Valledupar (Colombia), 30 jun (EFE).- Retener en Valledupar la corona en el judo no fue casualidad. Detrás de las 13 medallas que obtuvo Venezuela, seis de ellas de oro, en los XIX Juegos Bolivarianos hay toda una estrategia de preparación que combinó entrenamiento mental, un campamento extenso, unión y mucho corazón.
«Hubo mucho sacrificio para obtener estos resultados», le dijo a Efe Karen Isabel León, quien se colgó la presea dorada en los 78 kilogramos.
Además de León, también subió a lo más alto del podio Elvismar Rodríguez (70 kg), quien tiró fuerte de la carreta con una dosis extra de motivación como abanderada en las justas.
Los otros oros vinieron con Fabiola Díaz (52 kg), Kady Cabezo (57 kg) y Carlos Alexander Páez (90 kg), además del primer lugar en equipo mixto para revalidar el título bolivariano obtenido en Santa Marta.
«Tenemos un equipo con atletas de experiencia y otros que vienen subiendo de juvenil a adulto. Los juveniles que compitieron dieron resultados que no esperábamos. Se vio la garra del venezolano, las ganas que tienen de representar al país en unos juegos que son el inicio de un ciclo para ellos», expresó a periodistas la presidenta de la Federación Venezolana de Judo, Katiuska Santaella.
22 SEMANAS DE PREPARACIÓN
Para el judoca Carlos Alexander Páez, la gran confirmación del equipo venezolano en los Bolivarianos, los resultados en Valledupar son producto de una planificación detallada y de la disciplina de un grupo que soportó la exigencia para triunfar en ese primer paso a París 2024.
«El trabajo que hicimos fue muy bueno. Tuvimos 22 semanas de preparación. Fuimos a diferentes eventos y entrenamos en España. Nos sirvió. Todos los que vinimos nos llevamos medalla y en la prueba por equipos fuimos con todo», contó a Efe Páez, campeón bolivariano en los 90 kilogramos en su primera competencia como adulto.
El deportista de 20 años, oriundo del estado Portuguesa, indicó que esa larga concentración, además del trabajo en Valencia, les permitió llegar a la competencia en óptimas condiciones en la parte física, técnica y mental.
«Tuvimos hasta psicólogo profesional allá, un venezolano que vive en España. Las ganas también estaban, y mientras haya ganas y estemos preparados, siempre iremos por lo mejor», comentó Páez.
Para León, este ciclo de preparación demandó más esfuerzo por ser un proceso «bastante largo». La ilusión de obtener ese primer lugar en el cajón la llevó a no perder el foco.
«Fue un poco complicado. Eran 22 semanas, pasaba una y quedaban 21. Cada vez lo veíamos más largo, más lejos hasta que aterrizamos y ya estamos con nuestras medallas», declaró la judoca de 24 años, campeona también en Santa Marta 2017.
UNIÓN Y CORAZÓN
En la competición, las condiciones fueron extremas por la temperatura. Hubo días de 33 grados y el Coliseo Colegio Bilingüe de Valledupar era un hervidero. A eso también se enfrentó el equipo venezolano en su participación.
Elvismar soportó un «calor fuertísimo» en los combates que tuvo para conquistar el oro en 70 kilogramos. «Tenía tiempo que no me sentía tan agotada en una competencia, pero corazón era lo que sobraba», declaró la abanderada a periodistas.
Otro aspecto que influyó en el éxito, según los atletas, fue la hermandad que se gestó durante este proceso. «Somos una familia y estamos muy engranados», soltó Páez.
La prueba por equipos fue fiel reflejo de eso. Cada uno se hizo cargo de su combate con el impulso de todos.
Incluso, a Luis Mauricio Amezquita lo llamaron «el héroe». Se desquitó del resultado en los 100 kg, en la que fue bronce, y logró la victoria definitiva para convertirse en campeones absolutos del judo en Valledupar.
«Nos mantenemos unidos para poder llegar a París 2024. En la unión está la fuerza. Hay corazón todo por un país», concluyó León.
Jeimmy Paola Sierra