Londres, 14 ene (EFE).- Menos de 24 horas después de que la reina Isabel II decidiese retirar a su hijo el príncipe Andrés sus títulos militares y sus patronatos reales, varios representantes públicos de York (norte de Inglaterra) pidieron hoy despojarle del ducado de esa localidad, tras ser acusado en Estados Unidos de abusos sexuales a una menor.
Entre esas voces críticas se alzó la de la diputada laborista Rachael Maskell, quien en un mensaje en Twitter consideró «insostenible» que el príncipe Andrés siga siendo duque de York, como es más conocido por gran parte de la opinión pública.
«Es insostenible que el duque de York se aferre a su título ni un solo día más; esta asociación con York debe terminar», escribió Maskell, diputada por la circunscripción de York Central.
Para esta parlamentaria, las acusaciones contra Andrés de haber abusado de Virginia Giuffre cuando ésta tenía 17 años, por mediación de Ghislaine Maxwell y su examante, el empresario Jeffrey Epstein, son «una alegación muy grave contra este hombre privilegiado».
Maskell recuerda, asimismo que entre sus tareas públicas figura cooperar con las agencias correspondientes para abordar la cuestión de la violencia sexual.
Las palabras de Maskell llegaron después de otras similares pronunciadas por el concejal Darryl Smalley, del ayuntamiento de esa misma ciudad, quien también pidió que a Andrés se le retire el título de duque de York, uno de los más prestigiosos de la nobleza inglesa y que tradicionalmente suele llevar el segundo hijo varón del monarca.
Smalley, del Partido Liberal Demócrata, recordó que, aunque el duque «sigue siendo inocente hasta que se demuestre su culpabilidad», el Palacio de Buckingham y el Gobierno británico «deben sopesar las consecuencias de estas preocupantes acusaciones».
«La conexión única de York con la corona y la monarquía es una parte importante del legado y la historia de la ciudad y una gran fuente de orgullo», afirmó en declaraciones a un periódico local.
Para Smalley, «nadie está por encima de la ley», por lo que «todas las alegaciones deben ser investigadas», en referencia a las acusaciones de Giuffre.
Buckingham anunció el jueves que Isabel II había aprobado que se retiraran todos los títulos militares a su segundo hijo varón -supuestamente su favorito-, después de que cada vez más miembros de las Fuerzas Armadas se hubieran quejado de que les deshonraba y de que unos 152 veteranos hubiesen firmado una carta con esa misma petición.
El palacio precisó que «el duque de York continuará sin ejercer ninguna función pública y defenderá su caso (judicial) como ciudadano privado», al tiempo que no podrá tampoco utilizar el título de «Su Alteza Real».
GIUFFRE ROMPE SU SILENCIO
Precisamente Giuffre, la presenta víctima de los abusos sexuales, se manifestó hoy en Twitter para felicitarse por la decisión del juez estadounidense Lewis Kaplan esta semana de seguir adelante con el caso contra el hijo de la reina Isabel II.
Giuffre, que ahora vive en Australia, insistió, como también lo ha hecho recientemente a través de sus abogados, en que con su demanda civil contra el príncipe Andrés no busca lucrarse, sino «hacer justicia».
«Mi propósito siempre ha sido mostrar que los ricos y poderosos no están por encima de la ley y deben rendir cuentas», escribió en un hilo de mensajes, mientras crecen los rumores en el Reino Unido de que Andrés querría buscar un arreglo extrajudicial para evitar someterse a un juicio público.
La mujer, que hoy tiene 38 años, mantiene que el duque de York abusó de ella cuando era menor de edad en al menos tres ocasiones, algo que el príncipe Andrés siempre ha negado.
Los medios británicos se hacen eco estos días del creciente aislamiento al que se ve sometido el príncipe Andrés en el seno de la familia real, con una destacada excepción, la de su exmujer Sarah Ferguson, de quien se divorció hace más de un cuarto de siglo pero con quien sigue manteniendo al parecer una excelente relación.
La propia «Fergie» declaró recientemente en la televisión italiana, cuando ya se sospechaba que Andrés sería procesado en Estados Unidos, que ella se mantiene «100 % a su lado».