El Parlamento Europeo se escora a la derecha, pero resiste la mayoría proeuropea

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, al momento de emitir su voto en las elecciones al Parlamento Europeo este domingo en Burgdorf, Alemania. EFE/CLEMENS BILAN

Bruselas, 9 jun (EFE).- Los grandes grupos proeuropeos -populares, socialdemócratas y liberales- revalidaron este domingo su mayoría en el Parlamento Europeo, aunque con menos escaños de los que les otorgaban los sondeos y de los que tenían en el hemiciclo saliente, mientras que la extrema derecha y los ultraconservadores confirmaron su alza en toda Europa.

El Partido Popular Europeo logró 189 escaños y se mantendrá como la primera fuerza comunitaria, mientras que la Alianza de los Socialistas y Demócratas europeos (S&D) será el segundo grupo con 135 eurodiputados, y los liberales revalidan su tercer puesto pese a perder una quinta parte de sus representantes y quedarse en 83 escaños.

La actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tendió la mano a socialdemócratas y liberales -con quienes suma 407 escaños de un Parlamento Europeo de 720 asientos- para tratar de llegar a un acuerdo para construir una nueva mayoría proeuropea para los próximos cinco años de legislatura comunitaria.

Tanto los socialdemócratas como los liberales se mostraron dispuestos a buscar esa mayoría, cuya primera tarea será confirmar al candidato a presidente de la Comisión Europea que nominen los jefes de Estado y de Gobierno en las próximas semanas, cargo al que es favorita la propia Von der Leyen.

Estos tres grupos sumaban en el Parlamento Europeo saliente un 59 % de los eurodiputados, un espacio que se ha reducido ahora al 56,5 %.

Para lograr una mayoría más cómoda, podrían abrirse a los Verdes, que en 2019 se abstuvieron en la elección de la actual presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, pero han acabado votando con la mayoría en muchas ocasiones.

El grupo ecologista, que perdió una cuarta parte de sus escaños, se abrió este domingo a actuar de manera «responsable y constructiva» para llegar a una «mayoría estable».

La directora de IE Global Policy Center, Ilke Toygür, opinó en declaraciones a EFE que la situación es «mejor» que la que predecían las encuestas y subrayó también la disposición de los Verdes a trabajar con esa mayoría proeuropea, aunque reconoció la «inclinación» a la derecha del conjunto del hemiciclo.

El analista del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores Pawel Zerka señaló, no obstante, que los resultados de estos comicios indican la existencia de un clima político que favorece a la derecha; tras años de crisis consecutivas, «el centroderecha da una imagen más creíble de realismo europeo y los insatisfechos tienden a la extrema derecha», apuntó.

Ultraconservadores, nacionalistas y eurófobos son precisamente los grandes ganadores de la noche, en un reflejo de las tendencias al alza que han experimentado en varios Estados miembros en los últimos años, como Italia, y como termómetro de lo que está por venir en próximos comicios nacionales, como es el caso de Francia o Alemania.

Los Conservadores y Reformistas (ECR) lograron 72 escaños y la ultraderecha de Identidad y Democracia se anotó 58 asientos, ambos a la espera de que partidos afines que ahora no tienen familia política europea puedan entrar en negociaciones para engrosar sus filas en las próximas semanas.

Sumados al Partido Popular Europeo, los tres grupos alcanzan 319 escaños, a los que se les podrían añadir nuevas facciones no adscritas a ninguna familia política comunitaria pero afines a las ideas de la extrema derecha, como Alternativa por Alemania o el Fidesz de Viktor Orbán.

Esto significa que los populares europeos tendrán ahora la llave de la mayoría que hasta ahora ostentaban los liberales: el centro de la Eurocámara se desplaza hacia la derecha y serán ellos quienes sostienen la sartén por el mango para trabajar con esa mayoría proeuropea o, cuando le convenga, formar una mayoría alternativa ocasional.

Los grupos del Parlamento Europeo podrán empezar a negociarse desde este mismo lunes y requieren un mínimo de 23 eurodiputados procedentes de siete Estados miembros: los grupos actuales pueden mantenerse o desaparecer, así como sumar nuevos miembros o perderlos.

Puede haber cambios en la composición de los grupos durante toda la legislatura, pero los que estén conformados para el primer pleno de la Eurocámara podrán hacer valer su peso en escaños para obtener, por ejemplo, vicepresidencias de la institución.

Entre las grandes incógnitas que se abren con estas negociaciones está la futura configuración de la extrema derecha parlamentaria, que podría tratar de unirse en un sólo grupo para coordinar esfuerzos, aumentar y influencia y acceder a más recursos y financiación.

 

 

 

 

 

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