Barcelona, 7 jul (EFE).- Amor, desamor, melancolía, alegría, emociones antiguas y nuevas, todo ha emergido y ha recorrido la piel de los espectadores que han llenado hasta la último rincón del auditorio al aire libre de Les Nits de Barcelona, un nuevo festival que este viernes ha inaugurado la voz poderosa de Natalia Lafourcade.
Como una hechicera, la artista ha hecho viajar al público por sus propias debilidades y fortalezas, en un rencuentro entre la mexicana y sus seguidores españoles largamente esperado, ya que hacia cuatro años que sus giras no recalaban por estas tierras.
Vestida de negro durante la primera mitad del espectáculo y de naranja brillante en la segunda, Lafourcade ha querido remarcar los dos actos en los que ha dividido su puesta en escena. Dos mitades igualmente emotivas, pero muy diferentes en tono y repertorio.
La primera hora de espectáculo ha sido un esforzado recorrido por los temas de su último disco, «De todas las flores», y la segunda hora un liberador viaje por la tradición latinoamericana y por sus éxitos de discos anteriores.
Cuando los más rezagados todavía estaban intentado encontrar su sitio en el nuevo auditorio bajo las estrellas -construido este año por primera vez por Les Nits de Barcelona, en el mismo lugar donde antes estaba el escenario del Festival Jardins Pedralbes-, Lafourcade ha aparecido en escena con una enorme falda negra y se ha sentado, muy seria, frente a los espectadores, a escuchar una grabación con la voz de la chamana y poetisa María Sabina.
«Cúrate, mijita, con amor del más bonito y enciende el fuego. Entrega tus dolores, que se vuelvan polvo y vengan nuevas flores», ha recitado Sabina.
Tras estos versos, las dos primeras frases que ha cantado Lafourcade han sido: «A este mundo vine solita. Solita me voy a morir». Un mensaje rotundo, con el que ha conseguido, con una rapidez pasmosa, poner a todo el público en la misma frecuencia.
A partir de ahí, ha ido deslizando en el corazón de los presentes sus mensajes cálidos y honestos sobre vida, muerte, porvenir y renacimiento.
Rendidos, los espectadores han seguido a la artista en su viaje interior, sintiendo como se les erizaba la piel cada vez que la cantante lanzaba su voz hacia el cielo.
Pero lo mejor estaba por venir, porque, cuando ha cogido la larga y pesada falda negra, ha hecho con ella un ovillo y la ha lanzado sobre el escenario, ha empezado la liberación.
Ya vestida de naranja, ha interpretado clásicos de la música latinoamericana como «Cien años», «Tonada de luna llena», «La llorona» y «Tu me acostumbraste», con una capacidad para conectar el pasado y el presente que ha hecho llorar y sonreír, al mismo tiempo, a más de uno.
Después han llegado sus propios clásicos. «Hasta la raíz», «Tú si sabes quererme» y «Lo que construimos» han estado a la altura de los temazos anteriores y han cerrado el concierto con todo el público en pie.
«Las penas se cantan con alegría», ha gritado la mexicana, antes de despedirse de Barcelona y tomar rumbo a Madrid, donde tiene dos fechas marcadas en el calendario del Festival Noches del Botánico.
El nuevo festival Les Nits de Barcelona ha iniciado hoy con buen pie la nueva etapa musical de los jardines del Palacio de Pedralbes, por donde pasarán en los próximos días David Bisbal, Ara Malikian, The Manhattan Transfer, Els Amics de les Arts, Diego el Cigala, Melody Gardot, Ainhoa Arteta, Taburete, Gloria Trevi, Tom Odell, Morat, Antonio Orozco y Sebastián Yatra, entre otros.
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