El viacrucis de Tres Esquinas conmovió a la feligresía en Valera

Hebert Carrizo

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Propios y visitantes de Valera contemplaron este sábado el viacrucis viviente a cargo del Club Cultural “Unión y Fuerza” de Tres Esquinas, organización que es conocida en la región por escenificar durante Semana Santa la pasión y muerte de nuestro señor Jesucristo.

Se trata de una dramatización de tipo religiosa que se hace en la parroquia de Tres Esquinas, municipio Trujillo, desde hace 49 años y dada la buena organización e impecable actuación, marcada por la fe y devoción a Cristo, la actividad ha cobrado significativa relevancia para la comunidad católica, e incluso, fuera de las fronteras del municipio trujillano.

Segundo año que se efectúa en Valera

El año pasado representaron este viacrucis en Valera y dada la receptividad, esta Semana Santa se volvió a realizar en la ciudad de las siete colinas, tras la invitación y apoyo logístico de la gobernación del estado Trujillo, junto al respaldo de los organismos de seguridad y el Centro Diocesano San Juan Bautista.

Familias enteras se dieron cita la mañana de este sábado en la avenida Bolívar para revivir los Misterios Dolorosos de Cristo en un recorrido que inició en la avenida Bolívar con calle 7 y 8 (frente a la sede del Imet) hasta la calle 17 (redoma del BOD), donde se cruzó para culminar en la prolongación de la avenida Bolivariana.

En todo ese trayecto se representaron las doce estaciones, desde que Jesús fue condenado a muerte hasta su crucifixión, una majestuosa interpretación que fue ovacionada por valeranos, visitantes y la primera autoridad del estado, My. Gerardo Márquez y su esposa, Reyna Pérez de Márquez.

Tradición religiosa

Los organizadores del viacrusis destacaron que esta es la XLIX (49) edición y algunos de sus actores son fundadores de esta tradición religiosa, de hecho, quien interpreta a Jesus, responde al nombre de Alonso Crespo y participa en esta obra desde muy pequeño, en aquel entonces como un niño bendecido por Jesús y desde hace 16 años, interpreta al hijo de Dios.

Su gusto por el personaje es a tal nivel que realiza el recorrido con una corona de espinas y completamente descalzo bajo el intenso sol, una vez simulada la crucifixión, los pies de Crespo terminan llenos de ampollas y en general, un tanto maltratado, pero satisfecho con la representación y con ganas de continuar la personificación al siguiente año.