Elvins González, con paz a la eternidad / Por: Pedro Frailán

Sentido de Historia

Elvins González hizo un arduo trabajo por la cultura y Valera.

 

“Réquiem para un ser querido»

Silencio y paz.
Fue llevado al país de la vida.
¿Para qué hacer preguntas?
Su morada, desde ahora, es el descanso.
Y su vestido, la luz. Para siempre.
Silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros?
Dios mío, Señor de la historia y dueño del ayer y del mañana. En tus manos están las llaves de la vida y de la muerte. Sin preguntamos, lo llevaste contigo a la Morada Santa y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente y simplemente te decimos está bien. Sea.
Silencio y paz…”

 

La muerte tan segura entre nosotros, pero tan incierta y enigmática entre nosotros. La separación nos afecta demasiado, en muchas ocasiones nos siembra silencio y nos cuesta tanto conseguir la paz. Silencio y paz, son dos categorías de esta oración del padre Ignacio Larrañaga.

En silencio quedé al enterarme del fallecimiento de nuestro amigo Elvins Humberto González, hombre del buen conversar, amante laborioso de la escritura. Justamente estaba elaborando mi columna del día domingo para el programa “Sentido de Historia” por el Diario de Los Andes, de la cual él fue su fundador.

En la narrativa de Elvins está incluido con mucha fuerza el discurso histórico, sobre todo el local. Trabajó con mucha vehemencia a la ciudad de Valera, una crónica razonada, equilibrada, libre de prejuicios, de fanatismos, de improvisaciones y de adulteraciones. Una escritura producto de la investigación, respetuoso de las fuentes bibliográficas como del espacio y el tiempo. Verdaderamente que fue un “juez del tiempo”, esta es una categoría de Jacques de Golf, en su libro “Pensar la historia”.

Maravilló su libro del “Ateneo de Valera”, tanto en diseño como en el contenido, tuve el placer de revisarlo porque él me lo pidió y también de presentarlo justamente en el auditorio de la “Sociedad Anticancerosa”, hace dos años. Además de ello, recientemente tantos ensayos que debemos compilar y hacer una edición digital y servirla para el mundo. Grandiosa la historia del santuario San Juan Bautista de Valera y así muchos rincones de la villa de las Siete Colinas, en donde Luperca también está en Valera, además de Roma, a partir de los años setenta.
Elvins se fue pronto. Se fue porque así estaba marcado, estoy seguro que se fue en paz, porque era un hombre de fe. Como lo señalaba José Gregorio Hernández en su libro: “Elementos de Filosofía”, que justamente este domingo va a hacer quince días editaron un trabajo mío sobre este tema en el Diario de Los Andes, porque el propio Elvins lo pidió.

El Dr. Hernández trataba la estética del alma, veía al ser humano desde la antropología, se concebía el alma y desde la teología la presencia de Dios, y con ello, el espíritu, la sensibilidad del hombre. Es por ello que hablaba y afirmaba de la belleza del alma. Al mismo tiempo se preguntaba y respondía «¿Cuándo está bella el alma?, cuando su alma está en paz».

La paz, la gran insistencia de Nuestro Señor Jesús, ratificada en el Evangelio.

Ayer 28 de julio partió Elvins, al viaje sin retorno, liviano de equipaje y en el alma mucha energía, cargado de paz.
Dios te reciba con mucha alegría en su refugio divino.

 

Salir de la versión móvil