El tubazo del Chino Urdaneta porque se quedó dormido:  Casos y cosas de los periodistas | Por Francisco Graterol Vargas

El Chino Urdaneta por dormilón dio un tubazo de corte nacional con el asesinato de Luis Carlos Galán.

 

Uno de los más apreciados Jefes de Redacción que ha tenido Diario de Los Andes ha sido Julio Urdaneta conocido como “El Chino”. Lo único preocupante del también corresponsal del Diario Crítica era que retrasaba la puesta en funcionamiento de la rotativa. Él hacía la primera página y sin la portada la vieja imprenta permanecía estática.

El 18 de agosto de 1989 un acontecimiento político estremeció a Colombia. En una gira que hacía a Cundinamarca, el candidato a la Presidencia de la República, Luis Carlos Galán, murió al ser ametrallado por narcotraficantes del Cartel de Medellín liderados por Pablo Escobar.

Mientras este magnicidio ocurría en territorio del vecino país, los trabajadores de la imprenta esperaban impacientes el cierre de la edición de ese día por parte del Chino. “Que es una raya más para un tigre” decía Gaviria, encargado de mover aquel armatoste. A media noche el protagonista de esta historia, bostezó, estiró los brazos y oyó una voz que le decía. “Ya nos vamos Chino”.

Cuando ya aterrizó en este mundo luego de zafarse de los brazos de Morfeo, el Chinito comenzó a ver aquellos cables que llegaban vía AP. En uno de ellos estaba la bomba. “Asesinado  Luis Carlos Galán candidato presidencial en Colombia “. Así abrió el Diario de Los Andes. Tremendo tubazo. Ningún otro periódico en el país dio la noticia y todo gracias al dormilón  Jefe de Redacción.

 

LAS  VACAS DE RAMON AZUAJE

Ramón Hilario Azuaje, ha sido el mejor narrador de noticias con que me he topado. Era director de Radio Turismo y junto a Nemesio Sánchez Martínez transmitían la emisión de Radio Informando en horas del mediodía. Como si fuera hoy, recuerdo el gozo que tenían ambos con aquella nota.

-“Vecinos de San Luis se quejan porque unas vacas realengas le están destruyendo los jardines”

-¡Que belleza! ¿Donde estará el dueño de esas vacas?

-“El dueño y las vacas debieran estar presos. ¡Qué belleza!

Ramón se paró como un resorte. Agarró la noticia y más colorado de lo que usualmente era llegó al Departamento de Prensa donde gritó.

-¿Quien redactó esta nota?

-“ Yo”, dijo Rafael Hernández Abreu mientras alzaba la diestra.

-“Pedazo de bruto, no ves que esas vacas son mías” dijo fuera de sí, Ramón Hilario Azuaje.

Ramón Azuaje y su periodismo de altura.

 

Casos y cosas del periodismo

PERIODISMO DE ALTURA

Ramón Rivas Sáez, Rafael Hernández Abreu, Henry Baptista, Rudy Linares y  Dora Cegarra teníamos a cargo la emisión de Radio Informando.

Rudy era el encargado de ir a la calle y regresar con los sucesos. Siempre llegaba tarde. Ramón vivía constantemente halándole las orejas.

– ¿Donde está Rudy? preguntó Ramón Azuaje.

¡Arriba en la azotea! Exclamó el popular “Zorro”, Hernández Abreu.

Como una tromba, Ramón Hilario subió las escaleras del techo del edificio donde estaba Radio Turismo.

-¡Rudy, que haces aquí!

-“Jefe, haciendo periodismo de altura, no me dijo pues” alegó el travieso reportero.

 

LUIS PIÑERÚA ORDAZ EN LA QUEBRADA

El colega Oscar Segundo Piñero Castellanos (mi compadre) y Luis Piñerúa Ordaz, Gobernador de Monagas y candidato presidencial de AD en 1978 se parecían como una gota de agua. Piñerito cuando se echaba tres tragos era más peligroso que mono con un revólver.

El aspirante a la silla de Misia Jacinta anunció una gira para la Quebrada. Aquello era una verdadera fiesta. El poblado de San Roque y en especial los seguidores del partido de “Juan Bimba”  se aglomeraron en la placita para esperar a Piñerúa Ordaz.

-“ Ahí viene “. ¡Piñerúa, Piñerúa!

En un jeep descapotado alzando los brazos apareció el candidato adeco. Bueno, el que parecía  porque el personaje de marras era Piñerito y Jhon Forero, reportero gráfico, manejaba la unidad.

Atónitos quedaron los pueblerinos quienes salieron al camino ya que en un lapso de cinco o diez minutos se avistó a la distancia a otro Piñerúa Ordaz. Era el propio y original. Piñerito y Forero aprovecharon la confusión para dar la vuelta y echar una sola galopa hasta Valera. Cosas veredes, amigo Sancho. Ese era el tremendo Piñerito.

 

OTRA DE PIÑERITO

Oscar Segundo cubría el Aeropuerto para Diario de Los Andes. En el bar del terminal aéreo se cayó a palos con el Capitán  Hebert  Augusto Africano. Trago y trago. La borrachera la terminaron en Maracaibo adonde se trasladaron en la avioneta del hijo de Rafito Africano. Pepe Montenegro, reportero gráfico le llevó el mensaje de Piñero a Guillermo Montilla, Jefe de Redacción. Un viaje de urgencia a la tierra del sol amada porque la pelona se había llevado a la abuela de Piñerito.

A los tres días, Piñerito llama a Montilla  y este le contestó: “Mira Piñerito, no me vengas a decir ahora que se murió tu MADRE”

Ese era Piñerito

Oscar Piñero, se parecía como una gota de agua a otro con Luis Piñerúa Ordaz.

 

MONTENEGRO Y LA TRAGEDIA EN EL ZUMBADOR

A finales de los 70 Boconó se cubrió de lágrimas y llanto. La naturaleza dejó sus huellas. En El Zumbador a la entrada de Boconó una crecida del río Burate arrastró gran cantidad de viviendas y sembradíos dejando una cifra aproximada entre muertos y desaparecidos de unas 20 mil personas.

Gabriel Montenegro con esa agilidad que lo ha caracterizado aguantó el chaparrón cubriendo aquellos momentos aciagos. Pese a las inclemencias del tiempo se las ingeniaba para hacer las fotos y en un papel mandaba los datos para que en la redacción hicieran la nota. El internet brillaba por su ausencia. El rollo venía bien tapado para que no se fuera a velar.

Gabriel Montenegro  y la tragedia en El Zumbador.

Al cuarto día regresó a la Zona Industrial orgulloso de haber cumplido con su deber sin contar con la ayuda por lo menos de los enviados especiales del Bloque de Armas que hasta Helicóptero tenían.

Entró a la oficina de Guillermo Montilla, el mandamás en DLA y casi  cae como Condorito cuando el muchachote de Motatán, buena gente pero con un carácter muy recio, le suelta casi en la cara:

“Montenegro pase por la administración estás despedido”. “¿Por qué, si yo no he hecho nada” riposta Pepe.

“Precisamente por eso, tienes cuatro días que no vienes al periódico” responde Montenegro, quien esperaba una felicitación por la labor cumplida cubriendo la tragedia en vez del despido.

“¡Guillermo, pero si estaba en Boconó donde me enviaste!”

Montilla se agarró los bigotes, dio una carcajada y le ofreció disculpas. “Si es verdad Montenegro, vaya, vaya con Graterol a ver que tiene por ahí”.

 

MARCIANOS EN EL PÁRAMO DE LOS TORRES

En la década de los 80 la rivalidad entre Radio Valera y Radio Turismo era a muerte. Una guerra sin cuartel por dar la mejor noticia. Todo por el fulano ratting.

Gilberto “El Chuto” Matheus el mejor reportero radial en sucesos de la época lanzó al aire una información  de que marcianos habían aterrizado en el Páramo de Los Torres. Eran extras y más extras que coparon la audiencia del radio escucha ese día. Para ñapa Matheus le grabó a un campesino quien contó que había visto una luz muy gigantesca como la de un platillo volador alrededor de aquella serranía.  Guillermo Montilla (Panorama), Rafael Lujano (El Nacional), y El Chino Julio Urdaneta del Diario Crítica con Rodolfo Zambrano de fotógrafo fueron hasta el Páramo de Los Torres y no vieron a ningún extraterrestre sino que regresaron llenos de barro por todas partes, cansados y con los zapatos rotos. Aquiles Nazoa en su columna del diario El Nacional le sacó puntas al “acontecimiento” con el humor que lo caracterizaba” finalizando: “Hasta nuestro corresponsal en Trujillo todavía está creyendo en marcianos y pajaritos preñados“. Matheus bebió varios días caña para celebrar tremendo tubazo.

 

LOS MUERTOS EN TUCANIZON

A Néstor Vielma lo llamaban el poeta de la muerte. Era un admirador de Gabriel García Márquez. El muchachote de Morón se inspiraba en el Gabo para escribir unas novelas como nadie lo ha hecho en el diarismo trujillano desde su fallecimiento el 29 de abril de 1998 en un accidente de tránsito cuando iba a registrar su título en la  Universidad del Zulia

“Ningún periódico sale en blanco”, solía decir Vielma: Una vez una comisión de la PTJ de la zona de Tucanizón, Caja Seca y sectores cercanos  vinieron hasta el Diario de Los Andes extrañados de algunas notas  que se referían a crímenes, hechos de sangre en esa área mencionada. Vielma se esfumó y Eladio Muchacho Unda atendió  dando las “explicaciones” del caso a los pesquisas. Desde ese día naturalmente no hubo más muertos en aquel lugar sino los que reportaron los Sherlock Holmes de Zulia y Mérida.

Néstor Vielma, el poeta de la muerte

 

DUELO COMO EN EL VIEJO OESTE

Diario de Los Andes siempre ha sido fiel al cumplimiento del libre ejercicio del periodismo.  Lamentablemente y casi sin excepción los gobernantes han tenido una piel muy sensible cuando las comunidades, organizaciones civiles y sindicales, los que están al otro lado de la acera política dan a conocer sus puntos de vista “que lastiman la llaga” al que da las órdenes desde el Palacio de Los Duendes, alcaldías, etcétera.

En el 2009, segundo año del periodo  de Hugo Cabezas al frente de la Gobernación del estado Trujillo, como solía  y suele suceder al primer mandatario regional le gustaba que le tiraran solamente flores por el periódico.

En un acto público Hugo Cabezas soltó esta perlita: “Atención pueblo de Trujillo. Ya estoy cansado de agresiones, de tantas mentiras, y por eso reto al Jefe de Redacción  de ese periódico (Diario de Los Andes) a que me demuestre que lo que ellos dicen es verdad y si es lo contrario, puras mentiras, le voy a romper la cara”.

El exdirector de la Onidex se refería a este servidor, al hijo de José la Rosa y Enma Daría. Como ser humano perdí los estribos. Empecé a redactar la siguiente nota: Graterol Vargas reta a Hugo Cabezas a un duelo mañana al mediodía en la Avenida Bolivariana.

Raúl Segovia, recordado reportero de sucesos radicado actualmente en USA alborotó la redacción. La consigna era hacer una gran barra para auparme: Graaterol, Graaterol” y empezaron los muchachos  bajo la batuta de Raúl a corear mi apellido.

La noticia para abrir primera página estaba lista cuando llegó Eladio Muchacho y se enteró de todo aquello. Una sonrisa salió del amigo y Editor de DLA.

“ Y quien te dijo Francisco, que tú eras un camorrero, no le hagas caso al Gobernador. Los políticos son así”.

Dejamos así el asunto, se terminó la barra. Raúl y compañía se quedaron con las ganas.

 

MI ENCUENTRO CON FIDEL CASTRO

Un día recibo sorpresivamente la invitación del gobierno cubano para asistir a un evento internacional a efectuarse en La Habana. Era un jueves cuando me llamaron de Prensa Latina. Debía estar en el aeropuerto de Maiquetía al mediodía.

A la semana de estar en la capital cubana fuimos invitados al palacio de la Revolución donde el propio Fidel Castro iba a ser el anfitrión.

Debajo del brazo, cubierto con la vieja chaqueta que me cubría llevo varios ejemplares del Diario de Los Andes de una entrevista imaginaria que le hice al Comandante. También “interrogué” por esta vía a Simón Bolívar, Jesucristo y otros personajes de la historia. Periodismo mágico al estilo del Gabo García Márquez.

Más de mil invitados de distintas partes del mundo fueron a ese acto donde íbamos a toparnos con  la leyenda, el barbudo de Sierra Maestra, hoy como el hombre fuerte del régimen instaurado en la isla caribeña.

Uno a uno fuimos pasando. Fidel personalmente estrechaba las manos de los asistentes. Me detuve en la puerta donde estaba el célebre personaje.

Saqué un ejemplar de DLA. Me presento. “Soy un periodista venezolano, Francisco Graterol Vargas, de Diario de los Andes de Valera, estado Trujillo, Venezuela, aquí tengo esta entrevista imaginaria que le hice a usted mi comandante”.

Tomó el periódico en sus manos. Se agachó un poco y casi al oído me suelta sin leer ni una letra de aquellas dos páginas lo siguiente: “y quién le dijo a usted que yo había comido ratones en Sierra Maestra, ese fue Camilo (Cienfuegos)”.

La chispa me llegó tarde, por eso mi invitación a Cuba. Fidel Castro, no sé ni como le llegó aquel trabajo, quería conocer a quien había deslizado aquellas letras. El intercambio duró unos tres minutos. Eso llamó la atención. Al otro día, me entrevistan para Juventud Rebelde. Una página completa, adornada con una caricatura bien grande donde sacaban a relucir el diente encaramado que gracias a Dios todavía tengo y un titular que sobresalía: “El periodista venezolano que imaginó al Comandante Fidel Castro”.

En mi libro “Periodismo del Güeno” está la historia completa de mi travesía por La Habana.

Casos y cosas de los periodistas.

“Quién le dijo que yo comí ratones en Sierra Maestra, ese fue Camilo” me contestó Fidel en aquel encuentro que tuvimos en La Habana.

 

 

Salir de la versión móvil