Ciudad del Vaticano, 30 jun (EFE).- León XIV condenó que se utilice la hambruna como «arma de guerra» y afirmó que «matar de hambre a la población es una forma muy barata de hacer la guerra», en un mensaje dirigido este lunes a los participantes de Conferencia anual de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
En su duro discurso, el papa aseveró que «la tragedia constante del hambre y la malnutrición generalizadas» es «aún más triste y vergonzosa» porque «la tierra es capaz de producir alimentos suficientes para todos», al tiempo que consideró «perentorio pasar de las palabras a los hechos».
«La clave para derrotar el hambre estriba más en el compartir que en el acumular codiciosamente. Algo que quizás hoy hemos olvidado porque, aunque se hayan dado algunos pasos relevantes, la seguridad alimentaria mundial no deja de deteriorarse», explicó el pontífice.
Esto «vuelve cada vez más improbable la consecución del objetivo de ‘Hambre cero’ de la Agenda 2030» y «significa que estamos lejos de que se cumpla el mandato que dio origen en 1945 a esta institución intergubernamental», señaló ante el organismo de la ONU que se ocupa de luchar contra el hambre en el mundo.
Y continuó: «La tragedia constante del hambre y la malnutrición generalizadas, que persiste en muchos países hoy en día, es aún más triste y vergonzosa cuando nos damos cuenta de que, aunque la tierra es capaz de producir alimentos suficientes para todos los seres humanos, y a pesar de los compromisos internacionales en materia de seguridad alimentaria, es lamentable que tantos pobres del mundo sigan careciendo del pan nuestro de cada día».
Asimismo, condenó que en «la actualidad asistimos desolados al inicuo uso del hambre como arma de guerra» y agregó que «matar de hambre a la población es una forma muy barata de hacer la guerra».
«Por eso hoy, cuando la mayoría de los conflictos no los libran ejércitos regulares sino grupos de civiles armados con pocos recursos, quemar tierras, robar ganado, bloquear la ayuda son tácticas cada vez más utilizadas por quienes pretenden controlar a poblaciones enteras inermes», explicó.
Por ello, realizó un llamamiento para que «el mundo adopte límites claros, reconocibles y consensuados para sancionar estos atropellos y perseguir a los causantes y ejecutores de los mismos».
Ante esta situaciones, el pontífice con doble nacionalidad estadounidense y peruana aseguró que «es perentorio pasar de las palabras a los hechos».
Y poner «en el centro medidas eficaces que permitan a estas personas mirar su presente y su futuro con confianza y serenidad, y no solo con resignación, dando así por zanjada la época de los eslóganes y las promesas embaucadoras».
Al respecto, agregó: «No debemos olvidar que tarde o temprano tendremos que dar explicaciones a las futuras generaciones, que recibirán una herencia de injusticias y desigualdades si no actuamos ahora con sensatez».
En otro pasaje del mensaje, denunció también que «la injusticia social provocada por las catástrofes naturales y la pérdida de biodiversidad debe revertirse para lograr una transición ecológica justa, que ponga en el centro al medio ambiente y a las personas».
«Sin una acción climática decidida y coordinada, será imposible garantizar sistemas agroalimentarios capaces de alimentar a una población mundial en crecimiento. Producir alimentos no es suficiente, también es importante garantizar que los sistemas alimentarios sean sostenibles y proporcionen dietas sanas y asequibles para todos», abogó.
También criticó que se sigan desviando «recursos financieros y tecnologías innovadoras en aras de la erradicación de la pobreza y el hambre en el mundo para dedicarlos a la fabricación y el comercio de armas».
«Nunca antes ha sido tan inaplazable como ahora que nos convirtamos en artesanos de la paz trabajando para ello por el bien común, por lo que favorece a todos y no solamente a unos pocos, por lo demás siempre los mismos», señaló.
Y subrayó ante la FAO que «para garantizar la paz y el desarrollo, entendido como la mejora de las condiciones de vida de las poblaciones que sufren el hambre, la guerra y la pobreza, son necesarias acciones concretas, arraigadas en planteamientos serios y con visión de futuro» y «dejar al margen retóricas estériles». EFE
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