque nacional.

Así las cosas, el Grupo Orinoco convoca a todos los movimientos ambientalistas, a las organizaciones de la sociedad civil partidarias de la conservación de la naturaleza, a los que aman a Caracas, a los enemigos del atraso, a defender El Parque Nacional Ávila y a oponerse frontalmente a cualquier acción que vaya en contra de su Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso.

www.grupoorinoco.org

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