Resguardando sus identidades por temor a represalias, familiares y dolientes de los tres jóvenes que fallecieron en un supuesto cruce a tiros con funcionarios del Servicio de Investigación Penal del estado Trujillo (Sipet), adscritos a la Policía Regional; dieron su versión al momento de ser abordados por el equipo de sucesos del Diario de Los Andes.
“Ellos en ningún momento se enfrentaron a la policía, estaban tranquilos en la casa y de la nada entraron a la fuerza como veinte funcionarios. Nos robaron todo; comida, ropa, televisores, teléfonos y bombonas de gas. Hasta la bolsa del Clap se llevaron, incluso la ropa de los niños y zapatos. Solo nos dejaron la nevera y las camas, más nada”, comentó una de las parejas de los fallecidos. Según el relato de un testigo, los oficiales golpearon a los muchachos e hicieron que corrieran para fingir el enfrentamiento.
Identificado el tercero
Richard José Dávila (29), alias “El Richita”; Arnaldo José Paredes (25), “El Arnal”, y el tercero, que no poseía identificación el día del suceso, respondió al nombre de Enyelberth Antonio Andrade Paredes (18), este era hermano de Arnaldo. El joven de 18 años, según su familia, era estudiante del quinto año de bachillerato en un parasistema ubicado en el centro de Valera.
Antecedentes
“El Richita”, al ser verificado ante el Sistema Integrado de Información Policial (Siipol) este poseía tres reseñas delictivas por los crímenes de porte ilícito de arma de fuego (13-11-2016) por la Subdelegación Trujillo; robo de vehículo automotor (21-09-2015) y comercio de droga (08-05-2011), estas abarcadas por Valera.
Arnaldo, por su parte, solo traía consigo un antecedente criminal por robo genérico con fecha del 25 de septiembre de 2016, fechoría reseñada ante la Subdelegación Valera del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Este, según familiares, trabajaba en un restaurante de Colombia, país del cual llegó en enero del presente año. Se iría este miércoles. Anteriormente había sido chatarrero en Trujillo y dejó dos hijos en orfandad.
Incautaciones
A los abatidos, la comisión actuante les incautó tres armas de fuego. Entre ellas una escopeta de fabricación casera calibre 16 de color negro con un cartucho percutido y sin seriales ni marcas visibles; un escopetín calibre 16 con cacha de madera y un revólver Smith&Wesson calibre 38mm de color negro, cacha de goma y con tres cartuchos accionados.