Por: Jhonny Torres
Estamos celebrando los 474 años de un pueblo muy pequeño; por cierto, el de Los Andes el más antaño.
Uno tan pequeño como tranquilo, pudiera decir incluso paradisíaco y -créanme- no estoy exagerando.
Uno que tiene una lucha intacta, ser reconocido públicamente como el Pueblo Ancestral de Los Andes venezolanos. Pues si somos escuqueyes, hijos de Jaruma, los que nos preguntamos dónde estará la Diosa Ikake.
Uno que en vez de enormes centros comerciales cuenta con los mejores paisajes montañosos coloniales y de antaño, uno que no tarifa internacionales artistas pero que sus atrios, calles, casas, plazas o cualquier acera se convierte en el escenario perfecto para las mejores tonadas populares que hayas escuchado, ese donde la noche no es la incertidumbre del poder andar porque la maldad te pueda hacer daño sino el sitio perfecto para disfrutar de su mejor clima y calles que hayas caminado.
Este rincón de tierra es ese que es capaz de llenar estadios repletos para ver certámenes de bellezas, e innumerables aceras que se convierten en palco para ver los mejores espectáculos donde se llena un gran número de calles por devoción y pasión a Dios a través de la más sublime representación espiritual del Niño Jesús, nuestro santo.
Este pueblo tiene la capacidad de trasnochar para asistir a misa de madrugada y luego hacerte correr y sonreír tras un toro hecho patrimonio construido de saco
Ese donde se despierta a tomar café y escuchar radio, donde el almuerzo se acompaña con cambures, donde sus ferias patronales son llenas de mucho colorido y mucho canto y donde además su gente es grata y llena de encanto.
Ese que le dio la pluma a Palomares, el pincel a Salvador y las manos a Eloísa para llevar a nuestra tierra a lo más Alto
UN VERDADERO PARAÍSO MI ESCUQUE NATAL QUE ESTA DE CUMPLEAÑOS…
.