En comunidad se vive mejor / Iroschima ¿Y el cementerio, qué pasó?

Omar Sánchez Delfín

 

En pasadas gestiones de alcaldes de nuestra urbe, por cierto, pésimas todas, se tenía ideado desarrollar un excelente proyecto de ingeniería para la remodelación total del cementerio municipal de Valera. En aquel entonces ya tenían contemplado el presupuesto para tal fin, peeero obviamente la concebida corrupción hizo de las suyas. Tuve la oportunidad de ver el diseño de la obra y efectivamente muy innovador en este tipo de estructura. Al respecto se supo que la faena comenzó con buen pie, incluso, lograron ubicar en sitios construidos para tal fin varias piezas u osamentas previamente clasificadas. Todo iba marchando “calidad”, peeero de la noche a la mañana los cobres se desvanecieron y por supuesto, el fulano proyecto social quedó como está todo el país “Jodido”.
Tal infraestructura de ser ejecutada lógicamente contenía, capilla nueva, caminerías, osario, caseta policial y en fin cualquier cantidad de ornato que daría otra cara a este hoy muy maltrecho camposanto. En tanto, actualmente este cementerio es un refugio de malhechores, peeero también una minita de oro diaria y sin control alguno, ya que para nadie es un secreto que para ingresar a este aposento del descanso final hay que pagar una pelotica de soberanos, mejor dicho, hay que parir los cobres dada la pelazón que vivimos. ¡Ah! y esto sin contar con un casi seguro “quieto ahí”, ya que la vigilancia policial es totalmente nula.
Es tanto el desorden, que se comenta que desentierran al difunto por las noches para reutilizar las urnas vendiéndolas y robarles la ropita a los interfectos, quizás suene como un cuento de terror y horror, peeero en este desastre total de país que habitamos no tiene nada de extraño que esto sea cierto. A todas estas urge pues, que la alcaldesa Iroschima tome carta sobre el asunto y disponga de algunos euros que le envió el presidente maduro para el embellecimiento de la ciudad y desde luego muy buena idea sería que los invirtiera en esta necrópolis que se lo come la desidia. Esperamos por usted.
¡Vergacion! la mamá de las marchas, compatriotas
Esa fue la impresión que dio en la bolita del mundo la marcha el Día de la Juventud convocada por Juan Gerardo de la Santísima Trinidad Palacios y Guaidó. De pana que parecíamos hormiguitas diseminadas por todo el largo y ancho del país. Lógicamente todo este accionar es para pedir ¡Auxilio! ante la situación de pobreza que estamos viviendo, ya en este momento esta gestación no tiene que ver con nada de política y esa paja, es hambre papá, es necesidad compatriota, es falta de medicina camarada, es falta de salud, mejor dicho es falta de todo. Ya las cartas están echadas y no queda de otra, así que el 23, el 23, el 23, es el día y tal como dijeran los cubanos cuando están alegres, que cosa más grande mi hermano … Y no olviden, confiar en Dios es la consigna.

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