Washington, 17 feb (EFE).- Un año después de la invasión rusa de Ucrania, Estados Unidos se aferra a una estrategia: dar millones de dólares en ayuda militar al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para que consiga avances en el campo de batalla y forzar una eventual negociación con su homólogo ruso, Vladímir Putin.
Los planes del Gobierno de Joe Biden, sin embargo, están impregnados de una nueva urgencia debido a que la oposición republicana controla la Cámara Baja tras su victoria en las elecciones de noviembre y algunos de sus miembros más conservadores quieren recortar la asistencia a Ucrania.
Estados Unidos es el país que más ayuda militar ha entregado a Ucrania desde el inicio de la guerra. Hasta ahora, ha aprobado 30.000 millones de dólares, el equivalente al Producto Interior Bruto de El Salvador o Islandia.
También hay cierto temor a que la unidad de Europa se resquebraje a medida que la contienda se alarga, aunque por ahora la coalición occidental «se mantiene fuerte», aseguró una funcionaria estadounidense de alto rango a un reducido grupo de periodistas, entre ellos EFE.
Con eso en mente, Estados Unidos tiene la esperanza de que Ucrania pueda hacer importantes avances en el campo de batalla esta primavera y estar en una mejor posición para abrir algún tipo de negociaciones con Rusia, aunque ese paso aún parece lejano.
FORZAR A PUTIN A NEGOCIAR
La idea de Washington, según la citada funcionaria, es seguir dando armas a Zelenski e imponiendo sanciones para eventualmente arrastrar a Putin a la mesa de negociación.
No obstante, muchos analistas creen que ni Ucrania ni Rusia están dispuestos a dialogar y avisan de que la guerra podría prolongarse durante meses o incluso años.
Por un lado, según la OTAN, Rusia ya ha iniciado una gran ofensiva en Ucrania con la movilización de miles de soldados y el objetivo de conquistar todo el Donbás, en el este, y arrebatar a los ucranianos Bájmut, una de las ciudades de esa región y que está en ruinas por los constantes bombardeos.
Además, Rusia ha aumentado su presencia en el mar Negro, lo que podría apuntar a una nueva ofensiva en el sur; y a Ucrania le preocupa que miles de soldados rusos puedan cruzar a su territorio a través de Bielorrusia con el objetivo de tomar Kiev, como ya hicieron sin éxito hace un año.
Por otro lado, las fuerzas ucranianas se está preparando para repeler los ataques rusos y la OTAN está haciendo todo lo posible para que lleguen a Ucrania los tanques prometidos y se refuercen las defensa aéreas con sistemas como los Patriot, aunque aún no se ha aprobado el envío de aviones de combate.
Respecto a la paz, Zelenski presentó en el G20 del año pasado un decálogo de diez puntos, que Moscú ha tachado de absurdo, y ha insistido en que no parará hasta recuperar el 100% del territorio ucraniano, incluida la península de Crimea, que Rusia se anexionó en 2014.
El Gobierno de Biden ha evitado comprometerse explícitamente con la defensa de Crimea, aunque sigue condenando su anexión por parte de Moscú, y ha repetido en varias ocasiones que son los ucranianos los que deben decidir el rostro de la paz.
LA POSIBILIDAD DE UN CONFLICTO CONGELADO
Washington sí se está preparando para la posibilidad de un estancamiento del conflicto, en el que las dos partes sigan perdiendo y ganando territorio hasta llegar a un punto muerto, momento en el que podría darse algún tipo de tregua.
Ese escenario se asemejaría a la situación actual entre Corea del Norte y Corea del Sur con una convivencia basada en un armisticio pero sin un tratado de paz, dijo a EFE William Taylor, exembajador de EE.UU. en Ucrania y vicepresidente del programa de Rusia y Europa en el Instituto de Paz de Estados Unidos.
Según el exembajador, Ucrania podría controlar así el 80% de su territorio y Rusia ocupar el 20% restante.
Otro posible escenario, aunque menos posible, es «una guerra corta» con las fuerzas ucranianas superando una vez más cualquier expectativa y reconquistando zonas ocupadas, mientras el Ejército ruso colapsa, explicó Taylor.
No obstante, si la situación fuera a la inversa y las fuerzas rusas derrotasen a las ucranianas, es muy posible que surgiera una guerrilla con exsoldados ucranianos para luchar contra la ocupación, apuntó a EFE el coronel retirado Liam Collins, director ejecutivo del laboratorio de ideas Madison Policy Forum.
Por ahora, mientras todos estos escenarios se analizan entre los círculos políticos de Washington, el Gobierno de Biden se concentra en las sanciones a Rusia y la ayuda a Ucrania.
De hecho, días antes o después del aniversario de la invasión, el 24 de febrero, Estados Unidos tiene previsto anunciar más asistencia militar a Ucrania y sanciones contra Rusia, un nuevo golpe al Kremlin que se sumará a las sanciones que impondrá también en esas fechas la Unión Europea.
Beatriz Pascual Macías