Ciudad del Vaticano, 20 jul (EFE).- León XIV animó este domingo a ser solidarios para promover «una cultura de paz» entre «las personas, los pueblos y las religiones», durante la misa celebrada en la catedral de Albano, localidad cercana a Castel Gandolfo, donde el pontífice está pasando sus vacaciones.
«Siendo solidarios y compartiendo la fe y la vida, promoveremos una cultura de paz, ayudando también a quienes nos rodean a superar rupturas y hostilidades, y a construir comunión entre las personas, entre los pueblos y entre las religiones», dijo el papa durante la homilía.
El pontífice llegó a la catedral caminando entre aplausos y saludando a los cientos de fieles que se habían congregado en las calles de Albano (centro), muchos de ellos ondeando banderines del Vaticano o mostrando pancartas, mientras otros se asomaban a los balcones de los edificios.
También le recibieron con entusiasmo las autoridades locales, que habían preparado la entrega del plato de plata con su escudo pontificio inicialmente previsto para su toma de posesión como cardenal-obispo de Albano, un evento que no llegó a celebrarse debido su elección como papa.
«Cómo sabéis tenía que estar aquí el 12 de mayo, pero el Espíritu Santo ha querido que fuese de otra manera», dijo sonriente antes de comenzar la ceremonia, en un gesto de complicidad con los fieles de Albano.
Durante su homilía, el pontífice animó a aprovechar el verano para fomentar la cercanía y la acogida al ser días con «más tiempo libre, tanto para el recogimiento y la meditación, como para el encuentro con los demás, los viajes y las visitas».
«Aprovechemos todo eso para disfrutar -saliendo del torbellino de compromisos y preocupaciones- de algún momento de tranquilidad y recogimiento, como también para compartir, yendo a algún lugar, la alegría de vernos, como lo es para mí estar hoy aquí», dijo, en alusión a su estancia de dos semanas en Castel Gandolfo, que está previsto que concluya este domingo con su regreso al Vaticano.
El papa pidió que se busquen «las ocasiones para cuidarnos unos a otros, para intercambiar experiencias e ideas, para ofrecernos comprensión y consejos mutuamente» porque «esto nos hace sentirnos amados, y todos lo necesitamos. Hagámoslo con valentía».
Subrayó además que «el servicio y la escucha» son «dimensiones gemelas de acogida», e insistió en la importancia de recuperar el valor del silencio y la oración.
«Esta es una dimensión de la vida cristiana que hoy necesitamos recuperar particularmente, tanto como valor personal y comunitario, que como signo profético para nuestros tiempos: dar espacio al silencio, a la escucha».
León XIV reconoció que «todo esto cuesta esfuerzo» y que «ni el servicio ni la escucha son siempre fáciles» porque «requieren tenacidad y capacidad de renuncia».
«Es sólo así como es posible construir algo bueno en la vida; sólo así pueden nacer y crecer entre las personas relaciones auténticas y fuertes, y, desde abajo, desde la cotidianidad, puede crecer, difundirse y experimentarse el Reino de Dios», concluyó.
A la misa en la catedral de San Pancracio asistieron unos 300 fieles, entre ellos 60 enfermos, a los que el papa se acercó a saludar, mientras que varios centenares más siguieron la celebración desde dos plazas del centro histórico, una de ellas equipada con una pantalla gigante.