Cerca de 200 familias de las comunidades agrícolas de Estapape, Lomas de San Rafael y Chorro Blanco, en la parroquia La Quebrada, enfrentan una crítica situación ante el inminente colapso de la vialidad rural que conecta estas zonas con la población de La Quebrada.
El deterioro progresivo de la carretera, agravado en los últimos días por intensas lluvias, ha generado múltiples socavamientos, especialmente en el tramo comprendido entre la casa del señor Luis Moreno y el puente derrumbado de Estapape. Este puente colapsó hace tres años durante la temporada de lluvias y desde entonces las comunidades esperan una solución definitiva, que oscila entre la construcción de un nuevo puente o la instalación de un pavimento rígido sobre el cauce de la quebrada. Hasta la fecha, no se ha ejecutado ninguna obra.
La situación mantiene en estado de emergencia a la zona, ya que un eventual aislamiento impediría no solo el traslado de personas sino también la salida de las cosechas que abastecen a los mercados regionales, afectando gravemente la economía local.
Vecinos y líderes comunitarios hacen un llamado urgente al Gobierno nacional, a la Gobernación del estado Trujillo y a la Alcaldía de Urdaneta para que se atienda esta emergencia con soluciones concretas, que incluyan la construcción de muros de contención, la pavimentación de la vía, la limpieza de los derrumbes y, especialmente, la pronta construcción del puente de Estapape.
“Llevamos tres años esperando una respuesta, y ahora estamos más cerca que nunca de quedar completamente incomunicados”, manifestó un vocero de la comunidad.
Las familias afectadas exigen que las autoridades prioricen esta situación antes de que ocurra una tragedia o se agrave la ya precaria conectividad de la zona.