Al estudiar el pensamiento político de Hegel, uno se consigue con que éste le otorgaba al concepto pueblo (Volk), una gran importancia. La teoría social hegeliana hará del pueblo una herramienta que le permitirá darle sustentación lógica a su concepto de libertad, principios constitucionales, representación política y al relacionamiento entre el hecho político y el hecho social. Los cuales, serán los pilares fundacionales de la democracia liberal.
Para lograr tal objetivo, Hegel hubo de concederle al pueblo un carácter social, de comunidad social integral, conformada por factores históricos, políticos, culturales, económicos y sociales, los cuales, junto a la representación política, servirían de base para la estructuración y funcionamiento de la sociedad. Para Hegel, pueblo y estado, políticamente organizados, constituyen la base a partir de la cual se produce el desarrollo histórico de la sociedad hacia la libertad. Aun cuando, en sus Escritos Teleológicos, los que han sido definidos como los de la primera etapa del pensamiento hegeliano, considerara que el pueblo y el estado político no conformaban una unidad, lo cual no negaba la existencia de ambos.
Ahora bien, el desarrollo del ser humano como ser social, debe ser visto como un proceso dialéctico, el cual tiene en los postulados o principios hegelianos, una de las fuentes fundamentales en su estructuración. Destacable es, en ese sentido, la Ley de la Negación de la Negación, cuya idea de que el núcleo de la historia es la negatividad, de que la historia es un proceso y que éste proceso tiene un ritmo que, según Hegel, es el paso de la alienación a la eliminación de la alienación; lo que se conoce como el ritmo dialéctico, que será un importante aporte de la filosofía hegeliana al pensamiento marxista. El cual adquiere una mayor dimensión conceptual cuando analizamos lo que Hegel denominó como los momentos de la necesidad: la condición, la cosa y la actividad; constatándose, de tal manera, que el trabajo social general, como trabajo en sí mismo, es determinado por la necesidad social.
El pueblo tiene que ser entendido, entonces, como el sujeto fundamental de los procesos sociales. Condición que genera un conjunto de situaciones sociales, de necesidades sociales determinadas por su praxis en la sociedad; las que deben entenderse como contradicciones sociales, que forman parte de su devenir histórico; entre ellas, las necesidades primarias del ser humano adquieren cada vez mayores niveles de desarrollo, ya que es la condición de ser social lo que determina que los hombres tengamos cada vez mayores necesidades. Y que, en la medida en que se desarrolla el proceso de producción éstas cambian, se transforman, se especializan, se diversifican, generándose, entre ellas. un conjunto de relaciones que las hacen cada vez más sociales; lo cual hace de la necesidad una condición inagotable e insuperable de manera definitiva.
Ahora bien, debemos tener presente que, la condición de inagotabilidad de las necesidades no es un hecho fortuito; sino que está en correspondencia, y en estrecha relación, con el desarrollo social, en otras palabras, a mayor desarrollo social mayores serán las necesidades y viceversa, pero, las necesidades siempre estarán presente; ya que, como parte de un proceso dialéctico, en la medida en que se produce un mayor desarrollo social, y aunque ello parezca una contradicción, las nuevas necesidades significan la superación de viejas o anteriores privaciones, generándose el estado hipervivencial que no es otra cosa que un estado de necesidad permanente y cuyo tránsito hacia el «reino de la libertad» requiere que el trabajo social quede liberado de su forma mercancía, que sea solo valor de uso y cuyo fin este dirigido a la satisfacción de las necesidades sociales especificas; lo cual, solo es posible si las fuerzas productivas alcanzan un nivel de desarrollo igual al grado de las necesidades, haciendo del producto social un producto histórico, ya que es expresión de la activación de las condiciones materiales.
Pues bien, es en éste marco conceptual en donde Marx nos propone el concepto de mercancía como una categoría básica en el análisis del modo de producción capitalista, de las relaciones que en el proceso de estructuración, consolidación y desarrollo del mismo se producen, y dentro de las cuales, la ideologización o materialización de la teoría, como categoría de análisis, constituye un concepto fundamental en su elaboración teórica. Proceso que logrará entenderse si se asume que lo que se teoriza es la materia, la mercancía; ya que, en ella reside la génesis de las relaciones de producción que se dan en el sistema de producción capitalista, como proceso histórico social y que el desarrollo del mismo es el producto del conjunto de relaciones dialécticas de abstracción, concreción, cosificación, descosificación, de Teoría y Praxis, lo que lo convierte en un constante proceso de ideologización y desideologización.
Para Marx, la Teoría es la desideologización de la materia en el pensamiento, es por ello que la ideologización de la mercancía no puede verse de manera estática, sino en movimiento, como parte de un proceso histórico social, como lo es el capitalismo. Marx elabora su teoría, sobre el capitalismo, a partir de las categorías concretas de la realidad social, las mismas son tratadas, descritas y desarrolladas en su totalidad, esto es, en su relación histórico-social con el resto de las categorías, a las cuales se une de una manera específica, conformando el todo contradictoriamente unitario que constituye la sociedad burguesa.
Es por ello que, la teoría de Marx va más allá de la percepción práctica, empírica, formal de los fenómenos, los estudia y los analiza como un todo, en su forma radical, en su evolución y desarrollo, para comprender sus mutaciones, cambios o transformaciones. Razones estas, entre otras, que afirman que los principios básicos de Marx no pueden ser tenidos como una teoría infalible, como un recetario de verdades acabadas, las cuales explican y dan respuesta a todos los fenómenos de la humanidad. No, muy por el contrario, El Capital tiene que ser concebido como el estudio y análisis de las relaciones capitalistas de producción en un tiempo y espacio determinado; por tanto, sus postulados nos sirven como herramienta analítica para el estudio del pueblo y el desarrollo del ser social.