El presidente del Diario de Los Andes, Eladio Muchacho, cita a un profesor de la Universidad de Carolina del Norte, Phil Meyer, para afirmar que los periódicos están en el sector de la influencia. Esta es de dos tipos: la social, que no está en venta, y la comercial, que sí lo está. Cuando la primera es mayor, la segunda se ve fortalecida. Sin embargo, para él, esa influencia surge de la confianza del público en la calidad del contenido editorial. Una vez que esta se gana, los medios impresos se consolidan.
En ese sentido, considera que el DLA se ha ganado el respeto de los trujillanos y por ende, se ha vuelto un agente activo del cambio en las comunidades, tanto en el ámbito social, como en lo económico y político. Sí, la influencia podría relacionarse con el poder, pero “el tema no es ese” dice el economista, “sino cómo se usa, y a nuestro juicio, si algo crea el poder o la influencia, es la responsabilidad”. Al aludir al concepto de “4to poder” asegura, se pueden generar distorsiones.
Siempre al servicio
Es por ello, que a sus 39 años de fundación, esta casa editorial sigue fiel a su compromiso y responsabilidad: ser una empresa periodística al servicio, en este caso, de la tierra andina venezolana. Esa tarea debe estar ligada a la claridad en los valores de la empresa, que en el caso de este medio, se fundamentan en la función de orientación, educación y entretenimiento. Un producto de utilidad, sobre todo social.
Esto no hace escapar al diario de las tentaciones. “El diario siempre ha mantenido una línea lo más equilibrada posible, lo que no significa que en algún momento uno se desequilibre en una circunstancia que suceda o por errores que uno cometa”, explica Muchacho, quien añade “pero cuando uno actúa con buena intención y se equivoca, lo más sano es reconocerlo, corregirlo y continuar avanzando”.
Lealtad vs Dificultades
Bajo esa idea progresista, Diario de Los Andes llegó a expandirse en Táchira y Mérida, donde la marca informativa circula como semanario y diario, los cuales -debido a la situación actual- han sido difíciles de mantener. No obstante, el economista enamorado de la comunicación social, descarta desistir y ve en el mundo digital una gran oportunidad de futuro. “Uno entiende la responsabilidad que uno tiene con las comunidades y también con la gente que está laborando ahí. Uno hace el esfuerzo hasta el máximo que uno puede.”
Esta problemática se basa en el insuficiente papel, situación ante la cual tiene una actitud positiva. “Hay que seguir luchando y no perder la fe. Bien sea por un lado, o por el otro, el país debe encontrar un camino para salir de esta crisis, que cada día uno ve más profunda”. Pese a esto (menos ventas y aumento de costos) DLA ha observado la lealtad de los lectores. Mejorará, sí, cuando los gobernantes sinceren la economía con mucha sabiduría.
Buena idea, sí
Mientras eso ocurre, DLA no se ha quedado de brazos cruzados. Ha seguido con su visión innovadora. Ha implementado la página web (www.diariodelosandes.com), que pronto será relanzada; incursión en las redes sociales: Twitter (@diariodlosandes), Facebook e Instagram (@diariodelosandes). “Es necesario ver cómo se despliega nuestra presencia en el sitio digital y que eso se traduciría en mayor influencia social, y pues debería venir mayor influencia comercial”.
Finalmente, Muchacho asegura que el DLA no solo ha sido una buena idea, sino un buen proyecto. “Es lo que uno aspira siempre, que en el despliegue de esa idea y su conversión realidad, en lo que somos, hayamos podido hacer mucho bien, ser útiles y servir bien a las comunidades, a las cuales nos debemos”. En gran medida, aunque casi de modo imperceptible, DLA ha contribuido en el desarrollo de ciudades como Valera y sigue construyendo puentes para influenciar a los líderes en la gestión de obras con los recursos naturales y de gente poseídos por Trujillo.