Roma, 8 dic (EFE).- El papa Francisco acudió a primera hora de esta mañana a la romana Plaza de España, donde, por segundo año consecutivo con motivo de la pandemia, rindió un homenaje privado a la Inmaculada Concepción y no celebró el multitudinario acto de tiempos pasados, informó el Vaticano en un comunicado.
«Esta mañana, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, poco antes de las 6:15 am, el papa Francisco fue a Plaza de España para un acto de veneración a María Inmaculada, también este año de manera privada», dijo el Vaticano.
No había salido el sol todavía, añadió la nota, y el papa «colocó una canasta de rosas blancas en la base de la columna en la parte superior de la cual está la estatua de la Virgen y se detuvo en oración».
Se mantuvo unos minutos pidiendo «la curación de los muchos enfermos; sanación, para los pueblos que sufren severamente las guerras y la crisis climática; y de conversión, para que derrita el corazón de piedra de los que construyen muros para protegerse del dolor ajeno» y poco después de las 6:20 horas abandonó la plaza para dirigirse a la Basílica de Santa María la Mayor, donde también rezó ante el icono de Nuestra Señora de las Nieves (Maria Salus Popoli Romani), antes de regresar al Vaticano.
El Vaticano ya había informado de que este año tampoco tendría lugar el acto multitudinario tradicionalmente celebrado en estas fechas para evitar aglomeraciones por la pandemia.
Esta es una de las festividades más importantes y concurridas de Roma desde que el dogma de la Inmaculada Concepción fuera proclamado por Pío IX en 1854.
Tres años después, el 8 de diciembre de 1857, mandó erigir el monumento de la Inmaculada Concepción en la Plaza España, ante la embajada de española ante la Santa Sede, una imagen ante la que acuden los papas y en cuyo brazo los bomberos ponen cada año una corona de flores.