Caracas, 2 jun (EFE).- El nuncio apostólico en Venezuela, Aldo Giordano, quien se va del país tras 7 años, renunció este miércoles a una condecoración otorgada por el presidente Nicolás Maduro, ya que su función en la nación suramericana fue la de «servir», no «buscar algo de honor».
«Yo he pedido en nombre del papa renunciar a esta condecoración porque el papa Francisco nos dice: en un país, ustedes, mis representantes deben ir a servir, a ayudar, y no a buscar algo de honor», señaló Giordano tras agradecer a Maduro su atención durante su estancia en Venezuela.
Y el mandatario también mostró su gratitud hacia el nuncio, quien continuará su carrera como representante del Vaticano ante la Unión Europea, por ser alguien que «sabe escuchar» y por su seriedad y profesionalismo diplomático, con respeto a la soberanía de país.
«El nuncio apostólico es un hombre que sabe escuchar, respeta la opinión de semejantes, la opinión ajena y ha sido factor de equilibrio en el cuerpo diplomático del país (…) ha demostrado seriedad y profesionalismo diplomático y ha actuado con respeto a la soberanía y a las venezolanas y venezolanos», dijo Maduro.
Por su parte, el Giordano reconoció su afecto hacia la nación suramericana, donde intentó «servir a la paz, a la reconciliación, al diálogo». «La diplomacia nuestra es servir a la paz», dijo.
«Tengo mi corazón en este país, la esperanza, la lucha, los deseos de este querido pueblo (…) he tenido la suerte de despedirme de Venezuela con la beatificación de José Gregorio Hernández, queda en mi corazón«, señaló.
Antes de salir del palacio presidencial de Miraflores, donde se realizó el acto de despedida, manifestó que «es muy difícil dejar Venezuela».
«En estos años alimenté la amistad entre nosotros. El pueblo de Venezuela me ha robado el corazón, he tenido la suerte de visitar muchos lugares de este país», concluyó.