El trabajo proselitista desarrollado hasta la fecha por los precandidatos presidenciales con miras a las primarias del próximo 22-OCT, todos sin excepción con reconocido liderazgo y suficientes credenciales para asumir, una vez electo (a), tan alta responsabilidad de liderar la Unidad y Alternativa Democrática como opción de triunfo en las presidenciales 2024.
Ante la precaria militancia de las organizaciones políticas, hemos sostenido que el mayor capital electoral lo representa el descontento ciudadano, que de expresarse en votos definen el resultado en cualquier proceso favoreciendo una candidatura o formula con la cual se identifican tal como sucedió en las parlamentarias del 2015 dando la victoria a la Oposición. Todo lo contrario cuando se abstiene beneficiando al Oficialismo.
Conexión: MCM- Descontento ciudadano
En ese contexto, en las primarias convocadas por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) se presenta similar escenario, de cuya primera etapa basado y analizando los últimos eventos de calle, bien sean caminatas y/o concentraciones de los aspirantes se ha observado claramente que ese descontento ciudadano lo interpreta mayoritariamente María Corina Machado (MCM), perfilándose de esa manera como la vencedora de dicho proceso.
Esa conexión María Corina – descontento ciudadano comenzó luego de la implosión de la PUD, como consecuencia de la defenestración de Juan Guaido tanto del interinato y como presidente de la AN 2015, promovida por el G3 (AD-Primero Justicia-Un Nuevo Tiempo) medida que fue rechazada ipso facto por la población dando paso al liderazgo coherente, que han caracterizado a María Corina Machado, Andrés Velásquez, Antonio Ledezma, entre otros.
Radicalismo como instrumento descalificado
Esa coherencia ha sido catalogada por los factores de Oposición que la adversan de radicalismo, incluso utilizándolo como instrumento para descalificarla llegando al extremo de llamarla «Chávez, versión femenina» (en la persona de Enrique Ochoa Antich) entre otros, como odio, resentimiento, venganza. Pero, cuan equivocados han estado porque lo anteriormente descrito es radicalismo social, muy distinto al radicalismo político.
Radicalismo político
Radicalismo político que se viene expresando desde hace años, no solo contra el Oficialismo, sino de todos aquellos factores y actores políticos que le hacen comparsa al Oficialismo con mesas de diálogo y negociación; reuniones en Miraflores, generando desesperanza, desconfianza e impotencia en la población principales componentes del descontento ciudadano, en otras palabras «radicalismo puro».
Ese rechazo ciudadano a los factores políticos opositores es el “San Benito” que han tenido que cargar en sus costillas el resto de los candidatos, como Henrique Capriles, Manuel Rosales, Freddy Superlano, Cesar Pérez Vivas, Carlos Prosperi, Delsa Solorzano, que pese a su extraordinaria, emotiva y ejemplarizante precampaña no han logrado el respaldo de la población más allá del recibido por la militancia, activistas y dirigentes de las organizaciones políticas que representan.
Rebelión ciudadana
Ese radicalismo del cual acusan a María Corina Machado es el mismo que está sembrado en el descontento popular, y no han entendido que mientras más la tildan de radical y/o extremista mayor es el apoyo, y con ello, contribuyendo, fortaleciendo y consolidando la lucha con la cual se sienten identificados – como nunca antes – los venezolanos sin distingo de ninguna naturaleza, siendo esa la única explicación a esa rebelión ciudadana en apoyo a María Corina Machado.
Douglas Abreu / CNP 21627
@douglasabreub