Fráncfort (Alemania) 6 ene (EFE).- El número de empleados que puede trabajar desde casa varía mucho en los países de la zona del euro y la crisis por la pandemia puede acelerar el teletrabajo y «reducir la división digital entre los países de Europa» si invierten más en tecnologías digitales.
Esta es una de las conclusiones del artículo sobre el impacto de la covid-19 en el mercado laboral de la zona del euro del próximo boletín económico del Banco Central Europeo (BCE), que ha sido preparado por Robert Anderton, Vasco Botelho, Agostino Consolo, António Dias da Silva, Claudia Foroni, Matthias Mohr y Lara Vivian y publicado este miércoles.
La cuota de empleados con empleos en los que es posible el teletrabajo supera el 50 % en las regiones de la capital del Reino Unido, Bélgica, Francia, Luxemburgo y Suecia, pero es sólo del 20 % en algunas regiones de España, Grecia y Rumanía, según datos del BCE.
De forma similar, el número de empleados que trabaja desde casa de forma regular u ocasionalmente varía mucho entre regiones, un 70 % en Estocolmo y un 45 en París y Londres, pero sólo un 10 % en Italia.
Estas diferencias que existían antes de la pandemia muestran que «hay diversos grados de preparación para implementar rápidamente el teletrabajo como herramienta para sobrellevar la pandemia en las regiones europeas» debido a las diferentes normas sociales y al estigma vinculado al trabajar desde casa, consideran los economistas del BCE.
La pandemia ha producido un desplazamiento del trabajo en la oficina al teletrabajo.
Los teletrabajos llegaban al 33 % de los empleados en 2019, pero menos de un 10 % de los trabajadores con posibilidad de trabajar desde casa informaron hacerlo frecuentemente o algunas veces, cantidad que supone un 3,3 % de los empleos.
«Esto cambió con la pandemia y los confinamientos asociados, durante los cuales más de una tercera parte de los europeos comenzó a teletrabajar», según el artículo.
En los primeros meses desde el brote de la pandemia, el teletrabajo ha apoyado el empleo y las horas trabajadas en algunos sectores, especialmente entre los trabajadores con niveles de educación más elevados.
Los economistas del BCE prevén que «la pandemia va a acelerar la transformación digital en marcha de la economía de la zona del euro, y el teletrabajo y el uso de la tecnología digital se van a volver más importantes».
También consideran que el teletrabajo puede mitigar los costes económicos de las políticas que obligan a estar en casa y al distanciamiento social.
Una gran mayoría de los empleados que ha trabajado de forma remota durante la pandemia ya lo había hecho anteriormente.
Las profesiones en las que es posible el teletrabajo incluyen a empleados de banca, técnicos de la información y la comunicación, y la mayor parte de los directivos y expertos.
Pero otros trabajos exigen la presencia en el puesto de trabajo para poder realizarlo como vendedores, servicios de limpieza y la sanidad.
En 2019 los trabajos con posibilidad de trabajar desde casa contabilizaron el 33 % de los empleos y el 46 % de los ingresos anuales en la zona del euro, lo que sugiere que el teletrabajo es más predominante en los empleos bien remunerados, según datos del BCE.
En la zona del euro, la cuota de empleos en los que se puede trabajar desde casa es la más elevada en el sector de la información y la comunicación (83 %) y la más baja en la agricultura (7 %), aunque esos empleos agrícolas con posibilidad de trabajar desde casa representan un casi una quinta parte de todos los ingresos del sector agrícola.
Sectores en los que más del 40 % de los trabajos puede realizarse de forma remota como la educación, las actividades financieras, la administración pública, el sector inmobiliario y otras actividades administrativas representan el 30 % de los empleados totales en la zona del euro.
El 70 % restante se distribuye en industrias donde el teletrabajo es una opción para hasta el 25 % de los trabajadores.
«Menos de un 10 % de los empleados que pueden trabajar desde casa en la zona del euro lo hace normalmente o algunas veces, lo que significa que dos terceras partes de los trabajadores pueden no estar acostumbrados a trabajar de forma remota», según el artículo.