El Estado Cuartel de Nicolás, es decir el marxismo –socialismo armado y arbitrario, trata de convertir la emergencia sanitaria del coronavirus en una oportunidad política para la revolución, en vez de generar una respuesta sanitaria del Estado venezolano para una sociedad frágil y con una caótica seguridad social, es una Morisqueta Armada Violenta primitiva y sin capacidad-medico asistencial. Así, esparcen hombres armados, disponen de ordenes verticales, promueven acciones de control policial y sobre todo… una perversa e intencionada Acción de Propaganda para imponer mediante una campaña de guerra psicológica miedo, presión, limites e inseguridad a una sociedad frágil que requiere en extremo, como lo ha expresado la ciencia de la medicina, logística hospitalaria y una clínica compleja, que ya el país reconoce que este régimen no puede ejecutar.
La emergencia sanitaria la dirige un hombre armado y no un médico, el extremo de la irracionalidad impuesta por el Estado Cuartel. Los venezolanos esperaban orientación de sus médicos especialistas y enterarse lo que señala la ciencia médica responsable por la salud individual y colectiva. La emergencia sanitaria lo menos que requiere -lo enseña la experiencia de Asia y otros Estados- son hombres armados, pero el socialismo militarista le sirve de peón el régimen para imponer un control público, político y comunicacional, a una sociedad angustiada y hambreada y sin norte, pero despierta para comprender la maniobra insulsa y primitiva de una revolución fracasada.
La emergencia sanitaria requiere de médicos expertos, centros hospitalarios, específicos medicamentos pero sobretodo de una visión clínica y científica para el empleo de material e insumos específicos, que garanticen al ciudadano una aproximación y tratamiento cierto y exitoso. Jamás la salud del venezolano podrá recuperarse con operadores policiales, agentes de seguridad y hombres armados, que nada tienen que ver con la medicina como ciencia de la salud. En consecuencia, toda la Venezuela democrática ya tiene clara la pretensión de este gobierno inmoral y cobarde, que enmascara un interés politiquero para un protagonismo político, una militarización de la sociedad, una campaña de guerra psicológica y maltrato al cuerpo societal.
El régimen socialista, militarista y sus dos operadores están identificados en su perversa operación, así una sociedad democrática identifica la maniobra y reconocen la gravedad del coronavirus, pero también interpreta la morisqueta militarista del régimen, el engaño y la manipulación comunicacional que pretenden someter a una sociedad que está atenta a la maniobra hartera. Ciudadanía que rechaza la militarización de la sociedad, el protagonismo comunicacional exponencial, el desprecio por comprender el Ambiente Político Real Violento creado por un militarismo obsecuente que se ha olvidado desde hace muchos años de necesidades prescritas y pospuestas de alimentación, transporte, seguridad individual y colectiva.
El régimen como Estado Cuartel, expresión perversa político-militar que se fundamenta en la violencia pero jamás en la política, se extravía en su morisqueta militarista frente al coronavirus. En consecuencia, se le hace imposible comprender su función socio-histórica, pero si su vocación vertical e ideologizada que en tan grave coyuntura de necesario análisis sociopolítico, deja ver el peligroso engaño y simplismo, lo cual exponencia el peligro que sufre la sociedad venezolana.
El Estado Cuartel se ha montado en la violencia, en la equivocación del heroísmo y la heroización militar para mostrar a esta sociedad una realidad errática, una aproximación equivocada y un accionar torpe, que ya a las 48 horas refleja un total fracaso. Está desnudo el Estado Cuartel ante el coronavirus, está regado por toda la geografía nacional, pero está muy distante de las acciones sanitarias, clínicas y médicas que requiere la sociedad venezolana. Pero a lo mejor y a ese grupo armado, perverso y errático de operadores ya tendrán “datos” que muestran soluciones y mejoras logradas a punta de militarización, fusil y milicianos en el cuerpo societal.
El Estado Cuartel fracasa en esta morisqueta militarista: ya que la única manera de contener la amenaza del coronavirus es mediante el empleo de la ciencia, de la medicina, de la atención en los hospitales, de la aplicación medicamentosa específica para esta enfermedad, teniendo como institución a un sistema y asistencia social que cuente con hospitales, personal y ciencia y jamás con las bocas de fuego, la propaganda perversa y el empleo irracional de los medios de comunicación para engañar y/o manipular local o internacionalmente mediante una acción de propaganda a la sociedad venezolana y al mundo.
Oswaldo Álvarez Paz
oalvarezpaz@gmail.com
http://alvarezpaz.blogspot.com/